Tal y como afirma el el Dr. José Antonio López Trigo, Presidente de la SEGG, este documento ha sido elaborado “para de establecer recomendaciones de vacunación en adultos y mayores que sirvan de guía en la práctica asistencial a los profesionales sanitarios, para promover su aplicación en todos los niveles de atención sanitaria, así como aumentar las actuales coberturas de vacunación en adultos existentes en España”.
Con este objetivo, esta propuesta de Consenso sobre la Vacunación del adulto sano y con enfermedades crónicas destaca que la vacunación es una de las estrategias coste-efectivas más importantes en la prevención primaria de las enfermedades infecciosas con que cuenta la salud pública en la actualidad.
Además pone de manifiesto los amplios beneficios logrados gracias a la introducción de programas de vacunación masiva destinados a la infancia. En este sentido, el Dr. López Trigo destaca que «gracias a ellos se han alcanzado importantes coberturas de vacunación y se ha disminución significativa la incidencia y morbimortalidad de las enfermedades inmunoprevenibles. Sin embargo, la vacunación del adulto no recibe las mismas prioridades, cuando en muchos casos, su sistema inmune está debilitado y teniendo en cuenta las previsiones de envejecimiento de la población. Por ello, resulta prioritario trabajar en la correcta vacunación sistemática del adulto«.
Además, teniendo en cuenta el rápido envejecimiento de la población, el Dr. Amós García Rojas, Presidente de la Asociación Española de Vacunología (AEV) señala que «el desarrollo de estrategias eficaces de vacunación en el adulto sano y con enfermedades crónicas se convierte en uno de los principales retos, y requiere una respuesta conjunta por parte de profesionales y decisores sanitarios».
Este especialistas sostiene que “es necesaria la adaptación de un calendario de vacunación sistemático para el colectivo mayor de 65 años y los grupos de riesgo, para evitar su riesgo de infección frente a enfermedades prevalentes y preservar su calidad de vida». Esto provocará que «además de contribuir al desarrollo de poblaciones más activas y participativas, se contribuirá a la reducción de costes asociados a hospitalizaciones, consultas en Atención Primaria, pruebas diagnósticas y otros recursos sanitarios necesarios en caso de enfermedad”.
Pero, ¿cuáles son las causas y consecuencias de la baja tasa de cobertura vacunal en el adulto? En opinión de los expertos, las principales causas de esta baja tasa de vacunación en adultos provienen de la ausencia de vacunación o vacunación incompleta en la infancia por la no disponibilidad de la vacuna, la ausencia de administración de dosis periódicas de recuerdo para mantener la protección, la confianza generada al reducirse la circulación del agente infeccioso o la falta de educación sanitaria, entre otras.
Esto puede traer consigo consecuencias de gran trascendencia en el ámbito de la salud pública, pudiendo llegar a desplazar enfermedades propias de la infancia a la edad adulta provocando mayores complicaciones. Por otra parte, los adultos son una fuente de infección para colectivos sin protección como es el caso de los lactantes, y que se pueden dar brotes en colectivos de adultos no inmunizados o con bajas coberturas de vacunación. Y todo ello sin olvidar que en los países desarrollados la mortalidad por enfermedades inmunoprevenibles es mayor en los adultos.
Tal y como explica el Dr. López Trigo, “para la elección de las vacunas a incluir en el calendario de la SEGG, se han analizado los datos disponibles en nuestro país sobre morbilidad, mortalidad, letalidad y discapacidad de las diferentes enfermedades inmunoprevenibles que afectan a la población adulta española”.
Así, en esta propuesta de Consenso sobre la Vacunación la SEGG recomienda, para la correcta protección de adultos sanos y con enfermedades crónicas, la vacunación sistemática frente a la Gripe, Tétanos, Difteria, Tosferina, Varicela, Herpes Zóster, Neumococo, Meningococo C, Hepatitis B y Virus del Papiloma Humano, con particularidades de pauta según edad.
Por su parte, en el casos de adultos y mayores que presentan determinadas condiciones médicas u otras situaciones de riesgo (embarazadas, inmunocomprometidos, diabéticos, insuficiencia renal, etc.) se recomienda la vacunación frente a la Gripe, Difteria, Tétanos, Tosferina, Varicela, Herpes Zóster, Neumococo VNC13, Neumococo VNP23, Meningococo C, Meningococo B, Haemophilus Influenzae b, Hepatitis B y Hepatitis A, dependiendo del grupo de riesgo en el que se encuentre (ver Anexo II).
La protección frente a la Gripe es crítica entre este colectivo «ya que es un virus muy contagioso y con graves consecuencias para los mayores de 65, las embarazadas y las personas de todas las edades en grupos de riesgo. De hecho, en España se cobra entre 1.500 y 4.000 defunciones cada año», advierte el doctor Luis Salleras Sanmartí, Presidente del Comité de Vacunas de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (SEMPSPH). Por otro lado, el doctor Salleras destaca la importancia de la prevención frente al Herpes Zóster de todos mayores de 60 años ya que cuentan con un sistema inmunitario más debilitado, lo que aumenta su riesgo de infección y agrava las consecuencias sobre su estado de salud. Además, «los enfermos crónicos –especialmente personas con Diabetes o EPOC– deben ser protegidos frente al Herpes Zóster ya que presentan entre un 30% y 50% más de probabilidades de sufrir un Herpes Zóster. En estos casos, contraer un Herpes Zóster puede significar el agravamiento de la patología base y una pérdida significativa de su independencia».
Este especialistas destaca también que «la vacunación no solo consigue prevenir las enfermedades infecciosas, sino también mejorar globalmente la calidad de vida del paciente crónico«.