Con motivo de la celebración el 21 de septiembre del Día Mundial del Alzheimer, desde la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) se quiere poner en valor la dedicación de los cuidadores y la figura del geriatra como profesional idóneo para el cuidado integral del paciente con Alzheimer.
Con este reconocimiento la SEGG quiere rendir un emotivo y merecido reconocimiento a las personas cuidadoras de pacientes de demencia y muestra su adhesión al lema que la Organización Mundial de la Salud propone para este año: “El valor del cuidador”.
En este sentido, la SEGG realiza además anualmente un especial reconocimiento a las personas que cuidan con la celebración desde hace dos años del “día del cuidador” (5 de noviembre), y ofrece un asesoramiento y apoyo formativo a las personas cuidadoras por medio de los cursos online gratuitos que pone a disposición de las personas que ejercen esta tarea: más de 18.000 personas han realizado estos cursos de orientación y formación en el cuidado a las personas dependientes.
Por otra parte, la SEGG advierte que la mayoría de los pacientes con Alzheimer tienen entre 80 y 86 años, por lo que deberán ser tratados por profesionales especialistas en el cuidado del mayor: los geriatras.
El geriatra es el profesional capaz de valorar en su conjunto al paciente con Alzheimer y derivarle al especialista que se considere en los casos necesarios, ya que esta enfermedad degenerativa requiere un abordaje multidisciplinar (físico, psicológico, funcional, social).
Cabe recordar que unas 800.000 personas padecen en España la enfermedad de Alzheimer, y tal y como apunta el doctor José Antonio López Trigo, geriatra y presidente de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, “estamos ante una enfermedad fundamentalmente relacionada con el envejecimiento, razón por la cual su abordaje debe ir estrechamente relacionado con la figura del geriatra, que desarrollará un papel protagonista en el tratamiento de esta enfermedad”.
Este especialistas recuerda que el tratamiento del Alzheimer debe ser multidisciplinar donde «el geriatra tendrá una labor importante, ya que debe ser la persona encargada de derivar a los pacientes afectos a los profesionales que considere oportunos, con el fin de mejorar la calidad de vida de estos enfermos».
“La atención a los pacientes con demencia y sus cuidadores requiere de un abordaje integral (físico, psicológico, funcional, social), centrado en la persona y sus necesidades cambiantes, integrado en los recursos sanitarios y sociales de su entorno, progresivo y continuado, llevado a cabo por equipos multidisciplinares. Los sistemas públicos de atención han de adaptarse a las necesidades del paciente con demencia, y no al contrario”, advierte el presidente de la SEGG.
En este Día Mundial del Alzheimer, la SEGG quiere poner de manifiesto que en España existen menos de un millar de geriatras en la sanidad pública, lo que resulta un número considerablemente escaso para tratar a los pacientes con Alzheimer, y recuerda la importancia de potenciar la figura de este especialista para tratar a las personas mayores de 65 años, al igual que ya ocurre con otros segmentos sociales como es la infancia que es atendida por la figura del pediatra.
No obstante, y a pesar de este panorama, “en los últimos años los progresos asociados con la enfermedad de Alzheimer han sido importantes y nos han dotado de estrategias sólidas para conseguir paliar sus consecuencias, enlentecer su curso, y, en suma, mejorar la calidad de vida de los pacientes y sus familiares», afirman desde la SEGG.
En este día, la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, también quiere centrar su reflexión en el perfil de los pacientes con enfermedad de Alzheimer, sus necesidades y las posibilidades de mejora de su abordaje:
- La mayoría de los pacientes se sitúa en la franja de edad de los 80 a los 86 años, con claro predominio del sexo femenino. Prácticamente la mitad de los que viven en sus domicilios y el 75 por ciento de los que lo hacen en residencias, se encuentran en fases avanzadas de la enfermedad. Presentan síntomas variados (cognitivos, neuropsiquiátricos…), y problemas añadidos característicos de un paciente geriátrico (pluripatología, polifarmacia, etc.) que inciden sobre su deterioro cognitivo y condicionan su evolución.
- Aún cuando la enfermedad de Alzheimer está claramente ligada al envejecimiento, los problemas de memoria (síntoma precoz de la enfermedad) no deben ser considerados como normales en la persona mayor. El diagnóstico y tratamiento precoces mejoran el curso de la enfermedad.
- Se han de ofertar a los pacientes y sus familias los tratamientos farmacológicos sintomáticos estandarizados, minimizando las altas tasas de infratratamiento, especialmente en pacientes institucionalizados en residencias.
- En las fases más avanzadas de la enfermedad, los pacientes y sus familias deberían tener acceso a un programa protocolizado de cuidados paliativos que garantice la toma de decisiones, el máximo confort, control sintomático y calidad de vida del paciente.
“Los pacientes con Alzheimer son el prototipo de pacientes vulnerables, tanto desde el punto de vista médico, como personal, familiar y social. Garantizar a ellos y a sus familias una atención sanitaria y social en cantidad y calidad suficientes, en función de sus necesidades cambiantes, es un reto profesional y ético que nos atañe a todos”, concluyen desde la SEGG.