El sedentarismo es uno de los principales factores de riesgo cardiovascular, por lo que practicar ejercicio físico a todas las edades es fundamental. De hecho, la angina de pecho y el infarto de miocardio tienen una incidencia significativamente menor en la población que practica deporte con regularidad.
Y es que, tal y como indica el Dr. Ángel Hernández, jefe del Servicio de Medicina Deportiva del Hospital Universitario HM Torrelodones, “practicar deporte mejora la tensión y el colesterol, previene la obesidad y la diabetes, y ayuda a disminuir el estrés y la ansiedad”.
Eso si, antes de comenzar a practicar deporte e independientemente de la edad, este experto recomienda “hacerse un chequeo médico deportivo para saber, independientemente de la edad de la persona, si hay algún problema cardiovascular no detectado previamente como arritmias o miocardiopatías que puedan limitar sus actividades físicas o poner en riesgo su salud”.
El Dr. Hernández recomienda entre 3 y 5 horas de deporte semanal para un nivel deportivo medio, ya que “esto sería suficiente para conseguir una prevención cardiovascular significativa, siempre respetando los tiempos de recuperación y distribuyendo las horas de entrenamiento, al menos, en 3 días a la semana”.
La intensidad del ejercicio depende del nivel de preparación, pero siempre es mejor una práctica suave y mantenida que brusca o irregular y siempre “consultar con el cardiólogo si se padece alguna enfermedad cardiovascular para que nos indique qué ejercicio nos conviene realizar y con cuánta intensidad”, advierte el Dr. Hernández. Además, se estima oportuno realizar una revisión anual al cardiólogo a partir de los 40 años en los varones, tras la menopausia en las mujeres y siempre que haya factores de riesgo de enfermedad cardiovascular.
A las personas de cierta edad les resulta dificultoso acudir al gimnasio, pero en su día a día pueden incluir actividades para ejercitarse. El Dr. Hernández sugiere caminar diariamente, subir escaleras en vez de coger el ascensor, aparcar el coche a unos minutos de casa para obligarnos a andar, arreglar el jardín, desplazarnos en bicicleta por la ciudad, etc.
El Dr. Rodríguez Rodrigo, jefe del Servicio de Cardiología (área de Docencia) del Centro Integral de Enfermedades Cardiovasculares HM CIEC, nos ofrece estos diez consejos para cuidar el corazón:
- Control regular de la presión arterial. Para llevar a cabo el diagnóstico hay que hacer tres mediciones de los niveles de presión arterial en días distintos. Si en todas ellas se ha superado el umbral de normalidad, 140/90 mmHg, se considera que el paciente es hipertenso.
- Dieta equilibrada: que incluya alimentos frescos (carnes, pescados, frutas, verduras y hortalizas) y sea rica en fibra. Hay que eliminar los precocinados y alimentos especialmente salados y reducir el consumo de grasas, sobre todo de origen animal.
- Moderar el consumo de alcohol, no más de 2 copas de vino al día, y en personas fumadoras, abandonar el hábito cuanto antes.
- Vigilar los niveles de glucosa y colesterol mediante análisis rutinarios de sangre.
- Reducir el estrés y la ansiedad. Ambos contribuyen a elevar nuestra presión arterial y frecuencia cardiaca, favoreciendo la aparición de arritmias. Además, elevados niveles de estrés y ansiedad suelen asociarse al consumo de alimentos poco saludables, a una mayor ingesta de alcohol y al tabaco.
- Controlar el peso sin recurrir a “dietas milagro”. Se recomienda seguir una dieta equilibrada y practicar ejercicio.
- Incorporar el ejercicio físico en el día a día, siempre adaptado a nuestra edad y circunstancias. Como recomendación general, se aconsejan marchas de unos 40 ó 50 minutos cuatro o cinco días a la semana.
- Revisiones médicas periódicas, en función de la edad y los antecedentes personales. En general, se estima oportuno una revisión anual a partir de los 40 años en los varones, tras la menopausia en las mujeres y siempre que haya factores de riesgo de enfermedad cardiovascular.
- Controlar la medicación que se toma de forma habitual, vigilar sus efectos secundarios y consultar con el médico cualquier aspecto relativo a la misma.
- Tener presentes los antecedentes familiares. Si algún pariente cercano ha sufrido alguna patología cardiaca o muerte súbita deberemos comunicárselo a nuestro médico.
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