Un artículo de Lucía Pardo, psicóloga especializada en el ámbito del envejecimiento y autora del blog sumando canas, sumando experiencias
Los prejuicios y estereotipos hacia el colectivo de personas mayores en general, y hacia las personas con deterioro cognitivo en particular, en ocasiones favorecen una idea errónea sobre la intervención con este colectivo. Ello conlleva una mala praxis y el abandono de funciones por parte del profesional.
Es más común de lo que sería deseable, incluso entre profesionales del ámbito, el llamado nihilismo terapéutico. Esto es, negar intervenciones terapéuticas a personas mayores fundamentándose en justificaciones del tipo: «como es mayor, ya no hay nada que hacer», «ahora ya, qué se va a hacer…», «ya no merece la pena».
Siempre hay algo que hacer. El principal objetivo de toda intervención es la mejora de la calidad de vida. A cualquier edad, en cualquier momento y bajo cualquier circunstancia patológica siempre podemos hacer algo para incrementar y/o mantener la mejor calidad de vida posible para la persona.
En el caso de las personas con demencia o deterioro cognitivo avanzado, una terapia que está muy de actualidad es la terapia de validación. Aunque todavía no hay evidencias suficientes para poder establecer conclusiones acerca de su eficacia, se están encontrando algunos resultados significativos.
Como su propio nombre indica, esta terapia se basa en el principio de la validación: aceptación de la realidad y la experiencia personal de cada individuo. Fue desarrollada por Naomi Feil (entre 1963 y 1980) como consecuencia de su insatisfacción con los métodos de trabajo con personas mayores desorientadas.
¿Qué es la validación?
Es una forma práctica de trabajar y comunicarse con las personas mayores desorientadas (que presentan un deterioro cognitivo grave). Según plantea la propia autora, esta comunicación se construye sobre una interacción empática con la persona y desde una visión holística de la misma.
Como he comentado, parte de la idea de «ponerse en el lugar del otro» y tratar de comprender por qué la persona con demencia se muestra desorientada o presenta un comportamiento extraño. Se parte de una actitud de no juzgar y abierta a los sentimientos de la persona.
La terapia de validación se basa en los siguientes principios:
1. Todas las personas mayores son únicas y valiosas
Partiendo de ello, la forma de comunicarse con cada persona será diferente, en función de su individualidad, partiendo siempre del respeto. En relación con esto, es importante evitar utilizar un habla infantilizadora y paternalista, el elderspeak, del que ya os he contado algo.
2. Las personas mayores con deterioro cognitivo deben ser aceptadas tal como son: no debemos intentar cambiarlas
Las personas con deterioro cognitivo y/o demencia, en ocasiones presentan comportamientos extraños, conductas anómalas que no comprendemos. Desde la terapia de validación se plantea como punto importante aceptar la conducta de la persona tal y como es, e intentar buscarle una explicación como un modo de la persona de expresar determinados sentimientos (enfado, rabia, tristeza, etc.).
3. Escuchar con empatía genera confianza, reduce la ansiedad y restaura la dignidad
La comunicación empática implica ponernos en el lugar de la otra persona, tratando de comprender qué le ocurre, por qué se comporta de una determinada manera. Implica una escucha activa. Como propone Naomi Feil, la empatía reduce la ansiedad y la agitación de la persona con demencia, reforzando su dignidad.
4. Reconocer y validar los sentimientos de la persona
Esta terapia plantea que el reconocimiento y la validación de los sentimientos de la otra persona permitirá que estos disminuyan, mientras que ignorarlos facilita su refuerzo.
5. Hay una razón detrás de cada comportamiento de las personas con deterioro cognitivo
Las conductas anómalas que manifiestan las personas con demencia siempre tienen una explicación subyacente, según este modelo. Plantea que detrás de las mismas hay un sentimiento o experiencia que contribuye a su expresión. Por eso es tan importante considerar la individualidad de cada persona.
Se ha encontrado que esta forma de comunicación podría contribuir a reducir la ansiedad y la agitación de las personas con demencia, al mismo tiempo que refuerza su dignidad y mejora su calidad de vida.
Me gustaría dejaros por aquí un vídeo de la propia Naomi Feil poniendo en práctica la Terapia de Validación con una mujer con deterioro cognitivo grave. Y para conocer más sobre esta terapia, podéis visitar la web del Validation Training Institute, del que Naomi Feil es fundadora.
Sobre la autora: Lucía Pardo
Lucía Pardo es psicóloga, licenciada por la Universidad de Santiago de Compostela, y especializada en el ámbito del envejecimiento con Máster en Psicogerontología. Actualmente sigue formándose a través de diferentes cursos y realiza el Máster en Psicología General Sanitaria de la UNED.
Es autora del blog http://sumandocanas.blogspot.com.es/, una plataforma mediante la cual su autora difunde su entusiasmo por los temas relacionados con la psicología mediante post enfocados a la psicología en general, a la psicología dentro del ámbito del envejecimiento y a la práctica profesional.
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la comunicación es lo mas importante junto con la confianza
Están utilizando esta misma información de manera literal para el curso de formación de monitor de talleres de memoria y estimulación cognitiva de DivulgaciónDinámica.