Un artículo escrito en colaboración entre BJ Adaptaciones, Sandra Abad Galdeano, terapeuta ocupacional en la Fundación Elvira Otal y Ana Aznar Calvo, terapeuta ocupacional en el centro asistencial Santa Ana, grupo SARQuavitae.
Trabajar las reminiscencias y la memoria
Una de las grandes ventajas de las salas multisensoriales SHX respecto a otras más básicas es su capacidad de ofrecer contenidos coherentes que coordinan cualquier imagen, sonido o vídeo, vibración acorde con el sonido, iluminación… de forma personalizada. Así, podemos explorar la historia vital de cada usuario, obtener información en Internet u otras fuentes y encontrar contenidos de la época, actividades pasadas, fotos familiares, música y canciones, programas de radio y TV antiguos…
La vivencia de estos contenidos en esta sala multisensorial es mucho más intensa gracias al ambiente accesible que se crea, junto con la combinación de otros recursos que ofrece como la proyección de gran formato, la posibilidad de ofrecer vibración por todo el cuerpo acorde con la señal acústica (sensación altamente conectada con el sistema emocional), de hacer que la iluminación de la sala funcione coordinadamente con la imagen provocando un efecto de inmersión, añadiendo la posibilidad de completarse con otros elementos sensoriales en momentos seleccionados (activar frío/calor, aire, pompas de jabón, proyecciones, etc).
De esta forma, la sala SHX facilita la conexión con sus recuerdos, proporcionándoles el placer de revivir momentos gratificantes de una forma intensa y en base a estas vivencias incidir en otros aspectos cognitivos.
Además, también es posible realizar ejercicios específicos, no sólo de memoria episódica y retrógrada, en un contexto privilegiado como las salas multisensoriales. Por ejemplo, podemos realizar actividades de categorización por imágenes, sonidos o todo junto; estimular las habilidades ejecutivas con una secuencia de colores sobre el tubo de burbujas y tratar de recordar el color siguiente; reconocer y asociar imágenes y sonidos; recordar escenas e identificarlas; etc.
Estimulación cognitiva
Tanto el uso de estímulos primarios como el uso de escenas inmersivas nos permiten generar actividades de diferentes niveles de complejidad para llevar a cabo una estimulación cognitiva adaptada a las capacidades y limitaciones propias de cada persona y etapa.
En las salas multisensoriales SHX es posible recrear una amplia colección de combinaciones sensoriales, priorizando aquellas más accesibles y satisfactorias para sus usuarios y dirigiéndolas a múltiples objetivos terapéuticos (atención, memoria, habla y lenguaje, respiración, capacidades psicomotoras, etc.) siempre desde un ambiente poco exigente, coherente, agradable y comprensible.
Si la persona registra e integra de forma más eficaz los estímulos percibe su medio como menos amenazante o estresante y más manejable, adecuando sus niveles de alerta y atención, lo que facilita su predisposición a cualquier actividad.
Existen infinitas posibilidades de interacción del Sistema SHX para realizar actividades terapéuticas que estimulan no sólo la memoria, sino también la atención, concentración, anticipación, categorización, asociación, discriminación, lenguaje, gnosias, praxias, y un largo etcétera.
Compensar la falta de movilidad
La progresiva falta de movilidad propia de las personas de edad avanzada tiene un efecto limitante para la persona y es la fuente de otras dificultades. Además, supone también la pérdida de entradas sensoriales relacionadas con el sistema táctil, vestibular y propioceptivo (el equilibrio, el movimiento, la posición y orientación de su cuerpo en el espacio).
En las salas multisensoriales se proporciona un ambiente poco exigente, conocido y seguro para explorar, favoreciendo el movimiento y el desplazamiento por el entorno. Paralamente, en estos espacios se estimula sistemas sensoriales básicos como la propiocepción, el tacto y el vestibular, compensando los déficits y facilitando la autorregulación. Por ejemplo, un estímulo vestibular como un balancín ofrece a la persona sensaciones que pueden facilitar su bienestar, o elementos propioceptivos y de tacto profundo, que aportarán más seguridad, estando más conectado consigo mismo y con su entorno
La música como elemento terapéutico
La música ofrece muchas posibilidades terapéuticas y recreativas para todas las personas (trabajo con las emociones, ritmo, movilidad, coordinación, participación…). Se procesa en múltiples áreas cerebrales, por lo que su capacidad de estimular tanto a nivel consciente como inconsciente, es muy potente. En el caso de las personas mayores la música es un gran motivador y dinamizador de actividades, y una herramienta extraordinaria para inducir estados de ánimo positivos.
En la sala multisensorial es posible recrear música grabada, añadiendo efectos luminosos (sobre toda la sala o sobre un elemento como el tubo de burbujas, haciendo que sus colores cambien al ritmo de la música). Añadir estos efectos luminosos señales vibroacústicas o proyecciones diversas nos permite crear ambientes muy especiales y personalizados.
Por otra parte, es posible integrar dentro de la sala diferentes instrumentos musicales o elementos como Beamz, que permiten crear música de una forma muy sencilla o utilizar los propios controladores SHX para lanzar notas o samples de música, junto con otros efectos que deseemos. De este modo, la estimulación a través de la música no quedará sólo como una escucha combinada con elementos, sino también como una actividad que requiere de una participación muy activa y creativa, como se muestra en es te vídeo sobre el uso de Beamz en un grupo de personas mayores
Conexión, comunicación y bienestar
La versatilidad del sistema SHX y la potencia de los elementos de una sala multisensorial permiten crear ambientes y actividades personalizados, agradables y relevantes para cada persona y tan sencillos o sofisticados como sea requerido. Estas sensaciones agradables y accesibles facilitan la conexión de la persona con su ambiente y la comunicación con sus familiares o cuidadores en un contexto positivo.
La comunicación se crea en el nivel en el que el usuario es capaz de asimilar y puede ser tan básica como una mirada compartida o una sonrisa. Y estas sensaciones de confort facilitan el bienestar del usuario, mejorando su predisposición al resto de actividades y favoreciendo un ambiente óptimo para él mismo y las personas que le rodean, a la vez que facilita su participación.
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