En el mismo se hace especial hincapié en las distintas actividades desarrolladas para promover y proporcionar mejores cuidados a los mayores. Así, por ejemplo, las actividades terapéuticas han tenido nuevamente un gran peso en este apartado y se ha ofrecido una amplia gama de alternativas para cuidar de la salud física y psíquica de personas que, por su condición o edad, así lo necesitan, tales como hidroterapia, salas multisensoriales, horticultura, soluciones 2.0 o animalterapia, etc.
En este sentido, durante 2016 Clece ha implementado terapias innovadoras como los robots humanoides o las salas multisensoriales. Así, la Casa de Mayores de Casillas del Ángel (Fuerteventura), en colaboración con la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y el cabildo majorero, ha instalado el robot Petete, un droide de 45 centímetros que se emplea para sesiones de musicoterapia y de estimulación cognitiva con el objetivo de establecer una interacción positiva con personas con demencia.
Por su parte, el Centro de Integración Social, CIS, de Barakaldo se ha implementado una sala Snoezelen de estimulación multisensorial que ofrece tratamientos individualizados y grupales especialmente indicados para personas con deterioro cognitivo severo, con alteraciones de conducta o con riesgos de caídas.
Además de estas terapias, Clece ha apostado por la adopción de nuevos protocolos como la atención integral centrada en la persona (AICP) y la implantación de la certificación “Libre de sujeciones”. De hecho, los Centros de Día de Parayas en Camargo y de General Dávila en Santander, pertenecientes a la red de centros de día del Instituto Cántabro de Servicios Sociales, ICASS, recibieron el pasado año la acreditación “Centro Libre de Sujeciones” otorgada por la Confederación Española de Organizaciones de Mayores, CEOMA.
Por otra parte, en colaboración con la Fundación Pilares, Clece ha iniciado la adopción del modelo AICP (Atención Integral Centrada en la Persona) para satisfacer las necesidades adaptándose a sus características individuales y estimular que la persona mayor participe activamente en su proceso de atención, fomentando su autonomía, potenciando su independencia y destacando el papel terapéutico de lo cotidiano.
Además, consciente de la necesidad de formación y autocuidado que requieren los cuidadores no profesionales, un equipo interdisciplinar de Clece compuesto por psicólogos, trabajadores sociales, fisioterapeuta, nutricionista y monitores de ocio, están llevado a cabo talleres en Málaga para que estos cuidadores aprendan y pongan en práctica técnicas que les ayuden a mantener la propia salud y a estar en las mejores condiciones físicas y psicológicas para cuidar de sí mismos y de su familiar.
Una apuesta por la integración laboral
Consciente de que el empleo es un medio esencial de inclusión social, la integración laboral es una de las principales áreas de actuación de Clece. De hecho el 9,8% de su plantilla, 7.189 empleados (el doble que hace sólo 4 años), esta formada ya por trabajadores provenientes de colectivos desfavorecidos, 5.051 presentan con algún grado de discapacidad, 781 provienen de colectivos en riesgo de exclusión social, y 189 son víctimas de violencia de género. Cabe destacar que la progresión en la integración ha sido creciente en los últimos años experimentando un impulso significativo en el último año, con la incorporación de 950 empleados provenientes de colectivos desfavorecidos.
Siguiendo la tendencia de los últimos años, la plantilla creció en los últimos 12 meses un 2,6%, lo que sitúa a Clece como el tercer mayor empleador del país con más de 73.300 trabajadores.
Consciente de que no siempre es fácil la adaptación de los trabajadores procedentes de colectivos desfavorecidos, Clece ha puesto en marcha, como experiencia piloto, la Unidad de Apoyo a la Actividad Profesional. Se trata de un recurso destinado a favorecer las mejores condiciones de inclusión en el entorno laboral y adaptación al puesto de trabajo. Esta Unidad ofrece servicios de atención sociolaboral especializada, de mejora del bienestar psicosocial y de inclusión social.
La III Memoria Social de Clece también refleja que esta compañía colabora con 350 organizaciones del tercer sector con quienes, a través de actuaciones, programas y proyectos conjuntos, trabaja en mejorar la situación sociolaboral de los colectivos más vulnerables. La cooperación se extiende a clientes tanto del sector público como privado, marco en el que se han firmado 80 acuerdos en los dos últimos años en materia de inserción social.
Otras actividades desarrolladas por esta compañía durante 2016 fueron los II Premios Compromiso, celebrados en Sevilla, unos galardones reconocen los mejores proyectos locales de ayuda a colectivos vulnerables y de atención a mayores; la celebración de Foros por la Integración, encuentros en los que distintos agentes sociales, a través del diálogo y el debate, abordan el reto de la integración de colectivos socialmente vulnerables; o la campaña “Una vida sin violencia, una vida con respeto”, gracias a la cual más de 10.000 personas hicieron suyo este lema el 25 de noviembre uniéndose a la conmemoración del Día Mundial contra la Violencia de Género.
Tal y como afirma Cristóbal Valderas Alvarado, Presidente Ejecutivo de Clece, “tenemos claro que nuestro deber social como empresa es dar respuesta a los problemas de las personas. Debemos aprovechar lo que somos, tenemos y sabemos hacer para incrementar los índices de integración de colectivos vulnerables, incrementar la sensibilización social sobre los problemas que estas personas padecen, favorecer la empleabilidad y mejorar la calidad de vida de los usuarios de nuestros servicios, principalmente mayores y niños”.
Y es que, “sólo desde la colaboración entre las administraciones, las empresas, las organizaciones sociales y otros muchos agentes, podremos lograr que este sueño común que es la empleabilidad, la integración social y la mejora de la calidad de vida de las personas sea una historia de éxito”, comenta Cristóbal Valderas.
