La Estrategia de Atención a las Personas Mayores de la Comunidad de Madrid 2017-2021 se estructura en cinco líneas estratégicas, que se concretan en 21 objetivos específicos y 129 medidas para: promover el envejecimiento activo y a la prevención de situaciones de dependencia; promover la atención a personas mayores autónomas en dificultad social; desarrollar un catálogo de servicios y prestaciones para personas en situación de dependencia; mejorar la coordinación sociosanitaria en el ámbito de la atención a la dependencia y al mayor; y desarrollar una organización integrada e innovadora en la prestación de servicios públicos.
Entre otras medidas, esta Estrategia contempla impulsar un Programa de Viviendas Compartidas para personas mayores, basado en la ayuda mutua, en respuesta a las necesidades de compañía y apoyo de muchas de estas personas.
La vivienda a compartir será de una de las personas mayores interesadas en participar en este programa, de manera que compartir piso se convierte en una oportunidad para lograr un estilo de vida que conduce a un envejecimiento activo en compañía de otras personas. El objetivo fundamental es promover el contacto entre personas mayores que buscan compartir vivienda además de otros servicios adicionales (limpieza, transporte o asistencia sanitaria en el hogar), así como los gastos que se generan en ella.
De esta manera se consigue mantener a las personas mayores en su entorno habitual, disminuir la sensación de soledad y aislamiento que sufren muchas de las personas mayores que viven solas, optimizar los propios recursos económicos o materiales y paliar posibles problemas económicos.
Este Programa de Viviendas Compartidas se dirige a personas mayores de 65 años, autónomas y que cumplan una serie de requisitos, como disponer de una vivienda en propiedad, en buenas condiciones de habitabilidad y con suficiente espacio para ser compartida; que la persona que vaya a compartir no disponga de vivienda en propiedad o esté en malas condiciones de habitabilidad; y residir en la Comunidad de Madrid y haberlo hecho, al menos, durante el año anterior a la solicitud.
Además de este Programa de Viviendas Compartidas, la Estrategia de Atención a las Personas Mayores de la Comunidad de Madrid 2017-2021 incluyen otras medidas destacadas como el desarrollo de una ‘ruta sociosanitaria’, con la creación de un marco en el que los sistemas públicos de Salud y de Servicios Sociales trabajen de manera conjunta. A este respecto, se va a invertir este año 1,5 millones de euros en un centro sociosanitario piloto para mayores de 65 años o menores de esa edad con necesidades de atención por razones de enfermedad, discapacidad o dependencia.
Por otra parte, a los mayores de 65 años se les facilitará descuentos en entradas de espectáculos y actividades culturales. Igualmente, se fomentará el envejecimiento activo y la prevención de situaciones de dependencia mediante programas, actividades y talleres para seguir manteniendo la esperanza de vida más alta de todas las comunidades autónomas de España (84 años).
La Comunidad de Madrid también facilitar un servicio telefónico de orientación y apoyo psicológico para personas mayores, atendido por una red de profesionales; y promoverá la comunicación de estas personas a través de las nuevas tecnologías, como WhatsApp o Skype.
Además, el Gobierno regional va a promover un Programa Interuniversitario para Personas Mayores, con participación de cinco universidades públicas de la Comunidad (Alcalá, Complutense, Carlos III, Autónoma y Rey Juan Carlos). Cada universidad ofrecerá seminarios de excelencia, cuyos contenidos estarán relacionados con el fomento de la creatividad, el desarrollo personal, la cooperación y el voluntariado.
Respecto a la atención a personas mayores autónomas en dificultad social, la Comunidad de Madrid mejorará y promoverá servicios, programas, recursos y prestaciones como pisos tutelados, acogimiento familiar, estancias temporales en residencias y viviendas compartidas.
Otras medidas destacadas de la Estrategia hacen referencia a acciones de apoyo a cuidadores de familiares de personas en situación de dependencia (a través de programas de formación y respiro familiar); la mejora de los servicios y prestaciones para personas en situación de dependencia; el establecimiento de estándares de calidad para cada uno de los servicios incluidos en el catálogo de prestaciones para atención a la dependencia; o la dinamización de la vida cotidiana de los usuarios de residencias y centros de día con plazas públicas, entre otras.