Se trata de un complejo concebido para mejorar la calidad de vida de las personas con cáncer y su entorno, un proyecto pionero en el que, bajo un mismo techo, los usuarios encontrarán soporte práctico, emocional y social, de manera gratuita y abierta. Kálida Sant Pau ofrecerá una atención que complementará sus tratamientos médicos y que recibirán en un espacio acogedor especialmente diseñado para sentirse acompañadas, informadas y entendidas.
La Fundación Nous Cims y la Fundación Privada Hospital de Sant Pau, con la colaboración de la Fundación de Gestión Sanitaria del Hospital de Sant Pau, son los impulsores de este centro que forma parte de la red global de centros Maggie’s, de la que recibe apoyo y colaboración y en cuya labor se ha inspirado para implementar este proyecto.
Estará situado a pocos metros del Servicio de Oncología, para que el paciente que salga del hospital, tras recibir el diagnóstico o el tratamiento, no deba desplazarse para recibir información sobre lo que le preocupa o no entiende en ese momento de la mano de un equipo de profesionales –enfermeras, psicólogos, asistentes sociales y terapeutas–, que le dedicarán el tiempo y la atención necesaria en todo momento, sin solicitar cita previa y sin necesidad de que le derive un médico, ya que el centro estará abierto a cualquier persona con cáncer, sea o no paciente del hospital, a sus familiares y amigos y se configura a partir de lo que cada persona necesita.
En su interior, el usuario podrá relajarse en un ambiente de silencio y tranquilidad o, si lo prefiere, hablar y compartir emociones. Además el equipo de profesionales del centro pone a su servicio un programa de información y asistencia global, aprobado y supervisado por los equipos médicos del hospital, que mejorará su bienestar y calidad de vida. Todo en un espacio diseñado para que las personas se sientan como en casa.
Y es que, tal y como comentan desde Kàlida Sant Pau, cuando una persona es diagnosticada de un cáncer, “a la incertidumbre de lo que ocurrirá en un futuro puede unirse un sentimiento de fragilidad, desasosiego y temor ante el nuevo escenario. Para acogerle y asistirle estará Kálida, que lo hará en un espacio protector, especialmente creado para transformar situaciones de angustia y miedo en procesos de creciente confianza y seguridad”.
Y en todo ello en un complejo donde la arquitectura jugará un papel fundamental. Diseñado por la arquitecta Benedetta Tagliabue, directora del estudio EMBT, se basará en los conceptos de confort, intimidad, luz y protección, cuya conjugación dará lugar a una relajada atmósfera doméstica. Y es que Benedetta Tagliabue, que vivió un proceso de acompañamiento cuando a su marido, el también arquitecto Enric Miralles, le diagnosticaron un tumor cerebral, entiende bien el valor curativo de la buena arquitectura.
Así, concebido como un pabellón de jardín en el que los límites entre interior y exterior se desdibujan, el centro Kálida se situará en una parcela entre el nuevo Hospital de Sant Pau y el recinto modernista. Incluirá un edificio de 400 m2 organizado en dos niveles y una zona ajardinada. La planta inferior será un espacio abierto y flexible, proyectado como una secuencia de jardines y patios, donde estará la cocina, corazón del espacio, además de una biblioteca y una sala polivalente. Su acceso principal conectará con la unidad de oncología mediante una zona pavimentada.
Consciente de que solo 1 de cada 10 pacientes oncológicos recibe atención psicológica, y que la mayoría sufre trastornos adaptativos, en este centro, además de encontrar apoyo psicológico individual o en grupo a lo largo del proceso, les asesorarán sobre cuestiones prácticas como nutrición, pérdida del cabello, cuidado de la piel, gestión del estrés, relajación o asesoramiento sobre ayudas sociales.
Pero sobre todo encontrarán “el apoyo humano que aportan los trabajadores del centro, que entienden lo que significa vivir con cáncer y forman la comunidad de ayuda y de trasmisión de experiencias alrededor de la mesa de la cocina, el centro neurálgico del edificio”, comentan desde la Fundación Kálida.
Kálida forma parte de la red global de centros de la Fundación escocesa Maggie’s, cuyo programa de atención psicosocial, de evidencia demostrada para complementar el tratamiento médico, ya se aplica desde principios de este año en espacios cedidos por el hospital.