Las patologías cardiovasculares o respiratorias, habituales en las en personas mayores, pueden agravar los síntomas del golpe de calor, provocándoles incluso la muerte.
Además, tal y como advierte David Curto, jefe de Gestión Asistencial de Sanitas Mayores, “las personas mayores de 65 años son el colectivo más vulnerable a las altas temperaturas de estos días, debido a que responden peor al calor extremo, su sensación de sed es menor y suelen olvidarse de beber. Un riesgo que se ve incrementado si la persona sufre sobrepeso, enfermedades crónicas o se está medicado”.
Por ello es importante saber reconocer los síntomas que pueden alertar de que una persona está sufriendo un golpe de calor, de forma que puedan ser rápidamente identificados especialmente por los mayores y sus cuidadores. El Dr. Curto destaca los siguientes:
- Temperatura corporal elevada, hasta de 40ºC
- Piel caliente, enrojecida y seca, sin sudoración
- Sensación de boca seca
- Calambres musculares en brazos, piernas o vientre
- Dolores de cabeza
- Náuseas y vómitos
- Somnolencia
- Sed intensa
- Confusión
- Convulsiones y pérdida de conciencia
Y en caso de producirse un golpe de calor, el jefe de Gestión Asistencial de Sanitas Mayores recomienda actual de la siguiente forma:
- En primer lugar, llamar a los servicios de emergencia. Una subida repentina e incontrolada de la temperatura corporal puede tener terribles efectos, incluido el fallecimiento del afectado, por lo que es fundamental contar con la ayuda de especialistas.
- Mientras se espera a los servicios de emergencia es importante tratar de bajar la temperatura del afectado con la aplicación de paños empapados en agua fresca en zonas especialmente sensibles como son frente, nuca, axilas e ingles.
- Otra medida es tumbar a la persona con los pies elevados, a una altura mayor que la cabeza para favorecer así el retorno venoso.
- No hay que olvidar la hidratación del afectado. Para eso es necesario facilitarle líquidos para que beba poco a poco. Lo más adecuado en caso de urgencia es que “beba agua con un poco de sal y azúcar, o alguna bebida isotónica, o los preparados preparados específicos para rehidratación de venta en farmacias”, señala David Curto.
Y es que, para evitar estos golpes de calor, es importante hidratarse bien, beber bastante agua, al menos dos litros diarios, aunque no se tenga sensación de sed. Dado que los mayores tienden a no sentir la sed es necesario estar pendientes de que consuman la cantidad de agua recomendada.
También conviene adaptar la dieta, haciendo comidas frías y ligeras que ayuden a reponer las sales minerales que se pierden con la sudoración (gazpachos ligeros, ensaladas frías, verduras, etc.) y evitar comidas copiosas y calientes. Como acompañamiento a estas comidas hay que evitar el consumo de alcohol, cafeína o bebidas azucaradas, ya que estos productos pueden empeorar las consecuencias del calor.
Y, por su puesto, si los mayores realizan algún tipo de actividad física que no sea a las horas de máximo calor, entre 12:00 a 17:00 horas. Por ultimo, desde Sanitas Mayores se recuerda que importante que se vistan con ropa amplia, poco ajustada y que salgan a la calle acompañados por sombreros o gorras.
Cabe recordar que en 2015 se produjeron 23 muertes por golpe de calor, mientras que en 2016 fueron 6 los fallecimientos, según un informe del Plan Nacional de actuaciones preventivas de los efectos del exceso de temperaturas sobre la salud. La edad media de las personas fallecidas en 2016 fue de 59 años y el 100% de los casos eran hombres. El 57% de los fallecidos tenían más de 65 años.
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