Inmersos ya en plena época estival es fundamental garantizar la protección solar de los mayores, y no solo en la playa o la piscina, sino simplemente saliendo al exterior, ya que los rayos solares pueden incidir negativamente en la piel. Y es que, las personas mayores tienen un tipo de piel con unas características diferenciales dadas por el paso de los años, lo cual hace que se comporte de diferente manera frente a agentes externos, entre ellos el sol, y por tanto haya que tener un especial cuidado en la protección solar en las personas mayores.
A continuación la Dra. Raquel Novo, jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Universitario HM Montepríncipe y del HM Puerta del Sur, y la Dra. Virginia Sánchez, jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Universitario HM Sanchinarro, ofrecen algunas recomendaciones para que los mayores, y las personas en general, disfruten de un verano saludable.
Para esta expertas, un tiempo de exposición adecuado es clave para disfrutar del sol de una manera prudente y adecuada porque su radiación tiene muchos efectos positivos en la salud, pero también conlleva muchos riesgos.
“Hay que diferenciar entre una exposición prudente y una exposición excesiva. El sentido común puede orientar ya que el cuerpo suele avisar cuando se ha recibido demasiada radiación ultravioleta mediante quemaduras solares, manchas o erupciones cutáneas. La consecuencia más grave de una exposición solar intensa y prolongada en el tiempo es el cáncer de piel, sobretodo el melanoma”, alerta la Dra. Virginia Sánchez.
“El riesgo de desarrollar un melanoma en la edad adulta está directamente relacionado con el número de quemaduras solares sufridas en la infancia, de ahí que insistamos tanto en la fotoprotección en los niños”, señala la Dra. Novo. De hecho, la incidencia de los procesos oncológicos relacionados con la piel ha crecido un 34% en España en los últimos cuatro años.
La especialista incide en que el tiempo de exposición adecuado al sol depende de dos factores: el fototipo de piel (color y capacidad para broncearse o quemarse) y la intensidad de radiación ultravioleta (UVI) que haya en cada momento. “La UVI puede variar en función del lugar, la hora y la estación del año, por ello, es necesario informarnos cada día antes de salir sobre la previsión de UVI en la localidad en que nos encontremos”, aconseja la Dra. Raquel Novo.
La incidencia de los procesos oncológicos relacionados con la piel ha crecido un 34% en España en los últimos cuatro años
Esta especialista destaca que, “las personas de fototipo bajo (entre I y III: piel clara o muy clara) son las que mayor riesgo tienen de sufrir quemaduras, ya que su capacidad de broncearse es menor. Cuanto más alto es el fototipo de la persona, la resistencia a la radiación es mayor, y el riesgo de quemadura disminuye, pero igualmente manifestará signos de fotoenvejecimiento. En cualquier caso, no se recomienda la exposición solar en las horas centrales del día durante los meses de verano en ningún caso”.
Otro aspecto fundamental el uso de elementos de fotoprotección, siendo los más habituales son las cremas solares, aunque en los últimos tiempos están ganado terreno los fotoprotectores orales (que deben empezar a tomarse dos meses antes de la exposición solar, durante la misma y después).
Es necesario tener en cuenta que los suplementos orales no sustituyen al fotoprotector tópico (cremas), y que no todos son iguales, por lo que es recomendable acudir al dermatólogo para que recomiende el más adecuado a cada paciente. Tampoco se debe denostar el uso de sombreros, prendas de manga larga o gafas de sol siempre que haya una exposición prolongada al sol.
Pese a las medidas de protección, la aparición de quemaduras es habitual en verano. Ante esta realidad la Dra. Novo lanza un mensaje tranquilizador al asegurar que, “aunque decimos que la piel tiene memoria, también es cierto que tiene una capacidad de regenerarse muy importante. La actitud inmediata ante una quemadura, (es decir, cuando detectamos que la piel comienza a enrojecer) es evitar más sol (cubrir la zona, ir a sombra…) y aplicar lociones hidratantes y refrescantes, y posteriormente acudir al dermatólogo, que nos hará una valoración del estado de la piel y sus lesiones (manchas, lunares…) y dará consejos acerca de la protección que se debe utilizar en función de cada tipo de piel y la frecuencia de revisiones”.
Desde HM Hospitales también recomienda acudir al dermatólogo una vez al año para que evalúe el estado de nuestra piel y las características de los lunares que presentamos.
La Dra. Virginia Sánchez ofrece un decálogo de recomendaciones para una protección solar adecuada:
- Emplee fotoprotectores de buena calidad, con filtros contra las radiaciones ultravioletas A y B y un SPF de 50, especialmente en verano y sobre todo si tiene la piel clara.
- Aplique el fotoprotector 30 minutos antes de la exposición; recurra inicialmente a un fotoprotector en crema o loción y reserva el gel, el aceite o el spray para las reaplicaciones.
- Repita la aplicación cada 2 horas o inmediatamente si se ha mojado.
- Además de fotoprotectores tópicos puede recurrir a las presentaciones orales.
- Si recurre a los fotoprotectores orales empiece a tomarlos 2 meses antes de la exposición solar y continúe después, principalmente en los meses de primavera y verano.
- Deben tomarse por la mañana o 2 horas antes de la exposición.
- Los fotoprotectores orales son muy útiles en personas de piel clara o con antecedentes de cáncer de piel.
- Utilice ropa adecuada a la época del año que cubra la mayor parte de tu piel.
- Elija gafas de sol categoría 3 o 4.
- No se olvide de la gorra y el sombrero y, siempre que sea posible, disfrute del verano en la sombra o debajo de la sombrilla.