La osteoporosis, una enfermedad esquelética, sistémica y progresiva, es la causa del 80% de las fracturas en mujeres menopáusicas de más de 50 años y se estima que la posibilidad de por vida de sufrir una fractura a partir de los 50 años es de un 40% para las mujeres y de un 13% para los hombres.
Tal y como apunta la doctora Cecilia Gallego, especialista en endocrinología y nutrición de los hospitales Quirónsalud Sagrado Corazón e Infanta Luisa, «se trata de una enfermedad prevenible y tratable que a menudo pasa desapercibida por su carácter asintomático. Así, en algunos estudios, hasta el 95% de los pacientes que presentan una fractura por fragilidad no se les había realizado un diagnóstico previo de osteoporosis. Su etiología es multifactorial, contribuyendo factores genéticos y ambientales».
Esta especialista destaca como las principales causas de la aparición de osteoporosis «la falta de ingesta o la malabsorción de calcio, pero también la imposibilidad de fijar en los huesos el calcio que se ingiere. Sí que hay una predisposición genética y, en el caso de mujeres, la disminución de estrógenos en la menopausia dificulta la fijación en los huesos del calcio que se ingiere. Asimismo, otros factores de riesgo son los asociados a la edad (mayores de 65 años), malos hábitos de vida, como el consumo excesivo de alcohol, tabaquismo, mala alimentación o sedentarismo, así como la ingesta de ciertos medicamentos que pueden provocar pérdida de masa ósea».
La doctora Gallego recomienda la densitometría de fémur proximal y columna lumbar como la prueba más útil para el diagnóstico de osteoporosis, así como para la valoración del riesgo de fractura, y recomenda realizarla a mujeres cuyo riesgo absoluto de fractura, según FRAX (herramienta para calcular el riesgo de fracturas), se hallen en una situación intermedia o elevada de riesgo.
En cuanto al momento de someterse a un screening, esta especialista recomienda realizarlo a partir de la menopausia (más de un año de cese de la menstruación) en el caso de las mujeres y a partir de los 55-60 años en el de los varones.
La osteoporosis se caracterizada por un descenso de la masa ósea y un deterioro en la microarquitectura del hueso, peor calidad ósea que aumenta su fragilidad y el riesgo de fracturas.
El hueso es un tejido biológicamente activo que está en constante proceso de renovación a lo largo de la vida. Este comportamiento dinámico le permite adaptarse para mantener sus principales funciones fisiológicas. El envejecimiento progresivo, la menopausia y las distintas enfermedades o tratamientos producen una pérdida significativa de la cantidad y la calidad óseas con la consiguiente aparición de osteoporosis y el aumento del riesgo de fracturas.
La principal repercusión de la fractura por fragilidad es el impacto que su aparición tiene sobre la vida del individuo. Producen mermas funcionales, precisando hospitalización y un proceso de recuperación lento y, a menudo, incompleto e incapacitante. «Podemos decir que menos del 50% se recuperará por completo y que el 25% va a necesitar cuidados en su domicilio», comenta la doctora. Igualmente, destaca que las fracturas por fragilidad aumentan significativamente la mortalidad: en 2010, el número de muertes debidas a las fracturas osteoporóticas se estimó en 43.000 en la UE.
En España se estima que existen 2.450.000 personas con osteoporosis, siendo la prevalencia en la población mayor de 50 años del 26,07% y del 8,1% en mujeres y varones, respectivamente. La prevalencia aumenta progresivamente con la edad, afectando al 80% de las mujeres mayores de 80 años. En Europa es más probable que una mujer con menopausia sufra una fractura de cadera (40%) que padecer un cáncer de mama (12%).
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