La Sociedade Galega de Xerontoloxía e Xeriatría (SGXX) acaba de celebrar la segunda edición del Curso de Formación Especializada Sociosanitaria para la implementación del Modelo de Atención Integral Centrada en la Persona (AICP).
Lourdes Bermejo, doctora en ciencias de la Educación, gerontóloga social y experta en Intervención Social Integral, fue la encargada de impartir este curso de AICP, un modelo de asistencia destinada a personas mayores dependientes y no dependientes, que busca satisfacer todas sus necesidades vitales y mejorar su calidad de vida, contando en todo momento con su participación plena, sus valores y su visión de cómo debe ser la vida que viven.
En este sentido, Lourdes Bermejo, define esta atención como “un nuevo modelo que contribuye a la mejora del sector, no sólo en cuanto a la calidad de la asistencia, sino porque además logra que las personas mayores sean tenidas más en cuenta desde los equipos profesionales”.
Y es que una de las principales finalidades de la AICP es transformar la manera de trabajar y relacionarse con las personas usuarias, para lograr que resulten atendidas de la mejor manera posible y, a la vez, que tengan la posibilidad de seguir siendo personas adultas, valiosas y reconocidas, conscientes de una mayor calidad de vida en esta etapa vital, aún a pesar del estado de salud o la necesidad de atención.
Y para lograr una eficaz implantación de la AICP esta experta recalca que hay que incidir en todos los ámbitos de la atención: espacios, relaciones, entorno, trato, modo de vida… Por ejemplo, que las residencias e instituciones, sus espacios y las relaciones que generan entre profesionales y personas usuarias, “sean más agradables y amables para las personas en situación de fragilidad, dependencia o discapacidad”. Se debe desarrollar un entorno “lo más parecido a lo que era su hogar” y que el trato recibido sea “más personalizado e individual”.
Pero, como añade Lourdes Bermejo, la AICP es todo esto y mucho más, ya que es también “una forma de relacionarse, a todos los niveles, con la persona a quien prestas apoyos o cuidados y que implica no solo a los profesionales de la atención socio sanitaria, sino a los institución en su conjunto” y para ello “necesitamos considerar la visón individual de cada persona, sus valores, su historia, sus decisiones, sobre cómo quiere vivir su vida”.
Esto implica que profesionales e instituciones que atienden a las personas mayores potencien en ellas su capacidad de valerse por sí mismas y de tomar decisiones, es decir, su independencia y su autonomía, su necesidad de mantener tanto como sea posible el control de su vida, “lo que sabemos mejora su bienestar subjetivo, su autoestima y su calidad de vida”, indica esta experta.
Y es que, el modelo tradicional, “prioriza la calidad asistencial, en función del control y de la seguridad, homogeneizando el trato y la oferta de actividades y de oportunidades para las personas, diseñando siempre desde el punto de vista del profesional y de la organización”. En ese sentido, Lourdes Bermejo destaca que “el modelo tradicional no tiene en cuenta la opinión de la persona ni la considera importante. Pero ahora sabemos que es necesario evolucionar hacia una manera de trabajar donde se dé voz a la persona para escucharla y, junto con nuestra opinión profesional, llegar a un consenso con ella”.
Y precisamente “la AICP establece los vínculos necesarios para que cada persona mayor pueda cumplir con esa vida que desea vivir, de la forma más parecida a como ha sido hasta ahora”, lo que esta experta define como “normalizar la vejez”. Aunque muchos profesionales e instituciones “ya poníamos en práctica algunos de estos aspectos, era más como iniciativa personal, siempre que nos era posible, lo hacíamos, como un plus de calidad en la atención. Esto no era ni lo habitual ni lo oficial, se hacía por nuestra cuenta, no como lo que la entidad nos requería y buscaba”.
Sin embargo, en el momento actual esta manera diferente de trabajar, de concebir la atención “es el foco esencial de la AICP”, lo que la diferencia claramente con el modelo tradicional, sobre todo, por que “convierte lo que antes era casi accesorio e informal en nuestra meta y razón de ser profesional”.
De la atención centrada en el servicio a la centrada en la persona
Se trata de un revolucionario modelo cuya mayor novedad radica en la sustitución de atenciones. “De la atención centrada en el servicio se pasa a una atención centrada en la propia persona, con multitud de cambios que conlleva a todos los niveles: profesionales, de organización, para la empresa, la persona usuaria e incluso para las familias”, subraya Lourdes Bermejo. Y, también en el modo de considerar a la persona y la atención en sí misma pues, con la AICP, se pasa de un modelo de atención para “dependientes” o “enfermos” a una atención para las personas.
No en vano, una de las principales herramientas de la AICP es la ‘Historia de Vida’. Con ella, el personal del centro tiene en cuenta el pasado, la experiencia, la vida vivida, los gustos, necesidades, deseos y anhelos anteriores, presentes y futuros de cada persona, para proponer -y nunca imponer- el modo de vida que mejor pueda adaptarse a esta historia de vida que, a partir de su elaboración, será el guión de referencia en esta etapa.
En ese sentido, existen multitud de profesionales y entidades que están acometiendo el cambio hacia la AICP. Incluso “con muy buena voluntad” advierte esta experta, pero en muchas ocasiones sin los conocimientos teóricos ni metodológicos que les permitan lograr los mejores resultados… «Hemos de pensar que en este sector de la atención a las personas que debe buscar optimizar los recursos humanos para que podamos emplearnos en lograr que las personas no sólo estén bien atendidas, sino que estén lo más felices posible”, advierte.
AICP, el modelo del futuro
Lourdes Bermejo no alberga ninguna duda sobre la prevalencia de la AICP, afirmando que “es el modelo del futuro, aún en proceso de implantación en España, pero con un recorrido y trayectoria en otros países, ya de varias décadas”. La idea de dar respuesta a cada persona en los servicios es una idea que va avanzando en todos los sistemas, el sanitario -con la atención centrada en el paciente- y el educativo -que contempla cada vez más la diversidad y las características y necesidades de cada alumno-, todo ello en coherencia a un desarrollo social y cultural que busca que cada persona logre su máximo desarrollo y en un marco de convivencia basado en los derechos ciudadanos para todas las personas.
Este modelo, asegura, “no es algo que copiemos de otros países o que pretendamos implantar por que está ‘de moda’, sino que es un modo real de mirar y dar soluciones desde nuestra cultura y sociedad, en constante evolución y mejora. No es un sistema cerrado, se enriquece y avanza con el debate, las propuestas en común, el análisis constante de los agentes implicados”.
Para finalizar este curso de la Sociedade Galega de Xerontoloxía e Xeriatría (SGXX) esta experta concluyó que “en la práctica la AICP es sólo un término. Lo importante es su esencia: los valores y filosofía que implica. Se trata en realidad de un modelo de respeto a la persona y de favorecer su calidad de vida y bienestar integral”