Con el objetivo de abordar el papel de los sanitarios, medios de comunicación, administraciones públicas e industria farmacéutica sobre la transmisión de la información sobre las vacunas, el IX Congreso Nacional de la Asociación Española de Vacunología (AEV) acogió un seminario titulado La comunicación sobre vacunas, una responsabilidad compartida. Los expertos asistentes a este encuentro destacaron algunos de los retos pendientes en la vacunología del siglo XXI como las vacunas de patologías crónicas, entre otros.
El objetivo de este foro fue sentar a la misma mesa a todos los actores y agentes implicados en la vacunología actual para afrontar y abordar los retos que unos y otros tienen a la hora de informar sobre las vacunas. El Dr. Amós García Rojas, presidente de la AEV, comentó que la existencia de este tipo de encuentros multidisciplinares “nos permiten resaltar la necesidad de fortalecer la relación entre los profesionales sanitarios y los medios de comunicación, subrayando la importancia de que cualquier noticia que afecte a la salud y a lo sanitario debe estar claramente contrastada en la evidencia, para no causar efectos negativos en la población”.
Las vacunas están reconocidas, junto al saneamiento del agua y los antibióticos, como una de las herramientas que más han hecho por aumentar la cantidad y calidad de vida de las personas
Este objetivo es compartido por la Asociación Nacional de Informadores de la Salud – ANIS. Su presidente, Emilio de Benito, destacó que “las vacunas están reconocidas, junto al saneamiento del agua y los antibióticos, como una de las herramientas que más han hecho por aumentar la cantidad y calidad de vida de las personas. Y, sin embargo, periódicamente hay que informar sobre su valor, porque se nos olvida o las damos por superadas o peligrosas».
Además, entre los principales retos pendientes en la vacunología del siglo XXI García Rojas destaca, “conseguir vacunas más inmunógenas, con efectos secundarios mínimos; nuevas vías de administración, asequibles en precio; y nuevas vacunas frente a enfermedades de las cuales no disponemos en estos momentos. Vacunas no solo limitadas a enfermedades transmisibles, sino incluso a patologías crónicas”.
Formación, información y concienciación social sobre vacunas
Por su parte, Francisco Romero, delegado territorial de la ANIS en Valencia, resaltó que “falta cierta formación, información y concienciación social sobre los beneficios que aportan las vacunas”. En su opinión, “las dudas de seguridad y eficacia que plantean las vacunas solo se explican y mantienen por el sesgo informativo de algunos medios de comunicación, la permisividad legal que subsiste respecto a la difusión de bulos sobre salud y la falta de eficacia de algunos profesionales sanitarios para dar ejemplo y transmitir la trascendencia sociosanitaria de estos recursos”.
En la misma línea, según apuntó la redactora jefe de la revista Quo, Lorena Sánchez, “los periodistas de medios especializados tienen buenas fuentes de información y recurren a buenos especialistas a la hora de informar sobre vacunas. El dilema está en cómo atajar a los líderes de opinión que vierten falsa información en momentos máxima audiencia”.
En este sentido, el Dr. José Antonio Lluch, jefe del servicio de Promoción de la Salud y Prevención en las Etapas de la Vida de la Dirección General de Salud Pública de la Conselleria de Sanitat Universal i Salut Pública de la Comunitat Valenciana, resaltó que también la administración sanitaria tiene un papel “para facilitar a la población información veraz y sin conflicto de interés relativa a la vacunación; garantizando que se conozcan los programas de vacunación puestos en marcha para prevenir las enfermedades inmunoprevenibles y dando cuenta de los resultados coberturas”.
En este sentido, entre los retos de futuro, menciona, por parte de la administración, “mayor transparencia con los programas de vacunación facilitando la difusión de resultados; y por parte de los clínicos, ser capaces de analizar de una manera más crítica la información que reciben sobre vacunas”.
Por su parte, la Dra. Pilar García Corbeira, directora médica de Vacunas en GSK, recordó que las vacunas son productos con un proceso de fabricación más complejo que en el caso de los medicamentos y fármacos no biológicos. En su intervención repasó los estrictos y rigurosos procesos y controles de seguridad con los que se testan las vacunas en voluntarios sanos antes de que puedan ser aprobadas por las autoridades sanitarias.
De hecho, de media una vacuna se ensaya con entre 10.000 y 90.000 personas aproximadamente durante su desarrollo, un proceso del que los controles de calidad representan aproximadamente el 70% de un plazo que puede alcanzar los diez años de desarrollo hasta su comercialización.
García Corbeira, recalcó que todos estos rigurosos controles se mantienen durante las fases de fabricación de las vacunas ya autorizadas. En este sentido, desde el momento en el que una compañía recibe las materias primas para la fabricación hasta que la vacuna está lista para su distribución en el mercado, “pueden llegar a transcurrir hasta 26 meses».