El Informe 2016, al igual que en informes anteriores, confirma que las proyecciones de población en nuestro país para las próximas décadas tienden a que las personas de más de 65 años sigan aumentando, lo que implica que la estructura de edad de la población española envejecerá de forma acelerada e intensa. Junto a ello, la consolidación del aumento de la esperanza de vida, «reflejo del bienestar de una comunidad, constituye uno de los indicadores que, de forma sintética, mejor describe la salud de nuestra población«, tal y como indica Carmen Balfagón Lloreda, Directora General del Imserso.
De hecho, en España, además, las proyecciones de población calculadas a partir de la población del 1 de enero de 2016 (INE) apuntan a que en las próximas décadas la población de 65 años y más seguirá aumentando hasta el año 2050, momento en el que comenzará un punto de inflexión y lentamente tenderá a ir disminuyendo.
Entre el 2050 y el 2060, la población total bajará en algo más de dos millones de habitantes y, de ellos, el grupo de los mayores de 65 años solo perderá el 0,1%. En el año 2060 habrá algo menos de 15 millones de mayores, menos del doble que en la actualidad, y representarán más de un tercio del total de la población española (35,6%).
Los datos indican que la estructura de edad de la población española envejecerá de forma intensa, acelerada en algunos períodos concretos. De hecho, la primera vez que el porcentaje de población mayor superó al de población en edad infantil (de 0 a 14 años) fue en el año 2000, y desde entonces no ha parado de aumentar.
Previsiblemente, según los datos proyectados, en las próximas décadas del siglo XXI, desde finales de los años veinte y durante los treinta se disparará el volumen de población de mayores de 65 años en relación con el de la población de menos de 14 años. Desde el 2040 hasta el 2065 la distancia porcentual entre los dos grupos será del triple; pero no aumentará, sino que se mantendrá estable dentro de la gran distancia porcentual que los separa
A juicio de Directora General del Imserso uno de los retos más importantes que afrontan hoy las Administraciones Españolas es el de diseñar e implementar políticas de envejecimiento activo. «El aumento de la supervivencia de la población ofrece nuevas oportunidades asociadas con la participación activa de las generaciones mayores. La edad ha dejado de ser el instrumento exclusivo para determinar la salida del mercado laboral. Además, la participación activa de la población mayor abre nuevos mercados de bienes y servicios para clientes de más edad», afirma indica Carmen Balfagón.
Este trabajo es fruto de la colaboración de las distintas Administraciones públicas –Administración General del Estado, Comunidades Autónomas, Ciudades Autónomas y Diputaciones Forales vascas– que aportan la información de los indicadores relativos a las personas mayores. Asimismo, participan expertos en las distintas áreas de conocimiento que se incluyen en este Informe.
El Informe 2016 está estructurado en siete capítulos: indicadores demográficos; indicadores socio-económicos (protección social, situación económica y relación con el mercado de trabajo); estado de salud y calidad de vida; servicios sociales para personas mayores en España; formas de convivencia, estilos de vida, relaciones personales; los mayores y la sociedad de la información y, por último, los malos tratos a las personas mayores.
Los interesados pueden consultar al completo el Informe sobre las personas mayores en España aquí.
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