Un artículo de los profesionales de Grupo Clece Ana Mª Robles Rodríguez (Fisioterapeuta), Mª Jesús Sierra Robles (D.U.E. Especialista en Geriatría), Noelia Sierra Tendero (Terapeuta Ocupacional) y Clara Luque Jiménez (Psicóloga y Directora de Residencia de Mayores)

 
El concepto de síndrome geriátrico hace referencia al conjunto de cuadros originados por la conjunción de una serie de enfermedades que alcanzan una enorme prevalencia en las personas mayores, origen, en muchos casos, de incapacidad funcional o social.

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Es fundamental la actuación conjunta del equipo multidisciplinar en el tratamiento y prevención de los grandes síndromes geriátrico

Existen varios síndromes geriátricos, los cuales pueden derivar de una misma causa o, al contrario, varias causas pueden provocar uno o más síndromes.
Sin embargo, en este artículo vamos a abordar los que se consideran grandes síndromes geriátricos, ya que son los que muestran más prevalencia en instituciones sociosanitarias. Dichos síndromes son:

  • Inmovilidad: restricción en la capacidad de transferencia y/o desplazamiento de una persona.
  • Caídas: precipitación repentina al suelo que se produce de forma involuntaria.
  • Incontinencia Urinaria: pérdida involuntaria de orina objetivamente demostrable.
  • Deterioro cognitivo: pérdida o reducción, temporal o permanente, de varias funciones mentales superiores en personas que las conservaban intactas previamente.

Para poder comprender cómo el equipo multidisciplinar interviene conjuntamente y de manera holística en el tratamiento de pacientes institucionalizados que presentan uno o varios de estos síndromes, desarrollamos el abordaje terapéutico llevado a cabo por los siguientes áreas: enfermería, fisioterapia, terapia ocupacional y psicología.
Caso: mujer de 90 años con AP de deterioro cognitivo moderado, HTA, hipercolesterolemia, síndrome ansioso-depresivo, hernia de hiato y glaucoma.
Condiciones generales previas: dependiente leve para las ABVD, independiente para las transferencias y para la marcha (uso de ayudas técnicas: andador), alto riesgo de caídas, incontinencia urinaria de urgencia.
Sufre un ingreso hospitalario de dos semanas de duración por un cuadro de infección respiratoria. Tras su regreso al centro, se realiza una valoración integral, observándose un empeoramiento  generalizado: síndrome confusional agudo, dependencia grave para las ABVD, incontinencia urinaria, debilidad muscular generalizada con incapacidad para la deambulación (traslados en silla de ruedas), mucha dificultad para las transferencias y la bipedestación estática y alto riesgo de caídas.
Abordaje terapéutico:
Incontinencia urinaria

Establecemos una serie de intervenciones no farmacológicas que ayuden a la paciente a disminuir la intensidad de la misma y/o recuperar su continencia.

En primer lugar, establecemos un diario miccional para determinar el número de veces y horarios aproximados de evacuación. Seguidamente, comenzamos con diversas técnicas de modificación de conducta tales como: reentrenamiento vesical con micciones programadas y realización de ejercicios de Kegel (restablecimiento de tono muscular en el suelo pélvico).

Asimismo, debemos tener en cuenta otros aspectos durante el tratamiento, como son los hábitos alimenticios y la valoración de fármacos que puedan influir en este trastorno (antipsicóticos, diuréticos…).

Inmovilidad

El plan de actuación irá encaminado a detectar cuales son los factores etiológicos causantes de este síndrome, que en este caso serían la debilidad muscular en MMII, el dolor articular y las alteraciones del equilibrio.

La intervención terapéutica se basa principalmente en favorecer la movilidad en la paciente, tanto de forma pasiva como activa, realizando tanto las transferencias como los traslados con ayuda, fortalecimiento de la musculatura y ejercicios de propiocepción.

Además, es de vital importancia el reentrenamiento de las ABVD, el cual no es un tratamiento específico para el inmovilismo como tal, pero sí beneficioso para su eliminación. Se realizarán talleres de psicomotricidad, gerontogimnasia y terapias de ocio y tiempo libre, que favorezcan la actividad de la paciente.

Caídas

Los factores de riesgo más importantes para la aparición de este síndrome son: debilidad muscular, alteraciones de la marcha y el equilibrio, deterioro cognitivo y polimedicación.

En este caso, el tratamiento a seguir para evitar las caídas sería el fortalecimiento de la musculatura de MMII mediante ejercicios activos y de PNF, ejercicios de equilibrio y coordinación, eliminación de barreras arquitectónicas, adaptación del entorno a sus déficits sensoriales y la supervisión constante por parte del personal del centro.

Si se produjese una caída, debemos estudiar la etiología de la misma para intentar evitar que vuelva a ocurrir, además de enseñar a la paciente técnicas adecuadas para poder levantarse con seguridad.

Deterioro cognitivo

Tras valoración, la MAP determina el ajuste de la medicación en cuanto a psicofármacos se refiere con el objetivo de hacer frente al síndrome confusional agudo existente. Para la eliminación de éste, es fundamental el mantenimiento de la homeostasis interna de la paciente, además de favorecer la orientación temporo-espacial mediante la adecuación de los espacios para que le sean familiares, incrementando la presencia en el centro de sus seres allegados e intentando respetar las rutinas y hábitos propios de la paciente.

Para intentar frenar el avance de su deterioro cognitivo, llevaremos a cabo distintas terapias: cognitiva, de funciones ejecutivas, reminiscencia, de orientación a la realidad… Con respecto a la sintomatología emocional, realizamos terapias de reforzamiento del sentimiento de cohesión de grupo, de aumento del autoestima y del de autosuficiencia. Todas las terapias realizadas se diseñan respetando las preferencias y gustos de la paciente.

En definitiva, las intervenciones descritas para el tratamiento de los grandes síndromes geriátricos son complementarias entre sí, ya que el proceso terapéutico planteado para un síndrome puede ser útil también para tratar cualquier otro. Además, dichas técnicas pueden extrapolarse para el abordaje de otros síndromes no descritos como pueden ser la aparición de úlceras por presión, la depresión, aislamiento social… 
Finalmente, debemos destacar la importancia de la actuación conjunta del equipo multidisciplinar en el tratamiento y prevención de los grandes síndromes geriátricos en personas institucionalizadas, ya que debemos ver a los pacientes como un todo y no intervenir en el tratamiento de sus signos y síntomas de manera independiente.