La sepsis, una infección que altera la reacción normal del organismo y provoca graves lesiones en tejidos y órganos, causa hasta 6 millones de muertes al año en todo el mundo, de las cuales la mayoría puede prevenirse, tal y como se advierte desde la Organización Mundial de la Salud (OMS). De ahí que esta entidad recalque la necesidad de mejorar la prevención, diagnóstico y tratamiento.

Y es que solo en la región europea de la OMS se registran más de 3,4 millones de casos de sepsis (siendo las personas de edad avanzada un grupo de especial riesgo), y de ellos, 700.000 causan la muerte, según reflejan los datos de la Global Sepsis Alliance. A ello hay que añadir que cerca de un tercio de los supervivientes fallecen al año siguiente de la infección y muchos sufren problemas físicos, psicológicos y cognitivos para el resto de sus vidas. Por ello, desde la OMS se hace un llamamiento para adoptar medidas de higiene, prevención y control de infecciones en los centros de salud.

La sepsis puede aparecer por infecciones causadas por bacterias, virus, hongos y parásitos, siendo las bacterianas las más comunes. La resistencia a los antimicrobianos hace que sea mucho más difícil tratar las infecciones y evitar que se conviertan en sepsis. Y para evitar infecciones, y que estás evolucionen a sepsis, la OMS recuerda que tanto en las comunidades como en los centros de salud se debe detectar de forma temprana los signos y síntomas de sepsis e implementar un tratamiento antibiótico eficaz.

Desde esta entidad se recuerda también la necesidad de tomar medidas para evitar infecciones asociadas a la atención médica y que los profesionales sanitarios realicen «buenas prácticas» de higiene y prevención y control de infecciones, como por ejemplo la higiene efectiva de las manos.

La siguiente infografía de la OMS muestra las medidas a tomar para prevenir la sepsis y el papel que deben jugar los profesionales de la salud:

Este organismo de Naciones Unidas ha solicitado a todos los países implementar la resolución de sepsis ‘WHA 2017’ y fortalecer las políticas y procesos relacionados con la sepsis, especialmente para prevenir las infecciones y la propagación de la resistencia a los antimicrobianos.
En la misma se subraya la importancia de reforzar la capacitación de los profesionales sanitarios para reconocer y tratar eficazmente la enfermedad, mejorar el seguimiento y la notificación de casos, y promover la investigación para desarrollar más herramientas para el diagnóstico y tratamiento de la sepsis.