Reconocer el trabajo de personas, empresas, instituciones y medios de comunicación que facilitan la integración laboral de personas en riesgo de exclusión social es el objetivo de los Premios Randstad, que en esta su XIII edición, han distinguido al arquitecto Enrique Rovira-Beleta Cuyás con el premio al Compromiso y Liderazgo Inspirador por su promoción de la accesibilidad.

Arquitecto especializado en el ámbito de la accesibilidad

Enrique Rovira-Beleta imparte la materia obligatoria de “Accesibilidad” en UIC Barcelona School of Architecture y dirige el Postgrado en Accesibilidad y Diseño para Todos, (online interactivo) que este próximo curso realiza su octava edición. En lo profesional, acumula una trayectoria de más de 30 años como arquitecto especializado en el ámbito de la accesibilidad y la supresión de barreras arquitectónicas y en la comunicación.
Entre los trabajos de Rovira-Beleta destacan los planes de accesibilidad para los Juegos Olímpicos y Juegos Paralímpicos de Barcelona’92, para la EXPO Zaragoza 2008 o para el Conjunto Monumental de la Alhambra de Granada, y actualmente para el estadio “Johan Cruyff” del FC Barcelona, Teatro Nacional de Catalunya, y Código Operativo de Accesibilidad de TMB – Transportes Metropolitanos de Barcelona.
Rovira-Beletarecibió el premio con agradecimiento por el reconocimiento de su esfuerzo durante más de 35 años trabajando en la mejora de la accesibilidad y la calidad de vida de todos los ciudadanos, «especialmente aquellas personas con grandes discapacidades, motóricas, sensoriales y/o cognitivas, y además como profesionales de la arquitectura accesible en el sector privado trabajando en años difíciles, sin disponer de ayudas institucionales o públicas».
Así mismo, este profesional indicó que el premio le incentiva a seguir trabajando en este campo, en una década en la que habrá muchísimo trabajo debido al incremento del envejecimiento en todas las familias. «Estas personas necesitarán sin falta que su entorno, vivienda, medios de transportes, sistemas de comunicación e información, nuevas tecnologías, productos, servicios, edificios y entornos sean accesibles en todos sus detalles, y a poder ser en donde la accesibilidad pase desapercibida, respetando al máximo el diseño original, y con un coste económico bajo o nulo».
Finalmente, Rovira-Beleta aprovechó para agradecer al personal de su despacho, como colaboradores «por la paciencia que han tenido conmigo, al estar siempre revisando todos los detalles, para que los trabajos que redactemos sean lo mejor posible», y una mención especial tuvo para su socia Ana Folch, «que sin su ayuda y su trabajo continuo hubiera sido muy difícil conseguir lo que llevamos haciendo tantos años juntos”.