Un artículo de Elena Pujol, Pedagoga y logopeda
Departamento de innovación y producto Corporación Fisiogestión
El envejecimiento es una etapa natural de la vida en la que el cuerpo va sufriendo cambios anatómicos y fisiológicos que se traducen en pérdidas funcionales. Estos cambios suelen presentarse de forma lenta y progresiva, de modo que las personas nos adaptamos a ellos sin dificultad.
A nivel del cerebro se produce una pérdida de neuronas que con los años acaba afectando al rendimiento cognitivo: aparecen problemas de memoria, dificultades para concentrarse, cuesta encontrar la palabra precisa, nos ofuscamos más a menudo, perdemos lucidez, los problemas cotidianos parecen más difíciles de resolver…
El envejecimiento es inevitable pero el impacto de estos cambios se puede ralentizar si mantenemos el cerebro sano y en forma. La ciencia nos aporta argumentos muy interesantes que sustentan las recomendaciones que se ofrecen en este post:
El cerebro tiene la capacidad de activar mecanismos para ralentizar las perdidas y compensar sus efectos sobre el rendimiento cognitivo. Esta capacidad se conoce como reserva cerebral.
La reserva cerebral se acumula a lo largo de la vida a través de los aprendizajes que vamos incorporando. Con cada aprendizaje, con cada vivencia nuestro cerebro va creando redes neuronales y reforzando así su capacidad de respuesta.
Los cerebros con redes neuronales más fuertes pueden afrontar mejor los daños cerebrales y compensar sus efectos negativos sobre el rendimiento cognitivo.
Además está demostrado científicamente que el cerebro humano es capaz de crear nuevas conexiones e incluso de formar neuronas nuevas hasta edades avanzadas. Los especialistas recomiendan mantener la mente activa para aumentar la reserva cerebral.
¿Qué hacer para mantener el cerebro sano y en forma?
La salud cerebral se sustenta sobre varios pilares. Debemos adoptar hábitos saludables en cada uno de ellos.
- – Alimentación variada y equilibrada en nutrientes
- – Actividad física moderada pero regular
- – Dormir las horas suficientes procurando que el sueño sea el máximo de reparador.
- – Disfrutar del ocio y de las relaciones sociales
- – Mantener la mente activa
Recomendaciones para mantener la mente activa
Realizar actividades que activen las distintas funciones cognitivas: atención, memoria, concentración, cálculo, lectura, escritura, planificación y razonamiento. La lista de actividades es muy amplia. Algunos ejemplos serían: leer diariamente, practicar la escritura manual, realizar manualidades, juegos de mesa, pasatiempos variados, seguir series de televisión, escuchar música, aprender y recitar poesías, aprender cosas nuevas (idioma, instrumento musical, asistir a charlas y seminarios), practicar la estimulación cognitiva en plataformas online como FesKits.
La clave del éxito está en seleccionar las actividades adecuadas:
- Elegir actividades que nos interesen y nos motiven
- Al realizarlas tenemos que notar que nos exigen un esfuerzo mental
- Practicar actividades variadas para garantizar que ejercitamos todas las áreas del cerebro.
- Ser constantes en su práctica.
Y es que, tengas la edad que tengas tienes motivos para mantener la mente activa y aumentar tu reserva cerebral.