Psicogerontóloga experta en demencias
Directora de Comunicación y Demencias
El avance de personas mayores que viven en residencias en España pone de relieve la importancia de facilitar su adaptación a este cambio fundamental en el desarrollo de sus vidas. La transición del propio domicilio a una residencia no es un camino libre de peajes. Diversos estudios la asocian con la aparición de estrés, ansiedad, una mayor prevalencia de depresión, soledad de abandono y un incremento del deterioro cognitivo y la desesperanza, si lo comparamos con aquellas personas que residen en su entorno habitual.
Razones más que suficientes para que los profesionales asumamos la responsabilidad de ofrecer entornos significativos de participación que redunden en una mejor salud psicosocial de las personas mayores que viven en residencias.
Todos necesitamos sentirnos en compañía y relacionarnos con los demás aunque, en muchas ocasiones, mantener las redes de relaciones personales es una parte del peaje impuesto en el traslado a una residencia. En este sentido, el apoyo social cobra especial relevancia en los entornos de cuidados, pues los sistemas de apoyo que disponen y utilizan las personas mayores se relacionan con su salud y calidad de vida.
Si nos detenemos a analizar estas redes de relaciones, inmediatamente dibujamos un perfil de interacciones mayoritariamente entre “iguales”. La interacción de la persona mayor con jóvenes es escasa y en aquellas que no reciben visitas se delimitan las conversaciones, los recuerdos y las expectativas personales. Por lo tanto, el bienestar social es tan importante como el bienestar físico y mental para alcanzar el envejecimiento activo.
Con el objetivo de ofrecer este camino hacia el envejecimiento saludable resulta clave mantener la identidad personal, favoreciendo que las personas mayores sientan confianza y control sobre sí mismos y su entorno. Así pues, toda acción diseñada para tal fin debe potenciar los sentimientos de autoeficacia y de utilidad en las personas mayores.
La tecnología se está tornando crucial en la promoción de la vida independiente de la persona mayor. La tecnología puede ayudar a las personas mayores en el entrenamiento de diferentes habilidades, en la mejora del desempeño de las variables cognitivas y en la creación de altos niveles de satisfacción que contribuyen al envejecimiento activo desde diferentes niveles.
Por otra parte, los programas de relaciones intergeneracionales dirigidos a mejorar la comunicación y fomentar la interacción emocional pueden ser un enfoque terapéutico y educativo adecuado. Bajo esta premisa, desde la Unidad de Promoción del envejecimiento saludable y prevención de problemas cognitivos del Servicio de Atención de la Facultad de Psicología de la Universidad de Salamanca, se diseñó SmileConnect, un programa intergeneracional de videoconferencias entre personas mayores de residencias y jóvenes extranjeros estudiantes de castellano. Hasta la fecha se ha puesto en práctica en tres residencias gerontológicas de nuestro país con el objetivo de evaluar su efectividad, obteniendo resultados muy positivos.
SmileConnect se trata de una propuesta de participación donde la persona mayor se siente útil al comprobar que su actividad tiene efectos beneficiosos sobre otras personas, los jóvenes extranjeros. Conocer personas de otros países y poder ayudar a que mejoren su idioma resultó una actividad relevante que trajo consigo emociones positivas y beneficiosas tanto en la persona mayor como en los jóvenes.
Este programa, diseñado específicamente para residencias de personas mayores, ha demostrado sus beneficios al mejorar la autoestima y el afecto positivo en los residentes. Además, el la participación en el programa redujo de manera significativa los estereotipos negativos hacia la vejez en los jóvenes extranjeros.
En conjunto, estos hallazgos apuntan a la creación de contextos online de comunicación intergeneracional como una estrategia de envejecimiento activo prometedora con un gran potencial de impactar positivamente en la calidad de vida de las personas mayores que viven en residencias.
*Los resultados de esta investigación se encuentran en revisión en el Journal of Applied Gerontology.