Un artículo de Emilio J. Checa, Responsable de Negocio en STIMULUS
Actualmente, las nuevas tecnologías están protagonizando grandes cambios en muchos ámbitos de nuestra vida, y también en muchos sectores económicos. Se acepta que mejoran nuestra calidad de vida y que generan grandes oportunidades, pero no por ello dejan de ser controvertidos algunos de los avances más significativos.
También es motivo de debate el papel que juega entre las personas mayores, desde si no son inclusivas con ellos, hasta de qué manera puede estar impactando en la forma en que se prestan los cuidados a los dependientes.
Centrando la atención en el papel que juegan las NNTT en el envejecimiento activo, hemos de abordarlo esta cuestión desde dos perspectivas. La primera de ellas, como herramientas que permiten una mejor calidad de vida, fomenta un envejecimiento activo y saludable. Y la segunda, colocando a la persona mayor como consumidor habitual de nuevas tecnologías, que permiten una mayor y mejor integración en la sociedad.
Herramientas para favorecer el envejecimiento activo
Que la tecnología permite que las personas mayores, especialmente las que se encuentran en situación de dependencia, puedan ser asistidas en su propio hogar es un hito más que superado, logrado hace ya algunos años.
Pero más allá de la teleasistencia, la telemedicina o la medicina móvil (eHealth y mHealth respectivamente), debemos hablar de un nuevo ecosistema de productos tecnológicos que están permitiendo mejorar la calidad de vida de mayores y cuidadores.
Es el caso por ejemplo de las pulseras con geolocalización por GPS que además permiten medir el pulso, hacer llamadas por voz, o dar un aviso de emergencia. Estos wearables junto con otros instrumentos asociados al IoT (internet de las cosas), como por ejemplo las etiquetas inteligentes que permiten monitorizar la actividad en casa sin ninguna violación de intimidad. En ambos casos se le ofrece al cuidador una herramienta de control que le permite una mayor tranquilidad y confort, y al cuidado un entorno seguro donde desenvolverse con mayor libertad y autonomía.
Las tecnologías también estén muy presentes en el cuidado personal, en especial en el mantenimiento físico y funcional. En este apartado debemos destacar el papel que están jugando las plataformas de estimulación cognitiva, en las que cada vez más personas mayores se incorporan como usuarios, conscientes de la importancia de tomar un papel activo ante el envejecimiento y de que es posible tomar las riendas de su estado de salud física y mental.
Consumidores de TIC
No hay que olvidar que en torno al 25% de nuestra población tiene 60 o más años. Lo que les sitúa como un nicho de gran peso en prácticamente cualquier mercado. También en el de las nuevas tecnologías, y más concretamente las TIC.
Actualmente conviven dos tipos de consumidores. Los que se han incorporado al uso de las nuevas tecnologías de una forma más natural, porque ya habían desarrollado esas competencias digitales (bien por su actividad profesional o por haberse iniciado anteriormente en sus ratos libres), y los que se incorporan ya alcanzada esta edad a través de la adquisición de estos conocimientos en distintos talleres de informática o de manera autodidacta.
En ambos casos crece rápidamente el uso de las TIC por parte de la persona mayor, que encuentra grandes ventajas al uso de Internet para estar informado a demanda, o en el uso de las comunicaciones móviles para estar en contacto con sus seres más queridos, a través de videoconferencia, incluso.
Acaban siendo usuarios activos del Smartphone o de las redes sociales. El impacto es notable en cuanto a que cada vez más firmas tecnológicas fijan su objetivo en los senior ante el lanzamiento de nuevos productos o servicios.
Podríamos citar numerosos proyectos de investigación o innovación tecnológica donde se pone de manifiesto el impacto que las TIC pueden tener en la calidad de sus vidas, así como las muchas iniciativas de estrechamiento de brecha digital que se están llevando a cabo, y este es un aspecto especialmente importante.
Hoy en día las nuevas tecnologías son clave para el acercarnos al nuevo paradigma de atención centrada en la persona y en el hogar. Permiten que las zonas rurales (donde la población es fundamentalmente mayor) puedan acceder a los mismos servicios que las urbanas, incluso que la diferencia de recursos económicos no sea un problema.
En este último sentido, hay algunas iniciativas importantes, destacando la que impulsó recientemente el Gobierno de Uruguay bajo el llamado Plan Ibirapitá, un plan de inclusión digital que alcanzará este año los 230.000 beneficiarios, los cuales reciben equipamiento, formación y acceso a contenido de gran valor para ellos.