Un artículo de David Roa Arbeteta,
Experto en la gestión de centros sanitarios y de servicios sociales
Es de sobra conocida la importancia del ambiente en el que vivimos, el grado de contaminación al que estamos sometidos o las horas de luz diarias de las que disfrutamos. Esas variables que rodean nuestra rutina afectan de forma decisiva a nuestra salud y tienen un alto impacto sobre nuestra esperanza de vida.
Sin embargo y a pesar de que las circunstancias ambientales son claves en nuestro bienestar, de media el 90% del tiempo de nuestra vida se desarrolla entre 4 paredes, bien sean las de nuestra vivienda, nuestro lugar de trabajo o en medios de transporte.
En base a este dato ha surgido un nuevo concepto de arquitectura que se materializa en las casas wellness, viviendas en las que todo está cuidadosamente estudiado para contribuir a una vida más larga y feliz.
Diferentes estudios han demostrado de forma certera el impacto que el color de las paredes o la iluminación de nuestras viviendas tiene en nuestra salud y estado de ánimo. Sin embargo, y a pesar de ser estos aspectos relevantes, las casas wellness suponen una verdadera revolución en el concepto de domótica que tanto ha avanzado en los últimos años.
En las construcciones más innovadoras podemos disfrutar de duchas con difusores vitamínicos, filtros que enriquecen y limpian el aire que respiramos, agua purificada para ser ingerida, suelo radiante y, por supuesto, un sistema solar y de luz que acompañe nuestro ciclo vital diario.
El simple hecho de residir en estas viviendas no supone por si solo un aumento de nuestra esperanza de vida y de la calidad de la misma pero, sin duda, es una herramienta más que nos ayuda a envejecer de la forma más beneficiosa posible.
La creación de este nuevo concepto de vivienda supone la implicación definitiva de la arquitectura al servicio de la salud y de los muchos senior que quieren cuidar su salud y se preocupan cada vez más por disfrutar de un alto grado de bienestar y de los años acumulados.
Un hecho que lastra la expansión de este tipo de viviendas en el alto coste que supone para el inquilino, precios inalcanzables para una clase media normal.
Pequeños elementos que podemos adaptar y debemos cuidar en casas dónde hay un mayor residiendo son:
- Eliminación de alfombras y obstáculos
- Iluminación adecuada en todas las salas
- Posibilidad de contar con un sistema de tele asistencia
- Baños adaptados con la instalación de platos de ducha
- Presencia de ascensor en caso de ser viviendas a diferente altura
- Reducir al máximo la cantidad de mobiliario presente en las instancias
- Suelos antideslizantes en zonas húmedas: cocina y baños
- Evitar la aparición de humedades y ventilar a diario la vivienda
En muchas ocasiones las patologías asociadas con la edad generan que nuestros mayores deban permanecer gran parte del día en sus residencias, lo cual nos obliga a que estas estén adecuadas y adaptadas a ellos y sus circunstancias permitiendo su estimulación y facilitando la ejecución de sus actividades básicas de la vida diaria.
Sobre el autor: David Roa Arbeteta
David Roa Arbeteta es un profesional sanitario experto en la gestión de centros sanitarios y de servicios sociales con una experiencia superior a los diez años en el área de la salud, el bienestar y la geriatría.
Diplomado en fisioterapia por la URJC de Madrid, termina su formación sanitaria con el Máster en osteopatía por la EOM y con el Máster en Dirección de Servicios Sociales por ESADE. Ha liderado la formación internacional de equipos sociosanitarios en la India, México, Brasil, Malasia y es tutor en la URJC de Madrid.
Creador de protocolos y programas de rehabilitación física en el área del senior, colaboradora en diversos medios de comunicación con artículos orientados al bienestar y la salud. En su experiencia profesional destaca la gestión y dirección de diferentes centros sanitarios y de mayores.