En este experimento, conducido por el filósofo José Antonio Marina, se dieron cita un total de 30 mayores de las residencias madrileñas de Amavir en Usera, Valdebernardo, Ciudad Lineal, Alcorcón, Puente de Vallecas y Arganzuela, junto con 30 jóvenes. Ambos grupos fueron preguntados sobre diferentes cuestiones, como si son patriotas, si se deberían prohibir los toros o si han pasado hambre alguna vez en la vida.
El resultado del experimento, en palabras de Marina, era totalmente imprevisible, como lo demostró la primera pregunta: “¿a menudo piensas en la muerte?”. Las personas de edad avanzada, que en principio deberían estar más preocupadas por el final de su vida, tienen tendencia al olvido de su situación y es la gente joven la que piensa más en el final de sus días que la gente de mucha edad, afirmó José Antonio Marina. “Si la tengo segura, para que voy a pensar en ella”, comentaba una de las residentes.
Soprendentemente, en relación a la dependencia sobre el móvil, una única persona mayor, una de las mujeres residentes de Amavir, reconoció su dependencia al dispositivo y respondió afirmativamente a la pregunta. “Tengo seis hermanos y los llamo por la mañana y por la noche, uno en Palma de Mallorca y los demás repartidos por ahí”, comentaba.
“Si lo fueras, ¿reconocerías abiertamente tu homosexualidad?”. Pocos fueron los mayores que se mantuvieron en el círculo del SI, pero también algún joven se posicionó en el círculo del NO. Una de las residentes de Amavir reconoció que sí comentaría de forma abierta su orientación sexual, porque “en la sociedad ya hay libertad para expresarse libremente las personas”. Marina analizó que aquellas personas jóvenes que se posicionaron en el NO no lo hacían por considerar que es algo malo, como pensarían algunas personas de más edad, que fueron las que ocuparon mayoritariamente el círculo.
En las personas de edad avanzada es un tanto “perturbador” volver a enamorarse, comentaba el filósofo sobre las respuestas que ofrecieron a la pregunta “¿te gustaría volver a enamorarte?”. El gran porcentaje de los mayores comentaba que no, y apenas dos confirmaron que sí.
El experimento de El Hormiguero 3.0 no podía acabar sin un consejo de los mayores de Amavir a las generaciones venideras y viceversa: “Que no se os olvide esta edad y que cuando seáis mayores tengáis optimismo, y que miréis por los que vienen debajo también”, comentaba una de las residentes. “Yo quiero deciros que si os queda algo por hacer que lo hagáis, porque lo más importante es no quedarse con mal sabor de boca”, quisieron recordar a los mayores el grupo de jóvenes.
Campamentos de verano en la residencias Amavir
Las residencias de Amavir en Navarra (Oblatas, Mutilva e Ibañeta), Amavir Coslada (Madrid) y Amavir Teiá (Barcelona) han abierto ya sus puertas a los más pequeños para convertirse en campamentos de verano. Aproximadamente 15-20 niños y niñas por cada centro, con edades comprendidas entre los 6 y los 12 años, disfrutarán de diferentes actividades educativas y de ocio junto a las personas mayores que residen en Amavir.
Los niños llegarán cada día al centro para iniciar su jornada de ocio a primera hora de la mañana y permanecerán en el mismo hasta última hora de la tarde. Los niños y niñas que participan en la actividad son principalmente hijos de trabajadores y nietos o familiares de residentes.
Esta iniciativa fomenta que las personas mayores implicadas en actividades intergeneracionales se sienten más felices que otros mayores de su misma edad. Además, compartir con los más pequeños su jornada diaria, incrementa su actividad física, cognitiva y social, promoviendo el envejecimiento activo y saludable. Para los más pequeños, estas actividades son también una lección de vida, de la que aprenden las experiencias de los mayores y sus historias de juventud.
A esta nueva edición de los campamento de verano se han sumado también, por primera, vez las residencias de Amavir Coslada (Madrid) y Amavir Teiá (Barcelona). Compartir desayunos y comidas entre residentes y niños, gimnasia, participar en gymkanas, bingos, excursiones, talleres creativos o juegos deportivos, son ejemplos de las muchas actividades que realizarán durante cinco días mayores y pequeños de forma conjunta.