Presidenta del Círculo Empresarial de Atención a las Personas (CEAPs)
Cinta Pascual intervendrá en el II Congreso Intersectorial de Envejecimiento y Dependencia, que se celebra los días 27 y 28 de septiembre en Jaén. Además de presidenta del CEAPs, también es presidenta de la Asociación Catalana de Recursos Asistenciales (ACRA) y de la Asociación de Mujeres Empresarias y Directivas (ADEDE). En 1995 creó L’Onada Serveis, una organización especializada en servicios a las personas.
En la siguiente entrevista explica la necesidad de escuchar y atender las necesidades de las personas mayores, los principales retos a los que se enfrentan los profesionales de la atención y los objetivos de CEAPs como representante de las empresas del sector de la dependencia.
¿Por qué nace CEAPs? ¿Cómo representa CEAPs a las empresas del sector de la dependencia?
El Círculo Empresarial de Atención a las Personas nace por la necesidad de un organismo que representase realmente a las personas, es decir, al empresario, al profesional y al usuario. Estamos presentes en nueve comunidades autónomas, incluyendo Madrid, Cataluña, País Vasco y Andalucía, y damos representatividad para empresas del sector fundamentales a nivel nacional.
Cuando creamos CEAPs, necesitábamos asociar el sector de la dependencia con la seriedad, la discreción y la máxima transparencia, que son valores irrenunciables que deben presidir la actuación de cualquier organización empresarial. Desde ahí hemos trabajado por un modelo que ponga a la persona en el centro del sistema, que defienda la colaboración público-privada, que dote a la dependencia de un presupuesto que se ajuste a las necesidades de nuestros mayores y con un IVA del 4% para todo el sector, algo que hemos logrado parcialmente y por lo que seguiremos luchando.
Su ponencia gira en torno al envejecimiento digno como derecho de ciudadanía. ¿Nos podría explicar brevemente en qué consiste esta idea y cómo se aplica desde el CEAPs?
La clave está en entender que las personas son el centro. Si realmente nos paramos a escuchar y atender lo que quieren, podremos analizar la situación y comprobar en qué estamos fallando. Precisamente, cada vez son más las personas mayores de 85 años que, a pesar de estar en situación de dependencia, no desean vivir en una residencia. Por lo tanto, se detecta un paradigma con relación a nuestros servicios, los cuales deben de ser minuciosamente revisados.
Nuestro gran reto es trabajar al unísono para poder ofrecer plataformas de servicios que proporcionen una respuesta a estos deseos y necesidades que no dejan de ser un derecho de las personas. Teniendo en cuenta el crecimiento que registrará la población mayor de 85 años, no hay opción: hay que poner en el punto de mira a las personas mayores y no al sistema.
Como presidenta del Círculo Empresarial de Atención a las Personas, ¿qué tipo de políticas sociales o medidas de carácter general propone para contribuir al envejecimiento digno al que hace referencia en su conferencia?
Lo primero que hay que decir es que para que nuestro cometido tenga sentido, debemos dejar de hablar de Atención Centrada en la Persona solo en los centros residenciales y hablar de Atención Centrada en la Persona en general, en todos los ámbitos.
Creo que no tiene ningún sentido debatir entre entidades y profesionales del sector solo para tomar decisiones que afectan a terceros sin tenerlos realmente en cuenta y dejándolos fuera del foco de atención.
Por mi parte, el método que debemos seguir está bien claro: primero escuchar y luego actuar. Una vez hayamos detectado estos indicadores podremos debatir sobre las medidas que se deben emprender, los posibles aspectos legales o las acciones que se pueden modificar o desarrollar.
En otras palabras, se trata de confeccionar “trajes a medida” para cada persona y sus familiares. Por ello, el gran debate se origina en cómo la coordinación público-privada se debe poner de acuerdo para impulsar unas respuestas eficaces para cada persona.
¿Podría explicarnos qué otro tipo de proyectos o iniciativas ha puesto en marcha o baraja de cara al futuro el organismo que preside con el fin de contribuir al envejecimiento digno al que apela?
Uno de los fundamentos de CEAPs es el de ejercer como interlocutor entre la administración pública y la privada. Algo fundamental para el desarrollo de las políticas, las cuales deben diseñarse por los profesionales y las instituciones implicadas con el fin de adelantarnos a las necesidades de las personas mayores.
Además, el Círculo nació también para realizar un trabajo en equipo en la puesta en marcha de un proceso de coworking para crear nuevas plataformas de servicios que se adapten de manera eficaz, fácil y transversal al conjunto de necesidades.
De este proceso colaborativo surgen nuevos puntos de partida muy enriquecedores en la atención a las personas, ya que las políticas de cada región y de cada empresa nos invitan a reflexionar y a mejorar día a día.
Otro de nuestros retos actuales es la incorporación del uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación con el fin de disminuir el riesgo a error y posibilitar una mayor garantía de bienestar en el servicio que se ofrece. Al integrar estos sistemas damos lugar a una interactividad muy necesaria entre las personas involucradas en la comunidad específica (profesionales del sector, familiares y usuarios), un hecho que permite generar soluciones más rápidas, prácticas y de mayor calidad.
Otro de los retos fundamentales es que la Ley de Dependencia cuente con los fondos adecuados y que vayan dirigidos a la atención profesional. Su creación fue un verdadero logro, pero su falta de dotación presupuestaria ha lastrado su aplicación.
Poner énfasis en mejorar los cuidados profesionales, que también son los que responden a las familias, significa apostar por la calidad de vida. Ese es otro de nuestros grandes retos en los que estamos trabajando.
¿Qué le parece la celebración de este II Congreso de Envejecimiento y Dependencia en Jaén? ¿Cree que existe suficiente sensibilización en España con esta realidad que afecta a tantas personas?
La organización de este Congreso en un entorno como el de Jaén es propicia para la reflexión ya que la provincia es un ejemplo de las realidades más acuciantes del siglo XXI. Tenemos una capital que cuenta con recursos médicos y asistenciales necesarios y también un mundo rural con núcleos dispersos, baja densidad poblacional y edad muy avanzada. Es en este entorno donde se muestran los retos: personas que desean vivir en su entorno y compartir su cotidianidad con los vecinos pero, a su vez, necesitan recursos asistenciales. Aquí comienza el trabajo de escuchar a la persona y adaptarnos a lo que desee, como la coordinación socio-sanitaria, la atención domiciliaria o la adaptación del hogar. Por tanto, Jaén es un buen punto de partida para la reflexión común.
También esperamos que este Congreso sirva para seguir avanzando en sensibilización. La sociedad, como a otros grandes males, mantiene en un rincón a las personas mayores -en especial a las de edad muy avanzada que ya requieren recursos-, así como a los profesionales que vivimos por y para ellas. Algo que no se comprende cuando desde el punto de vista económico, social y cultural son los que sostienen, de un modo y otro, el actual sistema.
Por todo esto, nosotros somos su voz y tenemos que lograr que lo que dicen día a día llegue lo más alto posible para cambiar las políticas y los modelos de atención que sean necesarios.