La Fundación Ageing Lab, especializada en creación y transferencia de conocimiento en envejecimiento, presenta la primera Guía Práctica de Entornos Accesibles para las Personas Mayores, una investigación técnica que va más allá de los entornos físicos que se trabajan habitualmente en el ámbito de la accesibilidad, y gracias a la cual se han detectado 130 problemáticas concretas en hogares de personas mayores y se proponen un total de 104 recomendaciones para paliarlas, algunas de fácil aplicación.
Este guía se enmarca dentro del proyecto TAP (Técnico para la Autonomía y Prevención), una especialización profesional en accesibilidad física, social, virtual y emocional puesta en marcha por Ageing Lab para la organización y gestión técnica en servicios destinados a personas mayores, cuyo objetivo es promover la autonomía, prevenir la dependencia y fomentar la accesibilidad.
El proyecto TAP, que cuenta con la financiación de La Caixa y Ageing Lab y la participación de la cooperativa Macrosad, que cede instalaciones y equipo humano, ha formado durante 2017 y 2018 en las localidades de Martos, Linares y Granada a un total de 50 profesionales de diferentes perfiles del ámbito social público y privado como Técnico/a de Autonomía y Prevención (TAP).
Tras la intervención de estos especialistas en distintos hogares, los resultados han arrojado datos positivos en las personas usuarias beneficiarias, como un ascenso de un 14% de la escala de Barthel, que valora la autonomía personal, y un 28% de la escala de Yesavage, que mide el estado de ánimo.
Además de la edición de la Guía Práctica de Entornos Accesibles para las Personas Mayores, otra de las iniciativas del proyecto TAP ha sido la creación de una red de sinergias entre profesionales del sector privado y de la Administración pública, beneficiarios y cuidadores no profesionales, para generar más seguridad y conexión entre ellos con el fin de contribuir a la felicidad de las personas mayores que tratan cada día.
Problemáticas de accesibilidad identificadas
El proyecto TAP surge de un estudio realizado por la cooperativa Macrosad en 2013, donde se detectaron carencias en accesibilidad en los hogares de las personas usuarias del Servicio de Atención a Domicilio (SAD) y la necesidad de intervención para prevenir caídas. De esta manera, entre 2015 y 2016 se formaron a profesionales auxiliares como Agentes de Entrenamiento Preventivo (AEP), y en 2017 y 2018 esta iniciativa ha evolucionado hacia el proyecto TAP, más centrado en profesionales técnicos con formación universitaria.
El 74% de los problemas detectados por los profesionales participantes en el proyecto TAP de Ageing Lab están relacionados con las dificultades de accesibilidad física de los hogares de las personas mayores con las que trabajan, destacando la necesidad de productos de apoyo, el exceso de mobiliario y la dificultad en la deambulación, además de las escaleras en la vivienda o el baño poco adaptado.
Pero el proyecto TAP no solo se ha centrado en inconvenientes físicos, sino también en otros entornos donde se han identificado problemas de accesibilidad emocional, social y virtual. En este sentido, han resultado especialmente llamativas dificultades como la excesiva altura de las camas o la falta de iluminación, así como contrariedades psicológicas como tener miedo a salir de casa, entre otros.
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