La atención centrada en la persona (ACP) en el ámbito de la Psicogeriatría no es la suma de factores de bienestar material, ni tan siquiera una metodología, sino que es “una manera de ver la vida” y su esencia es “trabajar proyectos de vida para que la persona mayor tenga sentido de vida”, tal y como afirmó el consultor en sentido de vida en mayores, Miguel Sagredo, durante su intervención en la Jornada “Experiencias en sentido de la vida en mayores: Más allá de la ACP”, celebrada en la Universitat Abat Oliba CEU y organizada por IDEA.
Para este experto, durante mucho tiempo se ha trabajado la ACP como si ésta consistiera en sumar elementos que mejoran el bienestar de la persona en el plano material. “Todo esto hay que hacerlo”, afirma, pero no es la “esencia” de la ACP. En su opinión, la esencia de la ACP consiste en situar el sentido de la vida como motor medular de la institución que atiende a las personas mayores. Y es algo que debe tener reflejo en el Plan de Atención Individualizado (PAI). En este documento “tienen que aparecer cuáles son los valores de la persona, sus fortalezas y logros. Tiene que figurar cuál es su proyecto de vida y, a partir de ahí, formular propuestas de acción”.
Para Miguel Sagredo, el hecho de que una residencia sitúe el sentido de la vida en el centro de su actuación ayuda a que el personal afronte con más seguridad preguntas existenciales que las personas mayores suelen realizar. Durante su intervención destacó especialmente la función que realizan los auxiliares directos y el cambio de paradigma que implica el concederles el “protagonismo” y situar a los técnicos en un rol de “apoyo”.
En esta evolución, el paso definitivo es implantar en las organizaciones una figura específicamente dedicada al tema del sentido. “Ha de llegar el día en el que las residencias tengan un terapeuta del sentido”, afirma este experto.
Trabajar el sentido de la vida en personas mayores
Hay cierto consenso en hablar de la necesidad de trabajar el sentido de la vida en personas mayores, pero la dificultad radica en dotar de contenido a este concepto. Para el especialista en Psicogerontología de la Universidad CEU San Pablo, Javier López Martínez, la respuesta está en los valores. “Los valores no cambian”, afirma, y por esta razón son la referencia más fiable para encontrar un sentido en un momento vital en el que se producen muchas pérdidas.
López Martínez aludió durante su intervención en esta jornada a lo que Victor Frankl denominó “valores de actitud”, que son los que permiten afrontar las situaciones adversas cuando no hay nada que se pueda hacer. Algo que contrasta con la mentalidad de las sociedades occidentales, “en las que parece que sólo se encuentra sentido cuando hay algo que hacer”.
Para promover el sentido de la vida en personas mayores, López Martínez apuntó a algunos aspectos en los que se puede incidir desde el trabajo asistencial. Entre ellos, el autodescubrimiento, el perdón, la creatividad, la espiritualidad o las relaciones intergeneracionales.
Desde el punto de vista del cuidador, tanto el formal como el informal, orientar la labor conforme a un sentido de vida también repercute en su bienestar. Este especialista destacó que “la evidencia es abrumadora” en este aspecto, y se revela contra la idea de que la Psicología no tiene nada que hacer con la persona mayor, o que el abordaje que ha de hacerse con ella es el mismo que con el resto de personas adultas. “Las personas mayores son más variadas que cualquier otro colectivo”, advierte.
