“Existe una clara insatisfacción por parte del paciente respecto al tratamiento del dolor, con una calificación de 4 sobre 10”. Así de contundente se mostró la presidenta de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP), Carina Escobar, en la presentación del informe El dolor en la enfermedad crónica desde la perspectiva del paciente. “La expectativa del paciente es eliminar o paliar en gran medida, el dolor causado por su enfermedad”, subrayó Escobar.
Este análisis ha sido elaborado por la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP) y la Sociedad Española del Dolor, cuyo presidente, Juan Antonio Micó, destacó la urgente necesidad de crear Unidades del Dolor en el Sistema Nacional de Salud. “El 62% de los pacientes nunca han sido derivado a una Unidad o Clínica del Dolor y de entre los que fueron derivados el 69% tardó más de 1 año y el 31% tardó más de 5 años”, indicó Micó.
El estudio destaca el fuerte impacto en la calidad de vida de las personas con una enfermedad crónica que conviven con el dolor. El nivel de dolor lo sitúan en una media de 7 sobre 10, y alrededor del 70% sufre ansiedad o depresión, tiene un rendimiento laboral o académico menor de lo habitual, 22% de bajas y una media de días de baja anuales que alcanza los 47, y dificultad para realizar actividades. 6 de cada 10 manifiestan problemas para caminar y 4 de cada 10 encuentran limitaciones al asearse y/o vestirse.
El perfil de la persona con enfermedad crónica que ha participado en este estudio es mujer (88%), con 46 años y estudios secundarios que sin embargo no trabaja, residente en un núcleo urbano. La mayoría (60%) tiene el dolor diagnosticado, pero solo un 47% tiene el grado de discapacidad reconocido. No está asociada a organizaciones de pacientes (71%) y lleva 12 años de media conviviendo con una enfermedad crónica y 14 con dolor. La fibromialgia es la enfermedad más frecuente entre los participantes (41%), seguida de lumbalgia crónica (26%), cefaleas (26%) y artrosis (25%).
Escasa derivación a una Unidad o Clínica del Dolor
El profesional de referencia en el tratamiento del dolor crónico es el médico especialista de la enfermedad principal en el 41% de los casos, en el 36% es su médico de familia, y únicamente el 14% de las personas encuestadas reciben tratamiento por parte de un médico especialista en dolor. Como indicaba el presidente de la SED, el 62% nunca ha sido derivado a una Unidad o Clínica del Dolor para su tratamiento.
El 58% de los pacientes no ha recibido información específica sobre el dolor asociado a su enfermedad crónica. El médico especialista (51%) y las organizaciones de pacientes (41%) son las principales fuentes de información sobre el dolor. En este sentido, los pacientes están interesados en recibir más información sobre el tratamiento del dolor (70%) y técnicas de relajación (51%).
Al 80% de las personas con dolor le han ofrecido tratamiento farmacológico. Es significativo que las recomendaciones de hábitos saludables como el ejercicio físico (natación, relajación y otros tipos de ejercicio) y otras terapias se ofrecen en menor medida.
Urgente necesidad de crear Unidades del Dolor
A la vista de estos resultados, el estudio elaborado por la POP y la SED ofrece una serie de propuestas de mejora en la atención y el manejo del dolor en la enfermedad crónica. Una de las principales necesidades es la creación de Unidades del Dolor.
También es imprescindible la formación adecuada de los profesionales sanitarios para que el dolor tenga una adecuada atención. Esto también contribuiría a la detección y tratamiento precoz y a fomentar la valoración del dolor que padece el paciente como parte fundamental del diagnóstico.
En este sentido, el abordaje de la enfermedad crónica desde un equipo multidisciplinar, que incluya al especialista en dolor, y con coordinación entre profesionales sanitarios y sociales es el objetivo que debemos conseguir.
Tener en cuenta la perspectiva de género en la atención al dolor y reactivar la Estrategia para el Abordaje de la Cronicidad en el SNS incluyendo la atención al dolor crónico son también fundamentales.