Con esta acción se trata de pedir a la sociedad en general, y a las Administraciones públicas y entidades privadas, que reconozcan la importante labor que desarrollan las gerocultoras en el día a día de los mayores. Es un trabajo duro a nivel emocional, que exige grandes esfuerzos físicos y que no está bien remunerado, afirman desde CCOO y AESTE.
Las labores de las gerocultoras en las residencias de mayores resultan en gran medida desconocidas para la sociedad en general, pero de su buen desempeño depende el bienestar de las personas mayores que atienden cada día, comentan desde AESTE. En los casos especiales de las personas asistidas, se encargan de su aseo, de vestirles, de darles de comer, de ayudarles en sus terapias y de conseguir que sus sonrisas afloren varias veces al día en sus labios, a pesar de que en los casos de personas con demencia tengan que rebuscar en la memoria para conocer aquello que les hace sonreír.
«Ellas se encargan del bienestar de cada residente durante las 24 horas del día, detectando cualquier indicio que pueda significar una señal de alarma. Alcanzan una complicidad con cada mayor que les permite transmitirles cariño, confianza y amor», destacan desde esta Asociación.
Algo especialmente importante en el caso de las personas con demencia, ya que es necesario saber cómo acercarse a cada uno, y ser conscientes de que su carácter actual no tiene nada que ver con lo que han sido antes. Por eso, la paciencia y el CORAZÓN que ponen las gerocultoras en cada una de sus acciones, resulta determinante a la hora de procurar los cuidados necesarios y la calma que requiere cada persona mayor.
Tal y como comenta Jesús Cubero, secretario general de AESTE, “el perfil de las personas mayores que llegan hoy a las residencias se corresponde cada vez más con el de una persona que ya no puede valerse por sí misma en sus domicilios. Es fundamental contar en todos los centros residenciales con una plantilla de gerocultoras que atiendan con profesionalidad, pero también que ofrezcan todo ese AMOR que llevan dentro. Cada caricia, cada sonrisa, cada gesto es importante para ese mayor».
El secretario general de AESTE destaca que «desde las grandes empresas de atención a la dependencia de nuestro país queremos rendir hoy más que nunca un verdadero homenaje a este colectivo de trabajadoras. Hoy que celebramos el Día del Amor, queremos que la sociedad reconozca que las gerocultoras dan a los mayores el AMOR que sus familiares no siempre pueden darles.”
Por su parte, el secretario general de la FSS-CCOO, Antonio Cabrera, incide en que «en una sociedad cada vez más envejecida y con más problemas asociados a la salud con mayor demanda de cuidados, toma mayor relevancia el papel que deben jugar las Administraciones Públicas, Gobierno de la Nación y Comunidades Autónomas para garantizar el derecho de ciudadanía recogido en la Ley de la Dependencia, con un esfuerzo mayor en la financiación. Para por un lado, garantizar una mejor atención a las personas dependientes y, de otra, dignificar una profesión, las gerocultoras, altamente feminizada, profesionalizada y con poco reconocimiento, tanto a nivel retributivo como social. Por ello, desde CCOO queremos y apostamos por ese reconocimiento por las gerocultoras y las cuidadoras de ayuda a domicilio, otro pilar de la ley de la dependencia”.
España cuenta con 366.370 plazas residenciales para personas mayores, de las cuales, 99.150 son plazas públicas y 267.240 son de gestión privada. En las 5.375 residencias que hay en nuestro país trabajan aproximadamente 160.323 personas, de las cuales 134.500 son gerocultoras.