La diabetes afecta tanto a hombres como a mujeres, aunque son las mujeres las que tienen una mayor dificultad para controlar la enfermedad debido a los cambios hormonales que sufren a lo largo de la vida. Etapas como la pubertad, el embarazo y la menopausia, son especialmente difíciles, tal y como señala Serafín Murillo, investigador del CIBERDEM-IDIBAPS en el Hospital Clínic de Barcelona.
“Las mujeres sufren una mayor variabilidad de los niveles de glucosa en sangre que se asocia a un mayor número de hipoglucemias y un peor control de la diabetes”, advierte este experto, que explica que los cambios hormonales tienen un efecto importante sobre los niveles de glucosa en sangre y que estas variaciones no guardan un patrón específico por lo que no pueden ser prevenidos con ajustes en las dosis de insulina o en la alimentación.
Además, las mujeres están expuestas a más complicaciones. Por ejemplo, las mujeres con diabetes presentan más riesgo de enfermedad cardiovascular que los hombres con igual condición ya que existen diferencias en la forma en que actúan las hormonas y la inflamación para desarrollar la enfermedad coronaria.
Otra complicación que es más común en las mujeres que en los hombres que sufren diabetes es la incontinencia urinaria. Esta aparece más precozmente en ellas y suele ser de mayor intensidad. La diabetes también puede traer aparejada disfunción sexual en la mujer que se manifiesta con disminución del apetito sexual, de la libido y dolor durante las relaciones.
El número de personas con diabetes que tienen depresión es más alto que el de la población en general y entre las personas con diabetes, la depresión es dos veces más frecuente en las mujeres que en hombres. De acuerdo con algunos estudios, esta predisposición se debe a que las personas que son resistentes a la insulina puedan tener niveles altos de serotonina concentrada lo que las vuelve más propensas a la depresión.
Más de cinco mil mujeres murieron en España a causa de la diabetes en 2016, según los últimos datos sobre causas de defunción publicados por el Instituto Nacional de Estadística. De esta manera, la enfermedad se posiciona como la octava causa de muerte más frecuente para las españolas, justo después del cáncer de mama, mientras que en los hombres se sitúa como onceava causa de fallecimiento.
La diabetes en las distintas etapas de vida de la mujer
Debido al impacto que los cambios hormonales tienen sobre los niveles de azúcar en sangre existen momentos en la vida de la mujer donde el control de la diabetes se hace más complejo. La pubertad, el embarazo y la menopausia son tres de ellos.
En la pubertad, el inicio de la menstruación da lugar a cambios hormonales cíclicos que se mantienen hasta la menopausia. Las modificaciones en los niveles de estrógenos y progesterona que se producen en los días previos a la regla hacen que la resistencia a la insulina sea mayor y, por tanto, la glucosa en sangre aumenta.
Tecnologías como los medidores continuos de glucosa pueden facilitar la tarea de mantener los niveles de glucosa dentro de los valores recomendados durante los periodos de inestabilidad
Esto se debe compensar incrementando las dosis de insulina que se administra en esos días. Sin embargo, Serafín Murillo indide en que “el ajuste es complejo, pues este efecto no es siempre igual, sino que muestra una elevada variabilidad incluso en una misma mujer. Entre otros factores, muchas mujeres no siempre tienen ciclos regulares, por lo que es difícil poner en marcha mecanismos para controlar los efectos de las hormonas”.
El embarazo es otro momento que supone un reto para las mujeres con diabetes. Durante la gestación se producen cambios en la sensibilidad a la insulina, de forma general, la resistencia a la insulina se incrementa a partir del segundo trimestre de embarazo. “La planificación del embarazo es esencial para garantizar un buen control de los niveles de glucosa en sangre en los meses previos a la concepción. De este modo, se asegura un desarrollo normal y se reduce el riesgo de problemas fetales durante el embarazo”, subraya el investigador del CIBERDEM–IDIBAPS.
También la menopausia introduce dificultades para sobrellevar la diabetes. Los cambios hormonales de esta etapa hacen que el nivel de glucosa en sangre suba y baje más, y que las variaciones se vuelvan menos previsibles. Asimismo, estas variaciones pueden empeorar los síntomas de la menopausia como la fatiga, la irritabilidad y los sofocos.
Mejorar el control gracias a la tecnología es posible
La mujer con diabetes puede hacer frente a los desafíos que esta enfermedad supone a través de un estilo de vida saludable, evitando el sedentarismo, el tabaco y otros factores de riesgo cardiovascular. De esta forma puede mantener sus niveles de azúcar en sangre dentro de los valores recomendados y poner freno a algunos de los riesgos asociados a su condición.
Durante las etapas en que la variabilidad de la glucosa puede ser mayor, las mujeres deben incrementar la frecuencia de las mediciones de sus valores, por ejemplo, durante el embarazo puede ser necesario realizar hasta ocho pruebas al día. Tener más información sobre el valor de glucemia en muchos momentos del día permite establecer correcciones por hipoglucemia o hiperglucemia.
Existen tecnologías como los medidores continuos de glucosa (MCG) que ayudan a conseguir un buen control glucémico y mejorar la calidad de vida de la mujer. Estos dispositivos permiten conocer los niveles de glucosa en tiempo real e, incluso, mediante sus alarmas predictivas ayudan a actuar unos minutos antes de que los valores lleguen a estar fuera de lo recomendado, con lo que es posible prevenir las hipoglucemias o hiperglucemias.
“El sensor continuo de glucosa es una de las mejores herramientas actuales para compensar las dificultades que los cambios hormonales suponen en el control glucémico de las mujeres con diabetes a lo largo de todo su ciclo vital”, afirma Serafín Murillo.