Un artículo de Juan Carlos Cofrades,
Director del Instituto Business de Inteligencia
Hace aproximadamente unos 3000 años, sobre el siglo XVI a.C. existió un Médico Egipcio, llamado Imhotep, entre otras grandes acciones, diseño la Pirámide escalonada de Saqqara, fue sumo sacerdote de Heliópolis, astrónomo, arquitecto… “Sabio”
Pues este señor, se cree que fue el primer ser humano en escribir sobre nuestro cerebro, y desde entonces hasta nuestros días no hemos dejado de estudiar el órgano más fascinante y a la vez desconocido del cuerpo humano…
Hoy por hoy, estamos en la era de las Neurociencias. Cuando desde finales de los años setenta se creó la Sociedad de Neurociencias de Estados Unidos (Society for Neurosciencie), ya comenzó el mundo a tener muy en cuenta que nuestro cerebro es algo más de lo que hasta el momento se creía, aun así en nuestros días no sabríamos discernir qué porcentaje real de nuestra capacidad cerebral controlamos, aunque sí podemos saber cómo controlar una amplia parte de nuestro entender y variar muchas de las cuestiones que tienen que ver con nuestro comportamiento e incluso con nuestro bienestar.
Poco después, el Psicólogo, profesor de la Universidad de Harvard, Howard Gardner, nos introduce la Teoría de las Inteligencias múltiples, demostrándonos que la inteligencia no es un conjunto unitario que agrupe diferentes capacidades específicas, sino que la inteligencia es como una red de conjuntos autónomos relacionados entre sí. Es decir, no todos podemos ser grandes matemáticos o grandes futbolistas, pues en cada uno de nosotros predomina una inteligencia, las cuales paso a detallar.
Teniendo en cuenta dos factores importantísimos, como son la neurociencia y las inteligencias múltiples, realizo la siguiente pregunta:
¿Es correcto el modelo de enseñanza actual?, es más, yo expondré otra pregunta, los modelos de formación a profesionales en este nuestro sector (Geriatría y Gerontología), ¿se ajustan a la realidad de las necesidades del “usuario” en relación con la/las experiencias del cuidador?
Mi abuela siempre nos decía, “nadie nace Sabiendo” pero hoy por hoy, y gracias al desarrollo de investigaciones como las ya referidas, podemos dar otro tipo distinto de formación, esta formación de la nueva “era” es una formación la cual yo denomino de las “Experiencias”, y el asunto es bien sencillo de discernir.
Hablemos de la Formación en el sector de la Geriatría y Gerontología
Ya sea una formación reglada, como no reglada, nos encontramos con los protocolos básicos de siempre, un “Marco Teórico” con mucha teoría y mucha repetición y unos “Exámenes”, ya sean de tipo test o de trabajo final, que lo único que exigen del examinado, es un aprobado.
Pero… ¿que «Experiencia» nos ofrecen? Y no hablo de “Practicas” (que las veo muy convenientes), aquí hablamos de “Experiencias”, que según nuestra RAE son:
- Conocimiento de algo, o habilidad para ello, que se adquiere al haberlo realizado, vivido, sentido o sufrido una o más veces.
- Conjunto de conocimientos que se adquieren en la vida o en un período determinado de ésta.
Es esta la nueva Formación, la que debemos dar desde ya, pues teniendo como base, sin duda alguna, los Marcos Teóricos, que quedarían obsoletos sino se reciclan y se guían por las actualizaciones “científicas”, cosa que relativamente hacen, y como decía, con referencia a esta nueva era de la formación, requiere algo que no se está ofertando, algo que pocas veces puede ir expresado en un marco teórico, y es “el conocimiento y habilidad que adquirimos realizando o viviendo una o más veces el trabajo cotidiano de la Geriatría y Gerontología” teniendo en cuenta que ese trabajo lo realizan equipos multidisciplinares, es decir en una frase corta:
La Formación por Experiencia la imparten docentes que han pasado y/o vivido en el sector, desde un/a Cuidador/a, Auxiliar, Enfermera/o, Médico, Psicólogo/a, Neuropsicólogo/a Fisioterapeuta, Trabajador/a Ocupacional, etc.…
A esto, se le llama “Formación hecha por Experiencia”. Esta formación se realiza, como decía, desde una base importantísima, el recorrido profesional, en servicios prestados en su categoría profesional, del propio docente que imparte la formación, para de esta manera poder acercar a los alumnos/as, en cada uno de los módulos a impartir, el “poso” de la experiencia en las “mil batallas” vividas dentro de su ejercicio profesional.
Este tipo de Formación hecha por Experiencia, se basa en algo realmente importante y con trascendencia científica, y es lo siguiente:
Sabemos que el cerebro humano está diseñado (digámoslo así) para “sobrevivir”, es por este motivo que una de sus funciones básicas es la de buscar “soluciones”. Las distintas situaciones laborales o de la propia vida que realizamos nos lleva a estar en una búsqueda constante de “supervivencia”. Este estado de búsqueda de soluciones son pensadas a veces de manera “automática” (que son aquellas que hemos programado ya) y otras de manera consciente (son aquellas que valoramos por nosotros mismos). En cualquier caso, las unas y las otras son parte indispensable y poco valoradas.
Ahora bien, tengamos muy en cuenta de estas dos formas de “Supervivencia” que en el aspecto laboral (que es el que abordamos) la primera opción, la “automática” nos lleva a dos tipos de situaciones:
- Una respuesta (solución) de miedo, incertidumbre y falta de seguridad (aunque la estudie este tema, no sé cómo enfrentarme a él en esta situación)
- Una respuesta (solución) adaptada a la experiencia vivida o trasmitida, que comporta a su vez otras, al menos, dos alternativas
1º Respuesta automática repetida con sus errores de repetición
2º Respuesta automática, de la información, recibida de la experiencia, y la adquirida en el desarrollo de esa misma experiencia.
Sin duda alguna, los procesos de Formación por Experiencia aportan a los alumnos distintas experiencias vividas en cada situación, con puntos de vista muy variados y que en los procesos mentales de aprendizaje que los/as alumnos y alumnas captan e interpretan mentalmente, de manera que desarrollan una “Respuesta” automática de formación de experiencias, que les hace sentir seguridad y confianza, y que en la mayoría de casos, los resultados son muy positivos, teniendo en cuenta que en nuestras manos, en sus manos, esta la vida de personas mayores dependientes.
Emoción y Sentimientos, elementos clave para el desarrollo profesional
No quiero dejar de lado, en este articulo, algo también muy importante en la vida de cualquier profesional. Se trata de dos elementos clave para el desarrollo profesional (también en nuestra vida personal): Emoción y Sentimientos.
Estos dos elementos son también una parte muy importante en la Formación por Experiencia, y son importantes porque en los marcos “Teóricos” no se tocan este tipo de elementos, y en referencia a ellos, los cuales nos dio un gran “empujón” científico el Neurocientifico Antonio Damasio, demostrando el papel importantísimo de las emociones, resaltando la plasticidad cerebral, el rol del inconsciente y la redefinición del concepto de memoria cambiando para siempre la visualización de cualquier proceso envuelto en la toma de decisiones del ser humano.
Este mismo Neurocientifico fue el creador del concepto “marcadores somáticos” una compleja estructura colección de respuestas químicas y neuronales que son producidas por nuestro cerebro cuando este detecta la presencia de un estímulo emocionalmente competente. La respuestas emocionales son una reacción del cerebro que, preparado por la evolución, responde ante situaciones determinadas con un repertorio determinado de acciones y reacciones.
Por ello, y bajo un nuevo “Paradigma” educativo, debemos involucrar a nuestra sociedad formativa para implantar profesionales docentes que nos aporten algo más que un marco retorico de estudio, también nos deben aportar los consejos y experiencias vividas desde sus puntos de vista, para ofrecer a los nuevos miembros del mercado laboral, una Formación de Experiencia y profesionalidad distintas a las adquiridas hasta hoy en día.
Sobre el autor
Juan Carlos Cofrades es Director del Instituto Business de Inteligencia, máster en Neuropsicología e Inteligencias Múltiples y máster en Psicología Geriátrica. Especialista en divulgación Neurocientifica, es miembro de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) y de la Sociedad Española de Neurología (SEN).