En una entrevista concedida por Álvaro García Bilbao a la publicación ‘Cermi.es semanal’ ha manifestado que “estamos asistiendo a la aparición de las primeras generaciones de personas con discapacidad que se hacen mayores, gracias al empuje político y al trabajo de sus organizaciones, así como por el liderazgo del CERMI, que han impulsado avances en sanidad y mejoras en la calidad de vida”.
A su juicio, la aparición de estas generaciones está suponiendo un gran reto para el que hay que estudiar y diseñar nuevos recursos que cubran estas necesidades. “Down España o Plena Inclusión han publicado interesantes análisis sobre el envejecimiento de las personas con discapacidad que pueden contribuir a configurar el camino para el trabajo del resto, así como la ONCE, que lleva años trabajando con sus mayores”, afirma Álvaro García Bilbao.
El presidente de la comisión de Envejecimiento Activo del CERMI también destaca la necesidad de que las personas mayores con discapacidad tengan acceso a las facilidades que aportarán las nuevas tecnologías en el envejecimiento “de una forma asequible”. Actualmente, los proyectos tecnológicos europeos más prometedores ofrecen novedosas facilidades y todo tipo de soluciones para mejorar la calidad de vida de las personas mayores. Entre estos proyectos se encuentran la monitorización de la demencia, el diseño de programas de entrenamiento a distancia y adaptados a las necesidades de cada sujeto o las casas inteligentes.
Para García Bilbao uno de los principales retos a los que se enfrentan es que las personas con discapacidad que llegan a los 65 años se encuentran con que, en un número cada vez mayor de comunidades autónomas, pierden las diferentes prestaciones y servicios sociales. En estos casos, según el presidente de la comisión de Envejecimiento del CERMI, “se asignan otras prestaciones nuevas destinadas exclusivamente al colectivo de personas mayores, que son menores y menos adecuadas para el mantenimiento de las expectativas y exigencias de autonomía, calidad de vida y participación personal que el beneficiario tenía y disfrutaba hasta ese momento”.
Respeto a la autonomía personal de las personas con discapacidad mayores, este es un tema que lamenta que siga siendo “una asignatura pendiente para las diferentes administraciones con responsabilidad y los actores sociales destinados a intervenir”. Según García Bilbao, todos ellos deberían haberse dotado previamente de una visión “clara de las características específicas y necesidades del colectivo de personas mayores” y haberse fijado en los países del entorno más cercano como Dinamarca, Suecia o Finlandia para evitar esta situación.
Por otro lado, destaca la necesidad de que existan propuestas políticas y cambios legislativos transversales que consigan satisfacer los derechos, necesidades y expectativas de las personas con discapacidad mayores e incorporen una visión de futuro para que los cambios tecnológicos que están por llegar tengan “un fácil engarce en el medio y largo plazo de las personas con discapacidad mayores”.
Especialmente problemática es la situación de las personas mayores con discapacidad en el medio rural, donde los servicios son más escasos y el aislamiento mayor, y de las mujeres, apuntando la necesidad de avanzar en “nuevos modelos de políticas con perspectiva de género que promuevan valores de igualdad y reconozcan el destacado papel de las mujeres mayores en la sociedad”.