Esta cuestión será protagonista en una mesa redonda que se celebrará el jueves, 30 de mayo, en la que intervendrán Pedro Reques Velasco, catedrático de Geografía Humana en la Universidad de Cantabria y Diplomado de Post-grado en Ordenación del Territorio por la Universidad Politécnica de Madrid; y Silvia Tamayo, profesora titular de Derecho Civil en la Universidad de Cantabria con una amplia experiencia nacional e internacional en el estudio del Derecho de familia.
Pedro Reques abordará la cuestión de la longevidad y del envejecimiento demográfico y su feminización desde una perspectiva espacio-temporal trabajando con diferentes escalas, desde internacional a la local. Tal y como apunta este experto, el mundo desarrollado han experimentado en las últimas tres décadas una profunda transformación en el plano demográfico, paralela al que ha conocido en el económico, social, político y cultural, que ha conducido a estos territorios a un proceso de envejecimiento en buena medida irreversible.
Se parte de la hipótesis de que la Demografía -o para ser más precisos la población- ha jugado el papel hasta ahora de variable dependiente. Sin embargo en el siglo XXI, en continentes enteros como Europa, en países como España y en regiones como Cantabria, muy en particular -dada la magnitud y velocidad del cambio demográfico- se está modificando esta relación, convirtiendo a la Demografía en la variable independiente, advierte el catedrático de la Universidad de Cantabria.
De hecho, el envejecimiento de la población ya está repercutiendo de una u otra manera en todos los ámbitos de la vida económica y social de estos ámbitos territoriales: mercado laboral (actividad económica, trabajo, productividad…), mercado de la vivienda, gasto sanitario, sistema económico (consumo, ahorro, fiscalidad, finanzas: fondos de inversión, planes de pensiones…), legislación (la edad de la jubilación…), comportamientos políticos, relaciones familiares… se están viendo, de una u otra manera, modificados por el nuevo orden demográfico que el envejecimiento introduce, recalca Pedro Reques.
En este sentido, durante su ponencia se incidirá en el tema de la cronicidad y cartografía actualizada tendrá un papel importante para analizar el tema de envejecimiento y la longevidad, porque si una rasgo define a este fenómeno es el de presentarse geográficamente muy diferenciado, como consecuencia de los marcados desequilibrios territoriales que en relación al mismo se da.
Por su parte, Silvia Tamayo incidirá en otra realidad que marca el paulatino envejecimiento de nuestra sociedad y que se refleja una creciente infertilidad e infecundidad de la mujer que evoluciona en paralelo a las conquistas en igualdad y nuevos estilos de vida, tal y como se manifiesta en los datos demográficos de los últimos años, con repercusiones inquietantes en los sistemas de protección social, como señala esta experta.
Así, surgen nuevas demandas de protección ante las oportunidades que se les presentan a las mujeres para ser madres; entre ellas, la atención sanitaria en el ámbito de la reproducción y la preservación de la fertilidad por motivos sociales, con un impacto cada vez mayor como consecuencia, fundamentalmente, de la baja fecundidad provocada por el retraso en la primera maternidad.
En la actual situación, Silvia Tamayo recalca la necesidad de no solo de combatir las consecuencias de la infertilidad social sino también erradicar las causas que la provocan. Y, en este sentido, en su intervención en el XXVI Congreso Nacional de la SEEGG destacará la necesaria corresponsabilidad en la crianza de los hijos pero, fundamentalmente, en la necesidad de ahondar en una desfamiliarización de las políticas públicas a través de una actuación estratégica integral, cuyo punto fuerte sea el empleo de la mujer y que al tiempo se acompañe de la creación de un entorno más favorable a la maternidad que permita tener el número de hijos que se desea, cuando se desea, y criarlos en las mejores circunstancia.