El Colegio de Dietistas-nutricionistas de Cataluña (CoDiNuCat) advierte de los serios riesgos que entrañan para la salud la hipertensión arterial (HTA), enfermedad que puede desencadenar grandes males en nuestro organismo. Entre las claves principales para prevenirla recomiendan reducir la sal, una dieta mediterránea, ejercicio moderado y vida relajada.
Considerada la enfermedad silenciosa, la HTA es un factor de riesgo cardiovascular. La tensión arterial se puede elevar sin una causa previa conocida, por algunas enfermedades (endocrinas, renales…), por el consumo de algunos fármacos. Además, diversos factores de riesgos tales como el abuso de tabaco, alcohol, el estrés, el sobrepeso, la falta de ejercicio… y el exceso de sal o bien, dietas pobres en potasio son factores de riesgo del aumento de la tensión arterial.
Según un estudio realizado por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) y la Universidad Complutense de Madrid, el 80% de los españoles consume más sal de la recomendada. El consumo medio de sal en España es de 9,8g/día (4000 mg sodio/día) cuando las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) son casi la mitad, unos 5g/día (2000mg sodio/día).
El consumo medio de sal en España es de 9,8g/día cuando la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es casi la mitad
Numerosos estudios demuestran que reducir la cantidad de sal en la dieta reduce la tensión arterial. Desde CoDiNuCat se recomienda tratar de mantener su ingesta por debajo de los 5 g al día (equivalente al tamaño de 1 cucharilla tipo de café), teniendo en cuenta que en nuestra alimentación la mayor parte de los alimentos contienen sal, por lo cual la cantidad de sal de mesa a utilizar debería ser mucho menor a esa cantidad por día.
De mayor a menor contenido, los alimentos más ricos en sal son: sal de mesa, cubitos de caldo, sopas comerciales, bacalao salado, tocino de cerdo curado, pizzas, precocinados (croquetas, empanadillas…), queso azul, ketchup, jamón serrano, aceitunas y encurtidos, jamón cocido, queso manchego, patatas fritas comerciales, frutos secos salados, embutidos…
Existen ingredientes y alimentos que pueden emplearse en sustitución de la sal. Laurel, nuez moscada, pimienta, salvia, tomillo, ajo, cebolla, orégano o romero para aderezar las carnes. En el caso de los pescados encajan mejor perejil, eneldo, mostaza, zumo de limón, ajo o pimienta. Y para los vegetales, lo más apropiado es romero, salvia, eneldo, canela, estragón, albahaca o perejil.
Junto con la reducción en el consumo de sal, el tratamiento dietético de la HTA consiste en una dieta de estilo mediterráneo, rica en verduras, frutas, frutos secos no salados, legumbres, pescado, aceite de oliva y lácteos bajos en sal (leche y yogur), ya que estos alimentos contienen ciertos nutrientes que ayudan a modular la tensión arterial. Las personas con sobrepeso pueden tener un riesgo de dos veces a seis veces mayor de padecer hipertensión y los estudios demuestran que una reducción de peso se acompaña de una reducción de la tensión arterial.
Los hábitos de vida saludables como el ejercicio, no fumar, el control del peso y una dieta adecuada son los aliados indiscutibles para controlar la HTA. y como la enfermedad sigue su curso de manera silenciosa el mejor remedio es prevenir ya que al no ser tratada puede generar problemas en el sistema cardiovascular o en órganos importantes como el cerebro o los riñones. CoDiNuCat indica que la atención médica basada en el trabajo en equipo es recomendable para el abordaje de la HTA, atención que incluye al médico de familia, enfermería, dietistas-nutricionistas y a trabajadores sociales.