El Colegio de Enfermería de Bizkaia organizó en Bilbao una sesión clínica para profesionales de centros sanitarios y asistenciales, y personas cuidadoras sobre la prevención de las lesiones por presión, con el objetivo de formar en las buenas prácticas y las nuevas metodologías que permiten mejorar la calidad asistencial, como la nueva tecnología de aire reactivo.
Esta tecnología fue la protagonista de un taller de formación, que bajo el título de “Posicionamiento adecuado y cambio postural de personas en sedestación y decúbito” fue realizado por Inés Venero, gerente de Abuelo Actual, y Óscar Ramírez, Key Account Manager de CINS – Repose España, experto en materiales y movilización adecuada de pacientes.
Los asistente a este taller tuvieron ocasión de conocer cómo funciona la nueva tecnología de aire reactivo, que minimiza y redistribuye la presión sobre el cuerpo, y que según un estudio realizado por la Universidad de Gante duplica en eficacia a los de oscilación por presión.
Las Lesiones Por Presión (LPP) constituyen un grave problema de salud por su alta prevalencia y su coste elevado para el sistema sanitario y laboral. Son lesiones que afectan a la piel o a nivel de hueso, músculo o estructuras de sostén, originadas por el aplastamiento de los tejidos a lo largo del tiempo. Su aparición depende de distintos factores como el paciente, sus defensas, las patologías que padece, su nivel de hidratación, su edad.
Según datos del GNEAUPP, Grupo nacional para el estudio y asesoramiento en úlceras por presión y heridas crónicas, esta afección tiene connotaciones de “epidemia invisible”. A nivel hospitalario afectan a 9 de cada 100 pacientes ingresados, en atención primaria la prevalencia media es de 9,11%, y en las unidades socio-sanitarias casi del 11%.
Según los estudios realizados por este Grupo de especialistas se trata de un problema de salud que afecta en un 84% a personas mayores y que multiplica por cuatro el riesgo de mortalidad. Teniendo en cuenta el número de afectados, se estima que el coste del tratamiento de las úlceras por presión en España supera los 600 millones de euros cada año.
Los especialistas estiman que con procedimientos adecuados se puede disminuir la aparición de este tipo de lesiones en un 95%. Entre las buenas prácticas para la prevención de las lesiones por presión se recomienda una ergonomía apropiada, generar cambios posturales, porque la inmovilidad es el principal aliado para su desarrollo; utilizar superficies especiales para el manejo de la presión como colchones y cojines; un cuidado específico de la piel, especialmente el control de la humedad, y una nutrición enfocada a estos pacientes. Todo ello recogido en planes preventivos individualizados que permitan evitar la aparición de las úlceras.
Tecnología doblemente eficaz
En el apartado de superficies especiales, la tecnología de aire reactivo Repose aporta interesantes novedades frente a otros dispositivos, reconocidos recientemente a través de un estudio realizado por el equipo de investigación Skin Integrity Research Group de la universidad de Gante, dirigido por el profesor Dimitri Beeckman, que se publicó a principios de 2019 en el International Journal of Nursing Studies.
Esta tecnología se utiliza en distintos productos sanitarios como cubre colchones, cojines de asiento o protectores de talón. Son productos hechos de una capa de poliuretano de 50 micras que, gracias a su gran elasticidad y en combinación con aire, facilitan la inclusión y la envoltura.
Como resultado, la superficie de contacto con el paciente se maximiza y la presión por centímetro se reduce en gran medida. Funcionan según el principio de redistribución de presión reactiva. El aire no ofrece ninguna resistencia, no recuerda las formas y puede circular libremente por las celdas de aire, así que los dispositivos se adaptan inmediatamente a cada posición que adopte el usuario, y la redistribución de la presión sigue siendo óptima.
El estudio clínico realizado por el Profesor Beeckman compara la eficacia entre los colchones de oscilación de presión (aire alternante) y la tecnología de aire reactiva para prevenir las úlceras por presión, concluyendo en sus resultados que lo dobla en eficacia.
El estudio se realizó en 26 centros de cuidados y residencias de Bélgica entre 308 pacientes de alto riesgo de úlceras por decúbito con más de 65 años. Con el uso de un colchón de oscilación de presión la incidencia de las úlceras fue de 11,7%, lo que significa una tasa de incidencia de 0,89 cada 100 días y que los pacientes estuvieron sin úlceras 5,4 días.
Con los dispositivos de aire reactivo, la incidencia de las úlceras por presión– UPP fue del 5,2% con una tasa de 0,41 cada 100 días y los pacientes permanecieron 10,5 días sin úlceras. El estudio realiza también analizó los costes, que con un colchón de oscilación de presión ascienden a 0,53 euros al día y con Repose a 0,21 al día.
Esta tecnología se complementa con el innovador sistema de cambio postural automatizado Toto Touch que permite mover suavemente al paciente a intervalos regulares, gracias a un ciclo de movimiento automático programable que se adapta a todo tipo de camas.