Un artículo de Anna Solana,
colaboradora de Internet of Things Solutions World Congress – IoTSWC 2019
La salud en el bolsillo… O en la muñeca. Hoy en día, tenemos relojes que pueden controlar nuestros pasos, nuestro ritmo cardíaco y nuestras horas de sueño, o incluso alertarnos de que tenemos síntomas de depresión. También existen dispositivos inteligentes -tipo bolígrafo de insulina- para controlar mejor la diabetes e inhaladores conectados para el tratamiento del asma, así como sensores digeribles que pueden mejorar la administración de medicamentos.
Está pasando. La implementación del Internet de las Cosas (IoT) en la asistencia sanitaria está revolucionando la industria porque redefine la relación entre pacientes y médicos, mejora los resultados del tratamiento y reduce los costes. Hasta dónde nos llevará este cambio en cuanto se combine con la Inteligencia Artificial (AI) y Blockchain, o si éste es realmente el futuro de la atención médica, es la pregunta del momento.
Por ahora, el uso del IoT en el sector salud se centra básicamente en la monitorización remota de pacientes y en el seguimiento y mantenimiento de equipamiento. Dicho de otra forma, los dispositivos IoT se utilizan para ofrecer atención personalizada a los pacientes y para permitir a los médicos realizar un seguimiento de la adherencia de estos pacientes a los planes de tratamiento. También permiten que los hospitales conozcan la ubicación en tiempo real de cierto equipamiento médico y que se puedan disminuir los tiempos de espera en urgencias. Por último, son de gran ayuda para las aseguradoras, pues les permiten reducir significativamente las reclamaciones.
Posibilidades infinitas
Sin embargo, el IoT en el sector salud tiene muchas otras potenciales aplicaciones, asegura Eugene Borukhovich, Director Global de G4A Digital Health en Bayer, que participará en el IoT Solutions World Congress (IoTSWC) en Barcelona del 29 al 31 de octubre. Estas posibilidades van «desde la extracción de biomarcadores digitales de la voz hasta el análisis de parámetros ambientales con el objetivo de orientar todo el ecosistema hacia la prevención y no solo la atención«, añade. Queda claro por dónde van los tiros.
De hecho, la prevención es un concepto clave que beneficia tanto a los pacientes, como a la cuenta de resultados de las empresas. Y probablemente ésta sea una de las razones por las que las aplicaciones IoT en el sector salud estén creciendo exponencialmente. Según McKinsey, el gasto en soluciones IoT para la asistencia sanitaria podría llegar a 1,6 billones (estimación alta) de dólares (1,4 billones de euros) en 2025. En cuanto a la cantidad de dispositivos IoT dedicados a la atención médica, Business Insider prevé que alcanzará los 646 millones en 2020. Con qué energía se alimentarán todos estos dispositivos es otro problema.
Sanitas, que presentará casos de éxito en el IoTSWC19, considera que «el IoT es fundamental para la industria de la salud porque aporta valor añadido que hasta ahora no existía». «Ahora tenemos información sobre lo que está sucediendo en nuestro ecosistema en el día a día«, dice Tania Menéndez Hevia, responsable de Connected Health en Sanitas Hospitales. Esto significa que se pueden desarrollar nuevos productos, como «trasladar el concepto de hospital al hogar», lo que se traduce en un mejor servicio para el paciente.
De momento, la aseguradora está utilizando dispositivos fabricados por diferentes startups, que incluyen tensiómetros, pulseras de actividad, espirómetros para la evaluación de la función pulmonar, básculas y dispositivos para electrocardiogramas (EKG). Todas estas herramientas están conectadas a una APP desarrollada internamente por Sanitas. Los médicos, a su vez, tienen la información que necesitan en un panel de control vinculado a la historia clínica electrónica de cada paciente. Además, cuentan con un equipo de monitorización de todos los pacientes.
Atención personalizada
Hasta el año pasado, este proyecto era pro bono, dice Tania Menéndez Hevia. El análisis de los datos obtenidos se utilizó para identificar casos de éxito, entre los que hay 10 que se siguen monitorizando con el objetivo de «cambiar el modelo«. Entre ellos, el uso de pulseras de actividad y mensajes motivacionales para mejorar los tratamientos de fertilidad.
Huelga decir que todos los datos utilizados en estos casos están encriptados. Menéndez reconoce que el IoT plantea riesgos de privacidad y preocupación sobre la seguridad de la transferencia de datos médicos. Ésta es la razón por la que, en su momento, la compañía pidió a un hacker de sombrero blanco que detectara vulnerabilidades en el sistema para poder fortalecerlo al máximo.
Está claro que tanto la seguridad como la privacidad son dos aspectos clave para el desarrollo de los dispositivos IoT que deben analizarse cuidadosamente para que el cambio en la atención médica sea socialmente aceptable. También es cierto que a veces esto genera profundas contradicciones. «Les pedimos a los gobiernos que protejan nuestra privacidad, pero a la vez les pedimos que mejoren la atención sanitaria. Algún día la balanza tiene que decantarse hacia un u otro lado», subraya Eugene Borukhovich, Director Global de G4A Digital Health en Bayer.
De hecho, la cantidad de información que la gente quiere dar sobre sí misma es un tema crucial en la revolución digital del sector. Más aún cuando «el futuro está en la medicina personalizada y la utilización inteligente del Big Data», según dice Tania Menéndez Hevia. En este escenario la inteligencia artificial va a tener un peso importante porque será capaz de realizar análisis con más precisión y menos tiempo que el ser humano, añade la responsable de Connected Health de Sanitas.
Aun así, el enfoque plantea todavía algunas dudas pues podría traducirse en un acceso desigual a los servicios de salud, especialmente en lo que se refiere al uso de la información genética. Al final, «de lo que se trata es de cómo la industria puede mejorar la experiencia del consumidor de atención médica para que cada persona tenga la mejor versión de sí misma», concluye Borukhovich.
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