Un artículo de Victor Vargas
Terapeuta ocupacional Residència Vila-seca del Grup Mutuam
Los y las terapeutas ocupacionales juegan un papel primordial en la atención a las personas mayores y son una figura clave en las residencias de Grupo Mutuam, donde se ha hecho una apuesta decidida por el modelo de Atención Centrada en la Persona. Sin embargo, se trata todavía de un perfil profesional poco conocido por el gran público. De una manera sencilla, podemos decir que su función es trabajar para que las personas con cualquier tipo de diversidad funcional puedan llevar a cabo las actividades de la vida diaria de la forma más independiente posible, disfruten de una mejor calidad de vida y puedan implicarse en lo que da sentido a su vida.
Está demostrado que ocupación es salud y ellos y ellas son los expertos en este ámbito. Sin embargo, no se trata de pautar actividades a las personas porque sí, sino de identificar las que dan sentido a su vida. Para una persona esta actividad significativa puede ser vestirse y para otra maquillarse. En cualquier caso, el terapeuta ocupacional será quien ayude a una persona que, por ejemplo, haya sufrido una hemiplejia y no pueda mover una de las dos manos a llevar a cabo esta actividad significativa con un sola mano.
Principales funciones en geriatría
En las residencias de ancianos, tienen un papel relevante en varios aspectos. Por un lado, intentan mantener las funciones cognitivas, motoras y sociales de los residentes el máximo tiempo posible. Cuando ingresan muchas personas pierden actividades instrumentales que formaban parte de su cotidianidad, porque ya se encarga la institución. Desde los centros donde se trabaja siguiendo el modelo de Atención Centrada en la Persona, como los del Grupo Mutuam, se procura dar continuidad a aquellas tareas que ya hacían.
Por otra parte, tienen como función el asesoramiento y el entrenamiento en cuanto a productos de apoyo, que son todas aquellas ayudas que permiten a las personas desarrollar una actividad de manera más independiente. Hay para alimentación, para transferencias, para vestirse, para moverse, etc. También se incluyen aquí las prótesis y órtesis. Los terapeutas ocupacional los adaptan al máximo a las necesidades de las personas y les enseñan cómo utilizarlos.
Por último, una parte importante de su trabajo es la de consultoría con el personal de auxiliar de enfermería, a quien transmiten la información y los conocimientos necesarios para seguir las pautas adecuadas en la realización de las actividades de la vida cotidiana.
En el desarrollo del trabajo de los terapeutas ocupacionales, de hecho, es muy importante el trabajo interdisciplinario. Para dar una respuesta global a las demandas y necesidades de las personas es esencial poder aprovechar la visión del fisioterapeuta, del psicólogo, los profesionales de enfermería, del equipo médico o del educador social. Como profesionales, su atención se focaliza tanto en la persona como en la actividad y el entorno donde se desarrolla.
Mucho más que ocio
Las tres grandes áreas de las que se encargan estos profesionales son la de mantenimiento (actividades básicas de la vida cotidiana), la de productividad (actividades como hacerse la comida, limpiar la habitación o retirar dinero de un cajero) y la de ocio, en la que puede haber actividades que se utilicen como tratamiento para recuperar o preservar una función.
No hay recetarios generales en cuanto a las actividades de terapia ocupacional. Lo cierto es que el propio ritmo de las instituciones suele llevar a generar grupos para poder llegar al mayor número de personas. El trabajo de los terapeutas en la vertiente del ocio es, pues, identificar intereses compartidos y organizar propuestas que puedan gustar a un conjunto de residentes. Podrían ser en relación al cine, la gimnasia, la cocina o cualquier otro tipo de actividad.
En este sentido, es fundamental hacer una evaluación adecuada de las personas cuando ingresan en un centro. Esto incluye conocer los antecedentes médicos o patológicos, pero también cuál ha sido su historia de vida, en qué contextos se ha desarrollado, de los que ha trabajado y qué roles familiares ha tenido. Estos datos, junto con la información de las actividades en las que se han interesado, les permite conocer el perfil ocupacional de la persona. Además, se les hacen las evaluaciones más estandarizadas para ver el grado de dependencia, de cumplimiento cognitivo, de desempeño ocupacional, etc., que les permiten ver en qué tareas se les puede involucrar. Hay que tener claro, sin embargo, que no se trata sólo de hacer una evaluación inicial y dar unas pautas, sino que el terapeuta debe ser un acompañante y debe ir viendo, junto con la persona, que es importante para ella.
Encarar el futuro
Pese a que en los últimos diez años las personas se ha aproximado más a la profesión, uno de los retos que debe afrontar todavía la terapia ocupacional es el del desconocimiento. No se trata sólo del público general, sino que a veces esta falta de conocimiento aparece también en profesionales del propio ámbito sanitario. Las instituciones tampoco son siempre conscientes de lo que pueden aportar los y las terapeutas en los centros, donde habría que establecer un ratio más alto.
El modelo de Atención Centrada en la Persona, por lo que ha optado Grupo Mutuam, sin embargo, encaja totalmente con la filosofía de la profesión. Desde la terapia ocupacional, se considera que los centros del futuro tendrán que acercar a las personas a un entorno más natural. Deberán ser menos hospitalarios y más domiciliarios, tal y como ya ocurre en los países del norte de Europa. Si se quiere hacer de una residencia un hogar, deberá parecerse. Hay que tener en cuenta que cada vez el perfil de personas que ingresan es más dependiente. Las necesidades médicas y de enfermería a las que deben hacer frente las instituciones son muy grandes, pero eso no las exime de acercarse más a un entorno domiciliario. En la Residencia Vila-seca, sin ir más lejos, a pesar de ser es un equipamiento muy grande y multi-servicio, se ha conseguido ofrecer un atención cálida, cercana y centrada en la persona.
Por último, hay que señalar que queda mucho trabajo por hacer por parte de los propios profesionales para dar a conocer los beneficios que pueden aportar en muchos ámbitos. La terapia ocupacional no sólo sirve es útil en el ámbito residencial, también lo es en salud mental, en atención comunitaria, en pediatría, en rehabilitación y en muchos dispositivos. Si bien la evolución ha sido positiva en general -han aumentado el número de profesionales y de ofertas de trabajo y ya no está tan encajonada como antes en la geriatría- es muy importante la colegiación, ya que el Colegio de Terapeutas Ocupacionales es el único órgano que puede defender los intereses de la profesión ante las instituciones gubernamentales.
Además, sería necesario que en Catalunya fuera posible estudiar el grado en alguna universidad pública con el fin de aumentar el número de terapeutas. Asimismo, la investigación es fundamental en la profesión y se hace muy poca. Los y las terapeutas ocupacionales deben investigar y demostrar que lo que haciendo funciona y aporta calidad de vida a las personas.