Desde el Servicio Móvil Dental (Sermade) destacan la importante labor que desempeñan los cuidadores familiares para hacer posible el deseo de las personas mayores y en situación de dependencia de seguir viviendo en su entorno habitual. Con el fin de prevenir la aparición de problemas bucodentales, Sermade recomienda realizar una valoración odontológica cada seis meses y prestar atención a una serie de señales que alertan problemas.
Como en casa en ningún sitio, es el deseo que expresan las personas mayores cuando comienzan a tener problemas de autonomía para desarrollar las Actividades Básicas de la Vida Diaria (ABVD). Sin embargo, los cuidadores no siempre tienen la formación ni los conocimientos necesarios para prestar la atención que las personas mayores requieren.
En este sentido, la directora de Sermade, Sara Guisado, destaca que “una adecuada salud bucodental mejora su bienestar y calidad de vida. Cuando las personas mayores dependientes o con deterioro cognitivo no pueden mantener unos cuidados bucodentales adecuados, los cuidadores deben prestar una especial atención a una serie de señales que alertan y dan pistas a los cuidadores sobre posibles problemas en la boca y/o en los dientes”. En este sentido, hay que prestar una especial atención a:
- Falta de apetito
La falta de apetito debe hacer sospechar al cuidador sobre la presencia de posibles lesiones en la cavidad oral, que pueden causar malestar o dolor en la masticación.
- Úlceras o llagas
La aparición de úlceras o llagas en la boca también pueden causar molestias. La pérdida de piezas dentales y prótesis dentales mal ajustadas producen dolor y molestias en la masticación e incluso pueden provocar la aparición de llagas.
- Sequedad
Boca seca y pastosa, lengua áspera y labios secos son síntomas que pueden ser causados por la ingesta de determinados medicamentos. La consecuencia más inmediata es un mayor riesgo de padecer caries, porque la saliva tiene una función protectora que, además, limpia los dientes y encías. Además, la boca seca dificulta la acción de tragar los alimentos.
- Sensibilidad dental
La sensibilidad dental es otro síntoma a vigilar, porque las encías tienden a retraerse dejando al descubierto parte de la raíz y de las terminaciones nerviosas que tenemos en los dientes. Por tanto, las personas que padecen sensibilidad en la boca tienen una desagradable sensación al tomar alimentos fríos y/o calientes.
- Dientes amarillos y mal aliento
Los dientes amarillos y el mal aliento son claros síntomas de una mala higiene, pero también de problemas más graves como caries, infección e incluso enfermedades digestivas.
¿Qué pueden hacer los cuidadores?
Sermade recomienda realizar una valoración odontológica cada seis meses para evitar posibles problemas. “Asimismo, los cuidadores deben ayudar a las personas mayores en situación de dependencia a mantener la higiene, tanto bucodental como de las prótesis dentales, para evitar caries, inflamaciones de las encías, pérdida de piezas, etc.”, subraya Sara Guisado.
En el caso de que la pérdida de piezas dentales suponga un problema serio para masticar alimentos sólidos, la directora de Sermade recomienda “la colocación de implantes dentales para que las personas mayores vuelvan a disfrutar de la comida y puedan alimentarse correctamente, pero también para que recuperen su autoestima. De esta manera, mejorará su bienestar y calidad de vida”.
No obstante, siempre que el cuidador tenga alguna duda o sospecha de que algo no va bien debe acudir a profesionales cualificados. “El tratamiento dental en pacientes que presentan enfermedades degenerativas se realiza de manera muy respetuosa, no se fuerza ni se obliga. Para ello, el odontólogo siempre conoce al paciente antes de llevar a cabo el tratamiento. Y, durante el mismo, se adapta a sus necesidades”, subraya Sara Guisado. Ahora bien, cuando el paciente no colabora porque su enfermedad está muy avanzada, Sermade aconseja realizar el tratamiento odontológico bajo sedación consciente.
Finalmente, Sara Guisado destaca la importancia de que los cuidadores aprendan también a gestionar su propio autocuidado para mantener su salud física y emocional. “Si el cuidador no se encuentra bien sufrirá síndrome del cuidador quemado y, por tanto, no podrá cuidar correctamente”, apunta la directora de Sermade.