Fedea, la Fundacion de Estudios de Economia Aplicada, ha publicado su tercer Informe sobre el Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia (SAAD) que, entre otros aspectos, destaca la reducción de las listas de espera (el llamado limbo de la dependencia), la caída del peso de las prestaciones económicas en el gasto total y una cierta mejora en los recursos destinados al sistema.
A nivel europeo, las personas de 65 años o más reciben ayudas para la dependencia en mayor medida en el hogar que en las instituciones. Una parte del informe se dedica a una comparación de España con el resto de países de la OCDE en términos de distintos parámetros del Sistema de Atención a la Dependencia. Los países de Europa del Norte como Suiza, Noruega, Suecia y Alemania destinan más ayudas a la dependencia que el promedio de la OCDE, mientras que España registra niveles más reducidos de cobertura, situándose en la zona media-baja de la distribución por el nivel de ayudas (cerca del 10%). En cuanto al gasto en cuidados de larga duración, en países del sur de Europa como España e Italia, el gasto no supera el 1% del PIB, mientras que en Europa del Norte se destina entre el 2% y 3% del PIB a cuidados de larga duración, superando al promedio de la OCDE.
A nivel regional, la evolución de las principales magnitudes del sistema, así como la oferta y distribución de las prestaciones, el Informe sobre el Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia de Fedea revela que es relativamente dispar, «reflejo de las diferencias en recursos y preferencias que encontramos en nuestra geografía». En este sentido, cabe destacar que se mantienen las importantes diferencias existentes entre comunidades en el peso de las prestaciones económicas por cuidados en el entorno familiar aunque se ha visto reducido su valor medio. En Baleares, por ejemplo, estas prestaciones representaban cerca del 70%, mientras que con la última información disponible (a septiembre 2019) alcanzan el 52%. En contraste, otras comunidades como Madrid o La Rioja asignan una proporción bastante menor a dichas prestaciones, 19% y 15%, respectivamente,
Lo mismo ocurre con el peso relativo del conjunto de las prestaciones económicas, que desciende desde niveles muy elevados (en torno al 60%) en los primeros años del SAAD hasta el nivel actual del 42%. Con las últimas cifras se constata que se desacelera el ritmo de crecimiento del número de personas con derecho a prestación entre 2017 y 2019 (incluso en algunas comunidades se observan evoluciones negativas) y en cambio el ritmo de crecimiento del número de personas cuya prestaciones es mayor, mostrando de alguna manera una cierta mejora en el funcionamiento del sistema.
La magnitud de las listas de espera para recibir las prestaciones del SAAD (el llamado ‘limbo de la dependencia’) sigue siendo un tema de especial preocupación a nivel nacional y regional. Las listas se incrementaron bruscamente en la segunda mitad de 2015 por el impacto de la incorporación de los dependientes moderados pero han ido reduciéndose gradualmente en los últimos años. A nivel regional, los datos más recientes revelan algunos cambios alentadores. Destacamos los casos de Canarias, Aragón, Extremadura, Comunidad Valenciana, Galicia, Castilla La Mancha y Navarra con descensos de la fracción de dependientes en el “limbo” de entre 20 y 30 puntos en relación a 2015.
Por lo que respecta al presupuesto estatal en dependencia, Fedea constata que empieza a recuperarse en los últimos años después de varios años de recortes y estancamiento (2012-2015), aunque la fuerte mejora de la financiación estatal prevista en el proyecto de presupuestos de 2019 (más de 800 millones) no se ha materializado al rechazarse el proyecto en el Congreso. Por otra parte, se observa una evolución positiva del gasto público del SAAD en las comunidades entre los años 2016 y 2018. Por ejemplo, el incremento del gasto público entre 2016 y 2018 se sitúa cerca del 30% en Canarias (28%), Baleares (28%), Valencia (27%) y Aragón (26%).
Pese estos datos esperanzadores, desde Fedea se advierte que persisten «amenazas latentes que esperamos que se vayan resolviendo con el tiempo: incertidumbre en la financiación, infrafinanciación y variabilidad entre regiones sin vectores explicativos razonables». Para superar estos obstáculos, esta Federación recomienda «introducir reglas más claras y transparentes y promover una financiación y fuentes de financiación estables y predefinidas (que no dependan de la generosidad relativa del presupuesto de turno). En definitiva, sugerimos un sistema de tamaño y estabilidad razonable donde ciudadanos y profesionales sepan en todo momento a qué atenerse y qué esperar del mismo».
Los interesados pueden consultar y descargar aquí el tercer Informe sobre el Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia (SAAD) de Fedea.