Un artículo de Marina Guitart Pinedo,
psicóloga y coordinadora del Centro de Día «Alzheimer Centro Educacional»
Las personas que padecen una demencia pueden mostrar un amplio rango de alteraciones cognitivas, síntomas conductuales, emocionales, funcionales y psicomotores. Por ello, las intervenciones terapéuticas no farmacológicas, que son muy variadas y pueden diferir en muchos aspectos, tienen el objetivo de mejorar su calidad de vida y maximizar la capacidad funcional y social, así como retardar el curso de la enfermedad de las personas que presentan déficits cognitivos y/o demencias. La intervención no farmacológica en las demencias está fundamentada en diversos factores que debemos tener en cuenta.
En primer lugar, en la actualidad, los tratamientos farmacológicos para las demencias siguen siendo sintomáticos y no sindrómicos, es decir, no curan y, ni siquiera detienen el curso de la enfermedad. Las medidas de apoyo no farmacológicas, además de permitir la disminución de la polifarmacia, permiten también mejorar la calidad de vida y el bienestar de las personas con demencia, así como la de sus familiares y cuidadores.
El deterioro puede paliarse y compensarse, e incluso puede retardarse el curso evolutivo de la demencia. El rendimiento de las personas en muchas de las áreas de su vida es inferior a su nivel de competencia y existe, por tanto, una capacidad cognitiva de reserva, plasticidad neuronal o potencial de aprendizaje que puede activarse mediante el aprendizaje, el ejercicio o el entrenamiento.
Por otra parte, una dilación en las pérdidas cognitivas que caracterizan las demencias supone, también, una disminución notable de los gastos económicos asociados y, lo que es más importante, una profunda mejora en la calidad de vida del paciente, contribuyendo a disminuir su dependencia.
Por último, es evidente que el concepto de salud ha evolucionado y que el derecho a la salud va más allá de la simple ausencia de enfermedad. Se trata más bien de lograr un estado de bienestar completo, físico, psíquico y social, que incluye el equilibrio psicológico y la inserción social.
Múltiples intervenciones no farmacológicas han sido aplicadas en el tratamiento de los procesos de demencia con resultados beneficiosos. Todas ellas deben ser aplicadas por profesionales, basándose en la evidencia científica, en continuidad, siguiendo una metodología de trabajo preestablecida y realizando un seguimiento y el análisis de sus resultados a través de pruebas y baterías estandarizadas. La intervención debe ser lo más individualizada posible y, por tanto, adecuada a los intereses, necesidades y capacidades funcionales residuales de cada persona, elaborando programas que provean actividades constructivas y con significado.
Paralelamente, han adquirido relevancia las intervenciones que se dirigen al propio cuidador, ya que la mayoría de personas con demencia en España residen en su domicilio y son cuidados por sus familiares. Muchos de los cuidadores de un paciente con demencia están sometidos a un gran estrés que repercute en su propia salud física y psíquica, así como en las relaciones sociales. De esta manera, se provee información, formación, apoyo, capacitación y estrategias para poder dispensar al enfermo las atenciones que necesita.
Entre las intervenciones no farmacológicas dirigidas a la persona con demencia, destacan las siguientes:
- Terapia de Orientación a la realidad
Se trata de una técnica psicoterapéutica para ayudar a personas confusas y desorientadas, proporcionándoles información acerca de la orientación temporal, espacial y personal de forma estructurada y repetida.
- Terapias de estimulación y rehabilitación cognitiva o neuropsicológica
Utilizan un gran surtido de técnicas y estrategias con el objetivo de estimular las capacidades cognitivas como pueden ser la orientación, la atención, la memoria, el lenguaje, el reconocimiento y el razonamiento entre otras, para retardar la progresión del deterioro y restaurar las habilidades cognitivas en desuso. Actualmente, se está incrementando el uso de programas y aplicaciones de estimulación cognitiva a través de soportes digitales como el ordenador, la tablet o el teléfono táctil.
- Entrenamiento específico de la memoria
Mediante el ejercicio de múltiples estrategias memotécnicas facilitadoras para aumentar el registro, el almacenamiento y la recuperación de la información. Entre estas técnicas para mejorar la memoria se pueden citar la visualización, la categorización, el método de la cadena, de los lugares, el agrupamiento y las palabras gancho, así como la atención voluntaria, la estructuración, las técnicas asociativas, la repetición o las referencias espaciales y temporales.
- Terapia de Reminiscencia
Centrada en los propios recuerdos, tiene como objetivo mejorar la memoria y aumentar la resocialización de los pacientes estimulando la conversación, así como también el incremento de la autoestima, la satisfacción personal y el bienestar. Para ello, se evocan recuerdos ligados a la historia vital de la persona, tanto su memoria autobiográfica (recuerdos personales) como la memoria semántica (datos históricos y hechos vividos).
- Musicoterapia
Consiste en el uso planificado y controlado de la música para conseguir objetivos terapéuticos con personas que tienen necesidades específicas debidas a problemas sociales, psicológicos, físicos o intelectuales, distinguiéndose de la música utilizada como diversión y entretenimiento. Constituye una intervención efectiva para mantener y mejorar la participación activa del paciente, sus habilidades cognitivas y disminuir posibles alteraciones conductuales. Esta técnica ayuda a integrar la función motora como expresividad del lenguaje corporal y a facilitar la capacidad socializadora.
- Cinesiterapia: Actividad física, técnicas psicomotrices y fisioterapia
Los efectos beneficiosos del ejercicio son múltiples, y existen muchos estudios que demuestran que también en el ámbito de las demencias puede ser aplicada tal afirmación, tanto en el área funcional como en la psicológica y social. Esta terapia genera mejoras en el área motora, en la coordinación, el tono muscular, la deambulación y equilibrio, la prevención de caídas y en la mejora de la capacidad funcional. Se retrasa el declive físico asociado al envejecimiento y a la inactividad. Permite preservar un mayor grado de autonomía, mejorar la autoestima, la imagen corporal e, incluso, la ejecución cognitiva.
- Estimulación multisensorial o snoezelen
Pensada para personas con demencia en fase avanzada, estimula de forma controlada los órganos sensoriales: ojos, nariz, boca, piel y oídos. La estimulación de los sentidos en un ambiente seguro y agradable, con luces, música, sonidos, texturas y mejora de la sintomatología ansioso-depresiva. La aromaterapia, por ejemplo, es una técnica que utiliza compuestos vegetales y aceites esenciales para mejorar la salud y el estado de ánimo, así como para suscitar recuerdos y evocar momentos vividos mediante la inhalación o la aplicación de los aceites sobre la piel.
- Terapia ocupacional (TO)
Es el uso terapéutico de las actividades de autocuidado, trabajo y juego para incrementar la independencia funcional. Este tratamiento puede incluir la adaptación de tareas o del entorno para alcanzar la máxima independencia. La intervención en demencias desde la TO se basa en una minuciosa valoración de la situación funcional. Se incluyen actividades de estimulación verbal, sensorial, actividades de la vida diaria, adaptación del medio, ejercicio físico, juegos y manualidades.
En esta línea, la Terapia de las Actividades de la Vida Diaria elabora programas funcionales de intervención para el mantenimiento de actividades básicas para la vida diaria que promueven la autonomía personal. Dicha terapia promueve el mantenimiento de la competencia y habilidades para desenvolverse lo más autónomamente posible en rutinas básicas como la alimentación, la higiene y aseo personal, el vestido, la continencia o la movilidad.
- La Arteterapia
Es aquella intervención en la que se utiliza la creación artística con el objetivo de mejorar la autoestima, reducir los síntomas ansiosos, depresivos y de estrés, a la vez que se desarrollan habilidades interpersonales
- Terapia basada en la utilización de animales domésticos
Esta terapia favorece la interrelación y creación de un vínculo afectivo con animales entrenados y con intervenciones guiadas por profesionales, sirve para mejorar el estado emocional, psicológico y social de la persona afectada.
- Principios de modificación de conducta
Para el tratamiento de las alteraciones de comportamiento se utilizan los principios de modificación de conducta, partiendo de la descripción funcional del comportamiento, lugar, momento y frecuencia con la que se produce, así como de la valoración de las variables antecedentes y consecuentes del trastorno conductual que orienta sobre la estrategia terapéutica. En este sentido, se utiliza el refuerzo para consolidar las conductas deseadas o para generar nuevos comportamientos, alterando las contingencias de refuerzo, ignorando las conductas inadaptadas e intensificando las conductas de tipo adaptativo a fin de modificar la frecuencia de su aparición.
- Técnicas de relajación
Como la respiración controlada, la relajación progresiva de Jacobson, la relajación autógena o la visualización resultan de gran ayuda ante síntomas ansiosos. Un buen ejemplo de ello es la práctica del Mindfulness o atención plena, un método que se centra en prestar atención al presente y al momento vivido en el instante actual.
- Terapia de Validación
Es un método de comunicación que se basa en el respeto y empatía al interactuar con una persona con demencia, así como en la aceptación de la realidad y la experiencia personal de cada persona que padece el trastorno. Resulta fundamental que el cuidador desarrolle la capacidad de aceptar y empatizar con la persona desorientada.
Actualmente, es habitual que se recomienden intervenciones multimodales, que integran diferentes aproximaciones, individuales y colectivas, y en las que se contempla tanto el tipo de demencia como el estado evolutivo funcional que presenta el paciente. Se trata, en definitiva, de proporcionar una atención centrada en la persona y no tanto en la enfermedad, que cubra sus necesidades de bienestar físico y emocional, en ámbitos como las relaciones interpersonales, el desarrollo personal, la autodeterminación, la inclusión social y el bienestar material.
Sobre la autora Marina Guitart Pinedo es psicóloga y coordinadora del Centro de Día «Alzheimer Centro Educacional»; conductora de grupos terapéuticos para familiares de personas con demencia presenil de Fundació ACE; conductora de grupos de Ayuda Mutua para parejas de personas con demencia, ponente en el proyecto Aula de cuidadores de Fundación ACE y observadora del programa Cuidador experto – Cataluña. |