Ayudar a recuperar la movilidad y reeducar el equilibro a los pacientes que han sufrido un ictus es el principal objetivo de NEUROFIT, un gimnasio pionero y único en España que combina tecnología puntera con un método de trabajo propio basado en tres pilares: la gamificación, la eliminación de barreras y la progresividad.

Ubicado en Badajoz, este centro está dotado con máquinas de aire comprimido de última generación y parte de la tecnología que se utiliza en sus instalaciones la emplea la NASA para alguno de sus proyectos. Tal y como destaca la directora del centro, Mari Paz Bureo, “nuestro objetivo es ayudar a recuperar la movilidad y la independencia a personas que han sufrido una lesión neurológica o cualquier otra lesión que afecte a las capacidades motoras, así como a frenar su deterioro en el menor tiempo posible y de forma divertida”.

Este método único, que ha ayudado en lo que va de año a más de 200 pacientes que han sufrido algún tipo de daño neurológico, va a llegar a otras ciudades. En concreto, la firma planea la apertura de un nuevo centro NEUROFIT en Madrid, que se sumará al existente en Badajoz, con el que buscará llegar a un mayor número de pacientes, cimentando así el posterior desarrollo de una red nacional. 

Para ello, han abierto una ronda de inversión participativa a través de la plataforma de impacto social, la Bolsa Social, la primera plataforma de financiación participativa autorizada por la CNMV, que conecta a inversores de impacto y empresas que generan un impacto social y/o medioambiental positivo, a través de la cual espera recaudar entre 150.000 y 188.000 euros.La inversión se realiza mediante ‘equity crowdfunding’, de una manera ágil, sencilla y transparente, y con una inversión mínima que ronda los 1.000 euros. Si se alcanza el objetivo de financiación, la Bolsa Social formaliza la ampliación de capital en nombre de todos los inversores. Si no se logra, se devuelven las aportaciones sin coste para los inversores.

El centro Neurofit es el sueño de la emprendedora extremeña Mari Paz Bureo, que conoce de primera mano la problemática de sus pacientes: ella misma sufrió un accidente a muy temprana edad que le produjo un traumatismo craneoencefálico con diferentes secuelas, entre ellas una limitación de su campo visual. Incluso así, con un reconocimiento del 53% de discapacidad, se diplomó en Terapia Ocupacional y en Fisioterapia, y en 2011 fundó Fisioasistencia, su primer negocio, que en la actualidad cuenta con más de 4.000 pacientes.