Un artículo de Autora Juliana Muñoz Hernández (AHORACENTROS)
extraído de «Terapias no farmacológicas en el deterioro cognitivo»
El acompañamiento, como modelo de intervención sociosanitaria, significa “ir al lado de” una persona que necesita del apoyo de otra y que se encuentra en situación de vulnerabilidad. Este concepto supone una forma de concebir las relaciones humanas basándonos en el principio de igualdad. Es por ello que se intentan construir lazos de confianza que permitan progresar a la persona dependiente y se evitan los abusos de poder y el paternalismo, que prolongan la situación de dependencia y mantienen al paciente en su fragilidad.
En el acompañamiento se establece un vínculo con la persona y se la acoge en todas sus circunstancias; no hay que centrarse exclusivamente en la parcela de las necesidades y, aún menos, en aquella parte cargada de síntomas, signos de debilidad y puntos deficitarios. Se trata de entender quién es cada usuario en su globalidad, lograr comprender su experiencia de vida concreta y relacionarse con él o ella en el aquí y ahora. Antes de actuar hay que tener en cuenta diferentes aspectos de la persona como, por ejemplo, qué le pasa y cómo se encuentra en la actualidad, los rasgos de su personalidad y cómo ha sido su forma y calidad de vida antes de ingresar en el centro.
Acompañar a las personas de la institución se traduce en mantener una relación de ayuda y de confianza construida mediante el contacto, la cercanía, la presencia cotidiana y el compromiso adquirido por ambas partes (profesional-usuario). El acompañamiento es una palabra que engloba los aspectos que se detallan a continuación (Ifes, 2010):
- Tiempo compartido
- Compromiso, cuidado y paciencia
- Utilizar una comunicación no verbal adecuada para transmitir cercanía y seguridad
- Comunicación afectiva, escucha y buen humor
- Persona accesible que no crea dependencia personal
- Confianza e igualdad en el trato
- Capacidad de negociación realista y flexible
- Reconocer su dignidad (es importante dirigirse al usuario con respeto, mostrándole intención de ayudar, no de quitarle autoridad)
- Reforzar lo positivo, elogiar todas aquellas iniciativas por relacionarse
Caminar junto a personas que se encuentran en situación de dependencia lleva a conectar con realidades vitales como la muerte, la pérdida progresiva de funciones o el deterioro cognitivo. Se trata de estar al lado, ni delante ni detrás. Se pueden distinguir tres tipos de intervenciones de acompañamiento (Ifes, 2010):
- Intervenciones individuales: son aquellas que se desarrollan de forma individual con la persona con dependencia. Por ejemplo, conversaciones sobre temas de interés, leer juntos un libro, prensa o revista, escuchar la radio, comentar noticias
- Intervenciones dirigidas a mantener y fomentar la relación con personas allegadas como, por ejemplo, realizar llamadas de teléfono a familiares, escribir cartas a amigos lejanos e incluso entrenar en me-dios como internet, correo electrónico, etc. Además, se facilitará el contacto personal con esas terceras personas, si es posible (por ejemplo, facilitar que acudan al domicilio a modo de visita)
- Intervenciones orientadas a preservar y fomentar las relaciones con su entorno. Un ejemplo puede ser acompañar a participar en actividades comunitarias de su interés, como acudir a centros de convivencia de mayores, asociaciones, celebraciones religiosas, actividades recreativas, ferias, festejos, etc.
Un ejemplo de acompañamiento:
El acompañamiento y la acogida de Macarena en la residencia que realizó Trini, una cuidadora
Cuando Macarena ingresó en la residencia pensaba que ella no tenía la necesidad de entrar en uno de estos centros. “Mis hijas se han desentendido de mí. Toda la vida cuidando de ellas, alimentando a sus hijos y mira lo que han hecho conmigo. Ahora que estoy en una silla de ruedas y ya no les sirvo, me encierran. Me han tirado como a una colilla y estoy aquí metida para que me muera pronto”.
Trini, mientras le mostraba cuál iba a ser su habitación, le escuchaba y tomaba consciencia de su estado de ánimo. Se sentó en la cama y conversaron un rato. Supo entonces que Macarena había sido jefa de cocina durante 35 años de un famoso restaurante de la ciudad. Conocer este dato ayudó a Trini a intentar modificar la percepción fatalista que poseía del centro y de su futura estancia residencial.
Informó a Macarena de la existencia de un Taller de Cocina Terapéutica; le contó que esta semana iban a hacer pestiños y que invitarían a tomar café a los familiares el Sábado de Pascua. Macarena no mostró entusiasmo, pero sí se relajó un poco su expresión de enfado y disminuyeron los reproches expresados hacia sus hijas.