Alrededor del 10% del total de demencias son tratables y reversibles. Son las llamadas demencias secundarias, aquellas de las que se conoce la causa que las desencadena, a diferencia de las primarias, como es el caso del Alzheimer, tal y como destacaron los expertos participantes en
el XIV Curso de Actualización en Psicogeriatría. organizado por el Hospital Sagrat Cor de Martorell de Hermanas Hospitalarias.
Las demencias secundarias pueden ser debidas a múltiples factores, como trastornos metabólicos (como por ejemplo alteraciones en los niveles de calcio, síndromes de insuficiencia hepática, renal o pulmonar…), enfermedades endocrinas (hipo e hipertiroidismo, etc.) o consumo de tóxicos (fármacos, alcohol…), entre muchos otros.
Tal y como explicó el doctor Domènec Gil, neurólogo del Hospital Sagrat Cor de Martorell, una persona con hipertiroidismo puede desarrollar una demencia, que se manifiesta con déficit de atención, deterioro de la memoria, inquietud, irritabilidad e inestabilidad emocional. Del mismo modo, según el especialista, una carencia de vitamina B12 puede dar lugar a una sintomatología muy similar a las fases iniciales de la enfermedad de Alzheimer, como falta de atención y déficit de memoria.
Asimismo, el doctor Juan Carlos Cejudo, neuropsicólogo de la Unidad de diagnóstico de demencias del Hospital Sagrat Cor de Martorell, señaló que la respuesta autoinmune del cuerpo cuando se sufre un cáncer puede comportar un cuadro de deterioro cognitivo, sobre todo, en el caso de un tumor cerebral.
Los expertos coinciden en que del total de demencias secundarias la más prevalente es la hidrocefalia normotensiva, que está causada por una retención de líquido cefalorraquídeo. Entre algunos de sus síntomas se encuentran el deterioro cognitivo con pérdida de memoria, la falta de atención y la apatía. Esta demencia se trata con neurocirugía, a través de la implantación de una válvula de drenaje que permite eliminar el exceso de líquido del cerebro.
La importancia de la detección precoz
En las demencias secundarias, cuando se trata la enfermedad de base, el cuadro demencial va revirtiendo y, en muchos casos, la persona recupera su función cognitiva normal. Por ello, es muy importante la detección precoz. “Tanto los profesionales sanitarios como los familiares de los pacientes tienen, a menudo, una actitud nihilista frente a esta problemática, es decir, al creer que se trata de una demencia incurable, el paciente puede no recibir el tratamiento que debería”, señala el doctor Manel Sánchez, subdirector médico del Hospital Sagrat Cor de Martorell e impulsor de estas jornadas. Según este especialista, la realización de las pruebas diagnósticas adecuadas es esencial para abordar estos trastornos, ya que, si la demencia persiste por un periodo largo de tiempo, puede llegar a ser irreversible.
El Dr. Cejudo apunta que un rasgo característico que puede ser de gran utilidad para la detección de las demencias secundarias es que la evolución el deterioro cognitivo es muy rápida. “Si la pérdida de las funciones cognitivas en la enfermedad de Alzheimer es progresiva y puede prolongarse durante años, en las demencias secundarias, en cuestión de pocos meses, una persona puede pasar de tener un rendimiento cognitivo totalmente normal a un deterioro grave”, asegura.
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