Un artículo de Cristina López-Gollonet Cambil, Silvina Monteros Obelar y Laura María García Fernández

Desde el Centro de Igualdad y Derechos Sociales “Las 13 Rosas” del Ayuntamiento de La Zubia (Granada), enmarcado dentro del Plan de Igualdad Municipal, se ha diseñado, implementado y evaluado un programa de prevención de la violencia de género en mujeres mayores de 65 años.

Según la Ley 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral Contra la Violencia de Género, define la Violencia de Género como aquella “manifestación de la discriminación, la situación de la desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres, se ejerce sobre éstas por parte de quienes sean o hayan sido cónyuges o de quienes hayan sus cónyuges, o de quiénes estén o hayan estado ligados a ellas por relaciones similares de afectividad, aun sin convivencia”. De este modo, la violencia de género comprende todo acto de violencia física y psicológica, incluidas las agresiones a la libertad sexual, las amenazas, las coacciones o la privación arbitraria de libertad”.

El hecho de ser mujer en una sociedad patriarcal se convierte en un factor de riesgo para padecer distintos tipos de violencia (física, sexual, psicológica, económica o simbólica). Dentro del colectivo de las mujeres, las mujeres mayores no son una excepción, de hecho, debido a la intersección entre el género y la edad aumenta su vulnerabilidad en una sociedad donde existen numerosos prejuicios y estereotipos negativos hacia las personas mayores.

geriatricarea maltrato mujer mayor
Las mujeres mayores que sufren violencia de género se encuentran con barreras específicas que tienen que ver con el cruce entre su condición de género y de edad

El programa «De Víctimas a Supervivientes» tiene como objeto detectar y prevenir la violencia hacia las mujeres mayores en el municipio, así como coordinar las actuaciones entre los distintos ámbitos y agentes de intervención y atención en los casos detectados. Se tendrá en cuenta la participación activa de las mujeres mayores para llevar acciones de prevención, detección y sensibilización.

Para hacer el diagnóstico, se realizó un estudio exploratorio sobre la situación de las mujeres mayores en el municipio y el impacto de la violencia de género en este colectivo mediante la utilización de datos estadísticos de distintas fuentes oficiales. Estos datos estadísticos se han completado con entrevistas semiestructuradas dirigidas a profesionales y mujeres mayores, con el fin de investigar sobre su realidad social. Los resultados del análisis del contenido sirvieron para diseñar los contenidos de una formación que ha tenido como objeto formar a cuidadores/as formales e informales en materia de detección y prevención de la violencia de género en mujeres mayores.

El programa cuenta con tres grupos de participantes: agentes sociales (responsables de instituciones y entidades del municipio), cuidadores/as formales e informales (profesionales, familiares y personas desempleadas interesadas en insertarse en el sector de la geriatría y de la gerontología) y mujeres mayores de 65 años.

Los agentes sociales y cuidadores/as formales e informales

Tal y como señala Gracia Ibáñez (2015) existe una carencia sobre recursos adaptados a mujeres mayores que sufren violencia de género y respuestas específicas desde un enfoque interseccional para darles cobertura. Para conocer de cerca esta situación, se realizaron visitas in situ en instituciones y entidades públicas y privadas que atienden a las personas mayores, así como reuniones y entrevistas con las personas responsables de las mismas. Los objetivos en esta fase fueron: conocer la situación de las mujeres mayores atendidas, detectando posibles casos de violencia de género, identificar necesidades de formación específica sobre violencia de género en cuidadores/as formales e informales y crear sinergias con instituciones y profesionales para su posterior implicación en el proyecto.

Los y las profesionales señalaron como un factor de riesgo la soledad, incrementada, en ocasiones, por situaciones de dependencia; hicieron alusión a casos puntuales de violencia de género que fueron detectados por haberse manifestado en forma de violencia física, por lo que otros tipos de violencia, como las económica o psicológica, suelen ser invisibilizadas, dificultando su detección. También solicitaron formación específica que pudiera darse en el lugar de trabajo, así como la elaboración de guías de prevención.

Para dar respuesta a las necesidades formativas, se llevaron a cabo acciones formativas y de sensibilización sobre violencia de género en mujeres mayores de 65 años, el Primer Plan de Igualdad Municipal y el Protocolo Municipal de Intervención y Atención de la Violencia de Género.

Mujeres mayores de 65 años

Para conocer la propia opinión de las mujeres mayores de 65 años sobre la violencia de género (su impacto, tipos, realidad, consecuencias personales y sociales), se entrevistó a un grupo de voluntarias, contactadas con la ayuda de las asociaciones de mujeres y de los recursos de atención del municipio.

De estas entrevistas destacan los relatos sobre la vida de las mujeres durante el franquismo y su posición secundaria respecto del hombre. En España, las mujeres debían pedir permiso a su marido para poder trabajar, cobrar su salario, ejercer el comercio, abrir cuentas corrientes en bancos, sacar su pasaporte u obtener el carné de conducir. Esta situación no se revirtió hasta 1981, cuando la normativa civil fue corregida en base a las bases fundamentales de la Constitución de 1978.

Las mujeres que, pese al contexto, fueron consiguiendo grados de autonomía económica y social, abordaron las dificultades que aun hoy viven para no tener que rendir cuentas de adónde van o qué hacen en su tiempo libre, fuera de sus hogares. El trabajo que actualmente experimentan con el cuidado de nietos y nietas aparece, en ocasiones, como una nueva forma de opresión, velada bajo el discurso del rol naturalizado de cuidadoras, incluso en la vejez.

Las mujeres que vivieron la violencia de género y han podido verbalizarla, manifestaron sus múltiples intentos de pedir ayuda y de encontrarse con la incomprensión social, bajo el mandato de su “rol de esposas”. La violencia de género era considerada un asunto privado y, por lo tanto, se ocultaba. Aún en nuestros días, las mujeres mayores experimentan barreras específicas a la hora de salir del círculo de la violencia (Beaularier et al., 2005; Celdrán, 2013).

Estas barreras tienen que ver con el secretismo en el que este tipo de violencia se ha mantenido a lo largo de sus vidas matrimoniales o de pareja; la dificultad para nombrar la violencia en alguna de sus formas (económica, sexual o simbólica); la vergüenza que sienten de relatar los hechos a sus hijos o hijas ya mayores; la falta de medios económicos propios para hacer frente a un divorcio; las limitaciones físicas propias de la edad; el desconocimiento de los recursos públicos de protección de las víctimas; la falta de pruebas de hechos violentos acaecidos hace tantas décadas; entre otras razones.

Conclusiones

Tras analizar las entrevistas y llevar a cabo diversas actuaciones, se extraen las siguientes conclusiones:

  • Los y las profesionales que brindan servicios y atención a las personas mayores presentan y manifiestan necesidades de formación específicas en relación a la detección y prevención de la violencia de género, los factores de riesgo que la provocan o mantienen y los recursos comunitarios disponibles para hacer frente a la misma.
  • Las mujeres mayores rechazan la violencia de género en cualquiera de sus formas, pero algunas reproducen discursos patriarcales derivados de una férrea socialización diferencial que dificulta la conciencia de la violencia de género sobre las mujeres de su entorno, e inclusive, sobre ellas mismas.
  • Aún así, las mujeres mayores afirmaron haber ganado grados de autonomía económica y social que les permiten tener un papel más activo en esta etapa vital, aunque siguen teniendo experiencias de control por parte de sus parejas, así como un compromiso obligado en el cuidado de sus nietos/as debido a la presión por cumplir con su rol de género.
  • Las mujeres mayores que sufren violencia de género se encuentran con barreras específicas que tienen que ver con el cruce entre su condición de género y de edad: la dependencia económica de la mayoría, derivada de sus ingresos inferiores; la incomprensión social; la reproducción de su rol de cuidadoras; el control social que pesa sobre ellas o las dificultades para que puedan demostrar la violencia que han vivido, en algunos casos durante décadas.
  • Muchos de los recursos o servicios públicos de protección y atención de víctimas de violencia de género no están adaptados a las necesidades específicas de las mujeres mayores de 65 años que son víctimas.

De estas conclusiones, se extrae la necesidad de que las y los profesionales que trabajan con personas mayores, tengan una formación específica en materia de violencia de género, de modo que puedan distinguirla de la violencia intrafamiliar y adquieran herramientas para detectarla y prevenirla. De igual modo, los servicios o recursos de protección y atención de víctimas de violencia de género, deben promover cambios para adaptarse a las necesidades particulares de las mujeres mayores que son víctimas de este tipo de violencia, mejorando su intervención en estos casos.

Desde el Centro de Igualdad y Derechos Sociales “Las 13 Rosas” de La Zubia, tenemos el compromiso firme por la igualdad de género y la lucha contra la violencia de género desde una perspectiva interseccional, que tenga en cuenta la diversidad de perfiles y situaciones.

Bibliografía

Beaulaurier, R.L., Seff, LR, Newman, F.L., Dunlop, BD (2005). Internal barriers to help seeking for middleaged and older women who experience intimate partner violence. Journal of Elder Abuse and Neglect,17 (3). 53-74

Celdrán, M. (2013). La violencia hacia la mujer mayor: revisión bibliográfica. Papeles del Psicólogo, 34 (1), 57-64.

Gracia Ibáñez, J. (2015). Una mirada interseccional sobre la violencia de género contra las mujeres mayores. Oñati Socio-legal Stories, 5 (2), 547-569.

Ley 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral Contra la Violencia de Género. Boletín Oficial del Estado número 313, de 29 de diciembre de 2004. Recuperado de: https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-2004-21760

Sobre las autoras

Cristina López-Gollonet Cambil es Psicóloga sanitaria con especialización en psicología de la salud y jurídica. Con 17 años de experiencia profesional en el ámbito de la igualdad y políticas sociales en instituciones públicas y en el ámbito privado en psicología clínica en el área de la familia y violencia de género, en la actualidad es la coordinadora y psicóloga del Centro de Igualdad y Derechos Sociales «Las 13 Rosas» del Ayuntamiento de La Zubia y coordinadora del Centro de Extensión Universitaria Carmen Jiménez de la Universidad de Granada.



geriatricarea Silvina Monteros Obelar

Silvina Monteros Obelar es Psicóloga y Doctora en Antropología Social. Trabaja desde hace 15 años en la investigación social y actualmente es profesora de la Facultad de Trabajo Social de la Universidad de Granada.







geriatricarea Laura Maria Garcia Fernandez

Laura María García Fernández es Graduada en Educación Social y Máster Oficial en Gerontología, Dependencia y Protección de los Mayores por la Universidad de Granada. Con formación en igualdad y psicogerontología, ha sido ponente en las Jornadas «Hacia una sociedad para todas las edades» de la Universidad de Granada.

Correo de contacto: lmgfeduso@nullgmail.com