Las terapias no farmacológicas pueden ser muy eficaces a la hora de mejorar el estado cognitivo, físico y funcional de los mayores para mejorar su estado psico-afectivo. Dentro de este tratamiento se encuentra la estimulación multisensorial o Snoezelen, que, a través de los aromas, el tacto, los sonidos, la vibración o las burbujas, ayuda a mejorar las habilidades y la calidad de vida de las personas con Alzheimer.
Tal y como explica Pedro Cano, director de Innovación Médica de Sanitas Mayores, este tratamiento se realiza en salas especialmente habilitadas para ello, señalando que “son espacios interactivos que contienen diferentes elementos sensoriales como camas de agua, columnas de burbujas, aparatos de música o elementos vestibulares, entre otros, que ayudan a estimular y relajar la mente, y mejorar así algunos rasgos que psicomotricidad”.
El Snoezelen proporciona múltiples beneficios para las personas mayores que padecen Alzheimer, destaca este experto. En este sentido, Sanitas ha colaborado con la Universidad Blanquerna en investigar y evidenciar los beneficios de las sales Snoezelen a nivel cognitivo, afectivo, comportamental y de la calidad de vida de personas mayores con demencia leve, moderada y severa que viven en residencias geriátricas.
Entre ellos cabe destcar la disminución de la agresividad y los comportamientos disruptivos, gracias a que esta terapia contribuye a la relajación y disminución de los episodios de estrés del paciente, quienes suelen padecer momentos de ansiedad al sentir desorientación o pérdida de memoria, dos de las principales secuelas del Alzheimer. Los residentes que recibieron estimulación multisensorial o Snoezelen experimentaron un efecto significativamente positivo en cuanto a la relajación.
La terapia mulitisensorial favorece la relajación en las personas mayores con demencia sea cual sea el grado. Asimismo, estas actividades permiten a los pacientes expresarse sin limitaciones en un espacio seguro, algo que contribuye a mejorar su comunicación, sus relaciones personales y la interacción social. Esto se debe a que se abren vías de comunicación no verbales que mejoran las relaciones de los pacientes con su entorno. Asimismo, contribuye a mejorar la concentración.
En relación con esto, los ejercicios multisensoriales estimulan las emociones y los recuerdos de las personas a través de, por ejemplo, determinados olores que pueden evocar recuerdos personales. Todo ello acaba teniendo efectos positivos en el estado de ánimo y contribuye a reforzar la autoestima, ya que la posibilidad de elección, de colores o determinadas luces, mejora su capacidad de autocontrol.
Aplicar terapias de estimulación multisensorial en los centros geriátricos es especialmente importante teniendo en cuenta que el aumento de la esperanza de vida y la disminución de la tasa de fecundidad han provocado que la proporción de personas mayores de 60 años esté aumentando más rápidamente que cualquier otro grupo de edad en casi todos los países. De hecho, según datos de la OMS, la población mundial mayor de 60 años va casi a duplicarse y pasará de 900 millones a 2.000 millones en 2050, consolidándose como el 22% del total.
Uno de los efectos secundarios de este fenómeno va a ser el aumento de las enfermedades asociadas a la edad, como el Alzheimer. Por ello, y según destaca el director de Innovación Médica de Sanitas Mayores, en la actualidad es necesario investigar y desarrollar técnicas innovadoras para hacer frente a este reto. “Hoy las terapias no farmacológicas son casi el 80% de las herramientas que tenemos para cuidar de estas personas”, asegura.