En el marco de la XIV Reunión de Diabetes, Obesidad y Nutrición ha sido presentada la “Guía para el abordaje de la desnutrición en las enfermedades más frecuentes en medicina interna. Práctica clínica”, una publicación que pone de relieve como la prescripción de un soporte nutricional adecuado puede mejorar el pronóstico de los pacientes, evitar la desnutrición o modificar el desarrollo de las patología.
Realizada por el Grupo de Trabajo de Diabetes, Obesidad y Nutrición de la Sociedad Española de Medicina Interna de España (SEMI), bajo la coordinación de la Dra. Juana Carretero Gómez, del Hospital Comarcal de Zafra (Badajoz), esta publicación ha contado con el patrocinio de Nestlé Health Science y cuenta entre sus autores con profesionales internistas como la Dra. Elena Escudero Álvarez, del Hospital Universitario Infanta Sofía (S. Sebastián de los Reyes, Madrid); el Dr. Enrique Maciá Botejara, del Hospital Perpetuo Socorro (Badajoz); el Dr. Alberto Miján de la Torre, del Hospital Universitario de Burgos; y el Dr. José Pablo Miramontes González, del Hospital Clínico Universitario de Valladolid, entre otros.
A lo largo de sus 7 capítulos en esta guía se desarrolla contenido de un alto interés práctico y científico para los profesionales de la salud dedicados a la medicina interna, que observan en sus consultas, cada vez con mayor frecuencia, cómo la desnutrición es un factor muy relevante en el desarrollo de las enfermedades crónicas de mayor prevalencia en medicina interna. Así, se abordan cuestiones muy diversas, que va desde la necesidad del cribado nutricional, la importancia del ejercicio físico, o los algoritmos específicos de soporte nutricional en pacientes con desnutrición, en diabetes, en situaciones de insuficiencia cardíaca, para el paciente con ictus, y para pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y con enfermedad renal crónica.
El objetivo principal de esta publicación de la SEMI es concienciar sobre cómo afecta la desnutrición a pacientes que sufren enfermedades de visita frecuente en medicina interna y cómo, con un abordaje nutricional adecuado, puede mejorar su pronóstico y evolución. Y para ello se ha realizado de manera práctica y con un elevado rigor científico.
La Dra. Juana Carretero, coordinadora de este trabajo, destaca que “existe la necesidad de educar a los internistas en la correcta nutrición de los pacientes reclamado por ellos en los últimos años”, y añade que “parecía relevante que los internistas tuvieran la capacitación de administrar la mejor nutrición a los pacientes” y, sin querer ser expertos, le parece importante “tener las herramientas necesarias para que nuestro paciente esté bien alimentado”.
En realidad, desde hace tres años ya se está desarrollando una línea estratégica en este sentido cuyo objetivo “incluye tener en cuenta el abordaje de la salud global del paciente”, indica esta especialista. Por su parte, el Dr. José Pablo Miramontes cree que esta guía puede ser útil para unos pacientes “que normalmente tienen muchas patologías con muchas necesidades por cubrir”.
La desnutrición, un problema sanitario en aumento
Tal y como indican los especialistas, cada día aumenta la percepción de que la desnutrición es un problema sanitario que va “in crescendo” y al que la sociedad debe enfrentarse por el hecho de que hay personas que no pueden seguir una alimentación convencional porque han perdido la capacidad de ingerir, digerir o absorber los alimentos.
Con el paso de los años, debido al proceso de envejecimiento y al aumento de enfermedades crónicas, los pacientes visitan más a menudo al colectivo médico y, también con mayor frecuencia, deben hospitalizarse para tratar sus distintas patologías. De hecho, el estudio PREDyCES, promovido por la Sociedad Española de Nutrición Clínica y Metabolismo (SENPE) y patrocinado por Nestlé Health Science, llevado a cabo en 32 hospitales de España, concluyó que uno de cada cuatro pacientes ingresados en un hospital está desnutrido y se supera el 37% en personas mayores de 70 años. Estos datos se han confirmado por estudios realizados específicamente en medicina interna en España. Por otro lado, según apunta el Dr. Alberto Miján, en el Estudio ENHOLA sobre desnutrición, que codirigió y realizado en 12 países de Latinoamérica, con 8.000 pacientes, se obtuvo un resultado muy parecido en cuanto a la alta prevalencia de pacientes desnutridos.
No es de extrañar que los internistas consideren que la dieta juega un papel clave en el tratamiento. En palabras de la Dra. Elena Escudero “el internista es un médico que tiene un concepto global, integrador de la patología del paciente. La nutrición es el primer paso del tratamiento”. De hecho, se considera que, por la activa participación del internista a nivel del cuidado holístico del paciente tanto en el entorno hospitalario como en los servicios médicos y quirúrgicos, este especialista no puede quedar indiferente ante la prevalencia de la desnutrición. La Dra. Carretero afirma que “el paciente viene desnutrido y se desnutre durante el ingreso en el hospital y es responsabilidad del médico porque tenemos que atender globalmente a nuestro paciente”. Como comenta la Dra. Escudero, en situaciones de desnutrición que cursan con disfagia, se tiene que “garantizar una deglución segura y eficaz a los pacientes con problemas de deglución”; es decir, sin riesgo de aspiración (el problema más grave y que puede poner en riesgo la vida del paciente) y conseguir que el paciente coma y beba las cantidades adecuadas para mantener un buen estado general.
Los autores de la “Guía para el abordaje de la desnutrición en las enfermedades más frecuentes en medicina interna. Práctica clínica” coinciden en señalar que el uso de la nutrición enteral mejora el estado nutricional y por ende la salud y la calidad de vida de los pacientes que presentan tanto enfermedades agudas como crónicas. Asimismo, la Dra. Carretero valora que la prescripción de un soporte nutricional adecuado puede mejorar el pronóstico de los pacientes con patologías tratadas por los internistas disminuyendo los efectos de la desnutrición o, incluso, modificando el desarrollo de las enfermedades. A su juicio, “es fundamental, por lo tanto, el cribado y diagnóstico precoz de la desnutrición en los pacientes atendidos en medicina interna con el fin de iniciar un tratamiento nutricional adecuado para cada enfermedad, dentro de un plan terapéutico global e integral desde el momento de realizar su diagnóstico”.
Uno de los aspectos en los que esta publicación hace un especial hincapié es el cribado, tratado en sus dos primeros capítulos. Y es que “el cribado y la valoración nutricional deberían formar parte de la evaluación clínica de los pacientes”, señala la Dra. Escudero, puesto que “los trastornos de la nutrición se acompañan de múltiples complicaciones, como una menor resistencia a las enfermedades infecciosas, un retraso en la cicatrización de las heridas o una prolongación de las estancias hospitalarias”. En consecuencia, el objetivo válido para cualquiera de las patologías tratadas por el internista será “identificar a los pacientes en riesgo, cuantificar dicho riesgo y plantear una terapia nutricional adecuada”.
Además, en los distintos capítulos dedicados a cada una de las patologías prevalentes analizadas se abordan los distintos perfiles de pacientes. Con frecuencia, el médico internista trata con pacientes, crónicos, pluripatológicos y hospitalizados por reagudización de sus afecciones. Se detallan, además, objetivos del soporte nutricional. De manera general, el soporte nutricional que se dispensa al paciente con desnutrición, sea cual sea su patología, debe perseguir un objetivo fundamental: mejorar su salud y su calidad de vida y, naturalmente, conseguir que con intervenciones y estrategias nutricionales alcance un equilibrio nutricional adecuado. asi. existen objetivos específicos del soporte nutricional para cada uno de los perfiles:
- Para el paciente con Diabetes Mellitus: mantener los valores de la glucemia, prevenir las complicaciones agudas y crónicas de la enfermedad, entre otros
- Para el paciente con insuficiencia cardíaca: mejorar su situación nutricional, no empeorar el estado metabólico y hemodinámico y conseguir mejora nutricional y funcional del miocardio
- Para el paciente que ha sufrido un accidente cerebrovascular e ictus: asegurar un aporte adecuado de energía, nutrientes e hidratación, minimizando el riesgo de aspiración, si existe disfagia
- Para el paciente con EPOC: aumento de la ingesta de nutrientes, el peso corporal, la masa y la fuerza musculares y disminución del atrapamiento aéreo-Para el paciente con enfermedad renal crónica: retrasar la progresión de la insuficiencia renal.
Y es que utilizar la prescripción de un soporte nutricional adecuado como herramienta de trabajo en la práctica diaria del médico internista puede suponer una ayuda en el cuidado global del paciente. Según el Dr. Enrique Maciá, autor del capítulo dedicado a desnutrición y la EPOC, “la nutrición debería formar parte del arsenal terapéutico del médico internista”. De hecho, asegura que “cuando hacemos estudios de prevalencia en los hospitales entre los pacientes malnutridos, la EPOC está entre las 6 patologías en las que es más frecuente”. En este contexto, la Dra. Juana Carretero asegura que “es indispensable que todos los profesionales sanitarios que atienden a las personas enfermas, hospitalizadas o no, incrementen sus conocimientos en esta área con el fin de detectar y tratar precozmente a los pacientes desnutridos o en riesgo de sufrir desnutrición”.