Los clásicos resfriados, tan habituales en los meses de invierno, pueden suponer serias complicaciones para las personas de avanzada edad, cuya salud es especialmente sensible a las bajas temperaturas. Del mismo modo, otras afecciones, como la artrosis, pueden verse agravadas por el frío.
Y es que, debido a los cambios corporales propios de la edad, la sensación térmica de los mayores puede no adecuarse a la temperatura real, lo provoca, en algunos casos, una mayor facilidad para contraer enfermedades típicas del invierno. Tal y como apunta David Curto, responsable de Gestión Asistencial de Sanitas Mayores, “el proceso de envejecimiento del organismo altera el metabolismo basal y, como consecuencia, el sistema de termorregulación corporal y su capacidad para percibir la temperatura ambiente, por lo que tienen mayor dificultad de adaptación al frío o el calor«.
No utilizar suficientes capas de abrigo o salir a la calle en momentos de temperaturas más bajas, como a primera hora de la mañana o una vez ha caído el sol, puede propiciar la aparición de neumonías (de origen bacteriano) o bronquitis (de origen vírico), ya que el frío favorece el crecimiento vírico y las bacterias se reproducen mejor. De igual forma, la gripe es una de las afecciones más comunes en el periodo invernal y su contagio es fácil en lugares concurridos, que conviene evitar para no contraer esta enfermedad.
“Las enfermedades respiratorias, sobre todo en personas de edad avanzada, son más comunes en invierno que en cualquier otra época del año. En mayores, un simple resfriado puede complicarse si existe sobre infección en una bronquitis, hasta acabar desarrollando una neumonía, que presentan un alto riesgo para las personas ancianas”, advierte el responsable de Gestión Asistencial de Sanitas Mayores.
Además, a medida que disminuye la temperatura ambiental, otras enfermedades, como la artrosis, pueden empeorar y agravarse los dolores. Esto ocurre especialmente con los cambios bruscos de temperatura. “Abrigarse correctamente, llevar una dieta equilibrada con abundancia en fruta y verdura, así como mantenerse correctamente hidratado, disminuirá las posibilidades de contraer enfermedades relacionadas con las bajas temperaturas”, concluye David Curto.
Aumentan las muertes por la mala calidad del aire
Otro de los factores ambientales que tiene una gran influencia en la salud de las personas, especialmente de las más vulnerables, es la mala calidad del aire por la contaminación, especialmente patente en las grandes urbes en los periodos de falta de lluvia o viento.
Y es que la relación entre el cambio climático y la salud de las personas es directa. Tal y como apuntó el cardiólogo e investigador Jordi Bañeras en una mesa redonda organizada por Sanitas durante la COP25, ya hay más muertes cada año por la mala calidad del aire que por el tabaco, incidiendo en que la contaminación se ha convertido hoy día en una de las principales causas de muerte prematura y que, por tanto, “el cambio climático es un factor de riesgo” que hay que tener muy en cuenta. De hecho, “ya hay evidencia científica que demuestra que, en entornos urbanos, los días de mayor contaminación, hay más casos de infarto de miocardio y son más graves”, advierte este experto.
Bañeras también señaló que, “desde una perspectiva optimista, podría decirse que el cambio climático es un factor de riesgo modificable”, por lo que “está en nuestras manos impulsar este cambio en beneficio de nuestra propia salud”.
En este mismo foro, Yolanda Erburu, directora de Comunicación, RSC y Fundación Sanitas señaló la necesidad de que desde las instituciones y las empresas también se aborde este problema y se creen entornos urbanos donde llevar estilos de vida que combatan el sedentarismo; caminar, movilidad sostenible o nutrición sostenible con productos Km 0.
En este sentido, destacó el compromiso para reducir la huella de carbono de esta compañía, señalando que “desde 2009 hemos reducido más de un 60% las emisiones aun duplicando nuestras instalaciones y actualmente toda la energía que utilizamos proviene de fuentes renovables. Además, promovemos servicios cero emisiones, como por ejemplo la videoconsulta que permite contactar con un médico evitando desplazamientos. Por otro lado, estamos comprometidos con el fomento de estilos de vida saludables, con programas para combatir el sedentarismo y la obesidad entre nuestros empleados, o con proyectos como Healthy Cities”.
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