Con motivo del Día Mundial del Sueño (World Sleep Day) el Profesor Juan Antonio Madrid, Jefe de Grupo del CIBER de Fragilidad y Envejecimiento Saludable (CIBERFES) en la Universidad de Murcia, nos habla de su trabajo sobre cronodisrupción y envejecimiento
El grupo del CIBERFES que lidera el Profesor Madrid en la Universidad de Murcia trabaja en el campo de la Cronobiología y centra su interés en el desarrollo de estrategias y nuevas tecnologías para evaluar y prevenir la cronodisrupción (alteraciones de los ritmos circadianos) y sus consecuencias sobre la salud del sistema circadiano, y por tanto, sobre el bienestar general y la salud de poblaciones especialmente sensibles, como las personas mayores.
A raíz de sus estudio sobre la cronobiología, ¿cómo influyen los ritmos circadianos en la salud?
Los más de treinta y cinco años trabajando en el campo de la Cronobiología me han convencido de que el sueño, junto con la nutrición, actividad física y una buena actitud y actividad mental, forma parte de los cuatro pilares de la salud. Cuidando estos aspectos, es posible que no consigamos evitar todas las enfermedades, pero sí mejorar la calidad de vida y reducir el riesgo de dependencia durante los últimos años de vida.
¿Cuáles son las patologías en las que la cronodisrupción puede considerarse un factor de riesgo clave?
A veces encontramos personas que muestran ritmos desorganizados, irregulares, con baja amplitud o inexistentes, o incluso completamente desincronizados del día y la noche natural. En estos casos hablamos de cronodisrupción. Hoy sabemos que la cronodisrupción agrava y favorece la aparición de numerosas patologías muy ligadas a las sociedades desarrolladas, como son: deterioro cognitivo, depresión, insomnio, envejecimiento acelerado, diabetes, enfermedades cardiovasculares, cáncer, inmunodepresión e infertilidad, entre otras.
¿Se ha avanzado en el conocimiento de los mecanismos biológicos por los que la cronodisrupción tiene estos efectos negativos en la salud?
Los estudios que muestran la asociación entre cronodisrupción y un gran número de patologías son relativamente abundantes, aunque son pocos los que arrojan luz sobre los mecanismos que explican estos efectos. Sin embargo, si tenemos en cuenta que más de un 15% de todo el genoma de la célula está controlado por el reloj circadiano, comprenderemos fácilmente que la alteración de esta maquinaria podría afectar a la organización temporal de las diferentes funciones que tienen lugar en la célula, algo parecido a lo que ocurriría en una orquesta en la que los músicos tocasen cada uno la partitura sin hacer caso a su director.
Además de contribuir a mostrar la relación entre cronodisrupción y algunas enfermedades, como melanoma, cáncer colorectal, deterioro cognitivo, apnea obstructiva de sueño, síndrome metabólico…, nuestro laboratorio de Cronobiología (Cronolab) está especialmente interesado en dos campos mucho más desconocidos: la detección mediante técnicas objetivas de marcadores de cronodisrupción y el desarrollo de medidas correctoras o de cronopotenciación.
¿Existe una relación clara entre los ritmos biológicos y el envejecimiento?
Por supuesto que sí. Además, la relación entre los ritmos biológicos y el envejecimiento es bidireccional. Por un lado, cuando analizamos los ritmos en una persona envejecida podemos detectar una serie de características diferenciales que nos permiten conocer su edad cronobiológica; por otro lado, cuando una persona está expuesta a situaciones que le producen cronodisrupción, sus marcadores de envejecimiento se elevan. Esto se ha comprobado, especialmente, en animales de laboratorio a los que se les expone a ciclos de luz-oscuridad anómalos y en los que se detecta un envejecimiento prematuro, sobre todo cuando los animales tienen una patología previa. También se han creado modelos animales de envejecimiento acelerado, eliminando experimentalmente uno de los genes de su reloj circadiano.
¿Cómo se comportan los ritmos circadianos en las personas mayores?
Un ritmo biológico de una persona mayor no tiene por qué ser necesariamente sinónimo de un ritmo envejecido. Hemos monitorizado a personas de más de 70 años con ritmos biológicos parecidos a los de un joven y viceversa. Sin embargo, la mayoría de los mayores comparten una serie de características en sus ritmos. La primera es la pérdida de amplitud o contraste entre el día y la noche. Así, por ejemplo, durante la noche su sueño es superficial y fragmentado, su melatonina es más baja y aumenta la necesidad de ir al baño a orinar, mientras que el día está interrumpido por una o más siestas. El segundo marcador de envejecimiento es el del adelanto de los ritmos. En el caso del sueño, se caracteriza por despertares tempranos y necesidad de ir a dormir pronto. Con frecuencia, a partir de la hora de la siesta la actividad se reduce considerablemente y aparecen episodios de somnolencia.
¿Cómo afecta la cronodisrupción en el desarrollo de fragilidad y de envejecimiento prematuro?
Los dos grupos de población con mayor incidencia de cronodisrupción son las personas mayores y los adolescentes y jóvenes. La aparición de cronodisrupción en el anciano está muy relacionada con tres factores: reducida actividad física y aumento del sedentarismo, disminución de la transmisión de la luz a través del cristalino y enfermedades como la diabetes, o enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson o el Alzheimer. En realidad, deberíamos empezar a considerar a los marcadores de cronodisrupción también como indicadores de fragilidad, ya que la asociación entre ambas situaciones es muy estrecha.
En el laboratorio, varios estudios han mostrado inequívocamente que la exposición a la iluminación constante o a ciclos de luz-oscuridad irregulares, como las de un trabajador a turnos, fue seguida por un envejecimiento acelerado, un acortamiento de la vida y una carcinogénesis aumentada en roedores. En humanos, la cronodisrupción crónica se asocia a acortamiento de telómeros.
¿Pueden desarrollarse estrategias de prevención de la cronodisrupción en personas mayores?
Todas las estrategias no farmacológicas para prevenir la cronodisrupción se basan en tres principios: aumentar la regularidad de hábitos de vida (comidas, sueño, actividad física y contactos sociales); potenciar el contraste entre el día y la noche (aumentando la actividad y la exposición a la luz durante el día y el reposo, la oscuridad y el ayuno durante la noche); y favorecer la sincronización de los ritmos al ciclo natural de luz-oscuridad.
¿Es posible revertir la cronodisrupción y mejorar la calidad del sueño en personas con gran fragilidad provocada por enfermedades neurodegenarativas?
La cronodisrupción asociada a las enfermedades neurodegenerativas, no se puede revertir; sin embargo, sí que existen medidas, basadas en la modificación de hábitos de vida que pueden ayudar a paliar sus efectos. La alteración de los ritmos circadianos o cronodisrupción como consecuencia de la neurodegeneración se produce fundamentalmente por tres razones: una es la pérdida de la comunicación entre la retina y el reloj biológico; la segunda se debe a la degeneración del propio reloj; y la tercera a la reducción de las señales que envía el reloj al resto del organismo, como ocurre con la melatonina.
¿Qué terapias no farmacológicas pueden favorecer la calidad del sueño de las personas mayores?
Las personas mayores, pero también cualquiera que tenga problemas de sueño con independencia de su edad se pueden beneficiar de un conjunto de terapias orientadas a la potenciación de la regularidad, el contraste entre el día y la noche y la sincronización. Es conveniente regularizar los horarios de despertar, comidas, actividad física y contactos sociales. Las personas que mantienen una gran regularidad en sus hábitos de vida pueden mantener un estado saludable durante más tiempo. Contrastar lo que hacemos durante el día y la noche es otro factor que potencia los ritmos circadianos y mejora el sueño. El día ha de ser luminoso, conectado socialmente y activo mientras que durante la noche, por el contrario, ha de dominar la oscuridad, el silencio, el ayuno y el reposo. Este contraste es el que da cuerda al reloj biológico.
Por último, la sincronización alude a la conveniencia de armonizar nuestro tiempo biológico interno con el tiempo ambiental marcado por el sol y con el tiempo social que nos imponen nuestras obligaciones diarias. Debemos respetar un tiempo mínimo de reposo-sueño y este debe producirse durante la noche natural.
¿Hasta qué punto puede influir la soledad no deseada que sufren muchas personas mayores en la aparición o agravamiento de la cronodisrupción?
Sin duda alguna la soledad no deseada, unida a la fragilidad y dependencia asociadas con frecuencia al envejecimiento, contribuye a la cronodisrupción. Con frecuencia la fragilidad y dependencia asociada al envejecimiento lleva a la depresión, pérdida de objetivos, aislamiento social y ambiental, a pasar demasiadas horas sentado frente al televisor, a la pereza para cocinar, a vivir en ambientes interiores con poca iluminación o mantener la habitación iluminada con el televisor encendido por la noche. Todos ellos son factores que potencian las alteraciones circadianas y que afectan muy negativamente a la calidad del sueño.
¿La cronodisrupción es mayor entre las personas mayores que viven en su propio domicilio o entre las institucionalizadas en centros geriátricos?
No se puede dar una respuesta única a esta pregunta, todo dependerá del modo de vida de estas personas. Por ejemplo, si viven solas, es posible que descuiden aspectos importantes relacionados con sus hábitos de vida saludables, como se ha comentado anteriormente, mientras que en una institución moderna, estos hábitos estarían supervisados por cuidadores y reforzados por la interacción social. En cambio, una persona que vive en su casa, y se mantiene integrado en las actividades sociales de su pueblo o barrio, puede contrarrestar los efectos del envejecimiento sobre la cronodisrupción perfectamente.
¿Se abusa en las residencias de la medicación a la hora de favorecer el suelo de los mayores?
En general, se abusa de la medicación para dormir en todos los ámbitos, tanto en personas mayores que viven en su casa como las que viven en instituciones. Esta medicación, en ocasiones es absolutamente necesaria, pero es el médico el que deberá valorar la dependencia que ésta ocasiona y el riesgo que entraña de caídas, por ejemplo cuando la persona se levanta por la noche para ir al aseo y se encuentra bajo los efectos de dicha medicación.
¿Cuáles serían los consejos básicos para mantener la buena salud circadiana?
Desde un punto de vista práctico, los diez consejos del relojero biológico para cada día serían:
1 – Realizar, al menos, 30 minutos de actividad física moderada-vigorosa
2 – Reducir el tiempo de sedentarismo a menos de 10 horas
3 – Pasar al menos 2 horas expuesto a luz natural en exteriores (no sol directo)
4 – Desconectar de dispositivos electrónicos, al menos una hora antes de ir a dormir
5 – Cenar al menos dos horas antes de ir a dormir
6 – Desayunar todos los días aproximadamente a la misma hora
7 – Dormir entre 7 y 9 horas
8 – Los fines de semana, el horario de despertar y de comidas no debe diferir en más de dos horas con respecto al de los días de trabajo
9 – Dormir en total oscuridad o con un piloto de luz anaranjada por si necesitase ir al baño por la noche
10 – La siesta no debe superar los 30 minutos y, en su caso, antes de las 5 de la tarde