Con el objetivo de poder “humanizar” los cuidados al final de la vida y no “dejarles morir solos”, la Fundación Edad&Vida ha pedido que las familias puedan visitar a sus seres queridos en hospitales y residencias de mayores cuando estos se encuentren en sus últimos días de vida.
Esta es una de las reclamaciones de esta entidad, teniendo en cuenta el contexto actual en el que se han registrado más de 23.000 fallecimientos en España, de los cuales al menos más de 14.500 se han producido en residencias a consecuencia del COVID-19. En la mayoría de los casos, y teniendo en cuenta las medidas extraordinarias adoptadas por las autoridades sanitarias, estas personas han estado “solas” al final de la vida, sin el acompañamiento de ningún familiar o entorno cercano. En este sentido, desde la Fundación Edad&Vida entienden estos protocolos, pero piden que “puedan ser revisados” teniendo en cuenta la ética y los valores al final de la vida.
María José Abraham, directora de la Fundación Edad&Vida, asegura que “es fundamental mitigar la soledad y el sufrimiento al final de la vida de las personas hospitalizadas y la de los mayores en residencias, aislados y sin poder despedirse de sus familiares”, incidiendo en que “no podemos permitirnos olvidar la importancia que tienen los cuidados cuando es imposible curar. Debemos facilitarles un final de vida digno y una muerte en paz”.
Y es que, como apuntan desde esta entidad, el proceso de dignificar la muerte y el final de la vida no es solo recibir cuidados y atención sanitaria en el último momento, significa también intensificar el apoyo emocional del paciente y de la familia, mantener una comunicación con la persona e interesarse por sus necesidades espirituales y sociales. En definitiva, «mantener una atención integral que responda de manera efectiva a las múltiples necesidades que presentan las personas en situación terminal».
De hecho, Fundación Edad&Vida también hace alusión al comunicado publicado el Comité de Bioética Nacional sobre el derecho y deber de facilitar el acompañamiento y la asistencia espiritual a los pacientes con COVID-19 al final de sus vidas y en situaciones de especial vulnerabilidad, así como del el riesgo de discriminación por edad, discapacidad o deterioro cognitivo. En el documento, el Comité coincide con la Fundación Edad&Vida y aboga por reflexionar sobre el modo de facilitar un entorno más compasivo en el morir de estos pacientes y en estudiar el modo de permitir el acceso de, al menos, un familiar, sobre todo, en los momentos de la despedida.
Asimismo, desde la Fundación Edad&Vida han aplaudido la decisión de algunos gobiernos autonómicos como el del País Vasco, Comunidad Valenciana, Baleares o Murcia de facilitar a las familias la despedida de sus seres queridos. En estas comunidades se han elaborado protocolos para dignificar y humanizar el proceso de fallecimiento y poder ayudar a los familiares a superar el duelo.
Por ejemplo, la Región de Murcia ha elaborado un protocolo que establece el tiempo que durará la visita y las condiciones en que se desarrollará, y el Gobierno Vasco también valora las visitas a residencias de mayores para acompañar a familiares cuyo fallecimiento es inminente. En el caso de Comunidad Valenciana se ha diseñado un protocolo de acompañamiento al final de la vida para personas ingresadas en hospitales durante la pandemia por coronavirus. Por su parte, el Govern Balear permitirá que los familiares puedan ver a los enfermos más graves con coronavirus o despedirse de ellos en caso de que fallezcan.
Afrontar la muerte en soledad de un ser querido
Desde la Fundación Edad&Vida aseguran que el hecho de no poder compartir con familiares y amigos el dolor que tienen en estos momentos miles de personas durante la cuarentena, hace que el proceso de duelo se vea afectado y se viva de diferente manera. Para paliar esta situación ha elaborado un decálogo de cómo afrontar la muerte de un ser querido en soledad. Recuerdan que, ante la imposibilidad de realizar un ritual de despedida, que puede agravar el dolor de estas personas que están pasando por momentos tan duros, es importante pensar que una vez finalice esta situación se podrán realizar estas ceremonias tradicionales que no se han podido llevar a cabo durante el estado de alarma.
“Hasta este momento siempre hemos vivido estos momentos en compañía y hoy tenemos que hacerlo solos”, apunta María José Abraham. “Ahora mismo no podemos celebrar ningún tipo de velatorio, funeral o entierro para recordar en comunidad a esa persona y mostrar nuestro afecto hacia ella y sus familiares, por eso, es fundamental sustituir estas prácticas actuales por otras que tienen el mismo objetivo”, subraya.