El Gobierno de Navarra pondrá en marcha este mes de mayo un proyecto piloto de vigilancia de la salud a las personas mayores que viven en las residencias de la Comunidad Foral a través de una solución telemática consistente en un brazalete con un dispositivo que permite la toma de temperatura corporal de la persona residente que lo lleva y, que a través de una aplicación y panel de control, posibilita la monitorización de la personas mayores por parte de cada centro residencial.
El proyecto es fruto del trabajo coordinado entre los Departamentos de Derechos Sociales y de Universidad, Innovación y Transformación Digital, y la Fundación Industrial Navarra. La experiencia que se iniciará en varias residencias tiene «como objetivo ayudar, mediante un desarrollo tecnológico, a realizar una detección precoz y un mejor seguimiento de los contagios mediante la medición de la temperatura corporal», destaca la Presidenta de Navarra, María Chivite.
El Gobierno de Navarra ha realizado test a la totalidad de las personas de los centros residenciales de más de 50 camas y no habrá ningún alta, o vuelta al lugar de residencia habitual, sin previo PCR negativo. Navarra ha incrementado su capacidad para hacer pruebas PCR hasta las 1.400 diarias, cifra que podría llegar hasta las casi 5.000 diarias, lo que permitirá aplicarlas a cualquier persona que presente síntomas, tanto en el espacio hospitalario como de Atención Primaria.
Reforzar la atención no presencial y la telemedicina
En esta misma línea, la asistencia sanitaria navarra, tanto de Atención Primaria como Hospitalaria, se prepara para una nueva fase en la atención a las y los pacientes navarros en la que progresivamente se priorizará la atención no presencial, garantizando al mismo tiempo la atención presencial según las necesidades, sin perder nunca de vista las medidas de seguridad y la evolución de la pandemia de coronavirus.
En esta nueva fase tendrán una presencia creciente la atención no presencial y la telemedicina, apoyadas en las ventajas aportadas por las nuevas tecnologías. Asimismo, se prevé reforzar la colaboración entre profesionales y el trabajo en equipo, tanto en los distintos niveles asistenciales como entre los diferentes perfiles sanitarios.
En cuanto a la atención, la gerencia de Atención Primaria se plantea realizar una actuación proactiva dirigida a las personas con mayor vulnerabilidad: ancianos frágiles, personas con trastorno mental grave, niños en situación de exclusión y pacientes con patologías crónicas graves principalmente. Para realizar esta atención con las mayores garantías de calidad, desde Atención Primaria se plantea una reordenación de su modelo asistencial en la que tengan cabida de modo esencial un desarrollo de la telemedicina y de las nuevas posibilidades tecnológicas, con el fin de realizar el adecuado abordaje y seguimiento de los problemas de salud, minimizando los contactos presenciales.
El Gobierno de Navarra prevé reforzar la atención no presencial, que, a lo largo de estas semanas ha demostrado su eficacia en la resolución de muchos motivos de consulta habituales. La citación presencial será valorada por los profesionales de medicina o enfermería, quienes decidirán la modalidad de atención más adecuada a cada caso, según criterios clínicos.
Para velar por la seguridad, en esta nueva fase se prevé acometer una adecuación de los recursos arquitectónicos y de equipamiento y con el fin de evitar aglomeraciones en los centros de salud, se potenciará la atención telefónica, la telemedicina y el distanciamiento en las horas de las consultas presenciales.
En cuanto a la atención hospitalaria, Alfredo Martínez, gerente del CHN y coordinador en Navarra del plan de contingencia para hospitales en relación con la COVID-19, indica que, en el pico de la epidemia, parte de la actividad se realizó por procedimientos innovadores, entre los que ha mencionado la atención no presencial, tanto con los propios pacientes para evaluar su situación y sus necesidades, como interconsultas no presenciales con Atención Primaria. En este sentido, recalca que estas nuevas formas de atención, ya previstas en planes previos, “tiene que venir para quedarse, y dotarse de tecnologías que hagan la atención más flexible, más accesible, más amigable y más segura”.
Además, se está procediendo a una reorganización en la atención hospitalaria, primando la seguridad para pacientes y profesionales, y contando con la participación activa de los profesionales, tanto de los niveles asistenciales como de la gestión. También van a pontenciar los equipos multidisciplinares y multiestamentales a toda la atención en los hospitales, tanto en hospitalización como en los puestos de críticos.
En aras de la seguridad, se han reorganizado los espacios de las consultas para garantizar la distancia de seguridad, anulando más de la mitad de los puestos de espera, y dejando despachos de consulta vacíos para aumentar la distancia en los lugares de atención y evitar riesgo de aglomeración de pacientes. Asimismo, se han rediseñado las agendas de citación, aumentando el tiempo entre las citas, al tiempo que se mantiene y potencia la actividad no presencial.
También se está reorganizando la actividad de hospital de día y se está revisando progresivamente las necesidades de pruebas complementarias para aumentar progresivamente en los próximos días. A largo plazo, está previsto retomar circuitos de alta resolución, así como los niveles de integración con Atención Primaria para armonizar la necesaria coordinación para resolver las necesidades de los pacientes con la mayor proximidad y seguridad.