Con la expansión del COVID-19, las mascarillas se han convertido un equipamiento básico para evitar el contagio, especialmente entre las personas mayores, y su uso seguramente será obligatorio en determinadas circunstancias, como en el transporte público.
Pero para que su empleo sea eficaz hay que tener en cuenta una serie de precauciones para ponérselas y darles un uso eficiente. La multinacional especializada en tecnología médica y de seguridad Dräger explica qué tipos hay, las precauciones que hay que llevar a cabo para ponérselas y cómo darle un uso eficiente.
Las mascarillas autofiltrantes son equipos de protección individual (EPI) que han sido diseñadas para salvaguardar a la persona que la lleva puesta contra las particulas, finas y sólidas, suspendidas en el aire. Existen tres tipos: FFP1, que filtra al menos 78% de las partículas; FFP2, que filtra al menos 92% de las partículas; y la FFP3, que filtra al menos 98% de las partículas. Es importante saber que estas dos últimas, la FFP2 y la FFP3, son las recomendables frente al coronavirus para el personal sanitario y profesionales de emergencias, ya que sirven para evitar contagiar y contagiarse.
Las mascarillas quirúrgicas, por su parte, únicamente filtran el aire que se expulsa durante la respiración, al toser o estornudar, por lo que solo es adecuada para evitar contagiar pero no para no contagiarse.
Las mascarillas autofiltrantes tienen que cumplir con unos requisitos esenciales recogidos en la normal europea EN149 para poder usarse con total garantía, como son la resistencia respiratoria, a los golpes, a la llama y a los productos de limpieza y desinfectantes.
¿Cómo se pone correctamente la mascarilla?
Antes de cada uso, es necesario comprobar la integridad del dispositivo y sus componentes, como la pieza facial o la válvula espiratoria. Si está dañada no debe usarse en ningún caso. Los especialistas de Dräger indican los pasos a seguir a la hora de colocársela:
- La mascarilla deben sujetarse por la palma de la mano en su parte exterior para poder pegar la coquilla en la cara (boca, nariz, mentón).
- Con la otra mano, se debe pasar los dos elásticos detrás de la cabeza hasta el cuello.
- Mientras se sujeta la coquilla cuidadosamente, y siempre con la otra mano, se ajusta el elástico inferior al cuello y el elástico superior debe situarse en la parte del cráneo, donde ambas manos estén situadas una frente a la otra, formando un ángulo de 45º con respecto al elástico inferior.
- Si se ha seguido las instrucciones correctamente, la mascarilla está lista para usar.
Asimismo, desde esta firma ofrecen una serie de consejos para que la utilización de las mascarillas sea lo más eficiente posible:
- El usuario debe estar familiarizado con su manejo antes de usarla.
- La mascarilla debe ser desechada y sustituida por otra si está dañada o si la respiración se vuelve difícil.
- La mascarilla no debe someterse a cualquier cambio por pequeño que sea.
- No utilizar las mascarillas de filtrado en espacios confinados o en áreas que pueden tener una acumulación de gases o vapores peligrosos.
- Las barbas o accesorios decorativos (como por ejemplo los piercings) pueden impedir una estanqueidad satisfactoria entre la cara y el sello facial de la mascarilla, por lo que no se puede utilizar.
Tal y como destaca Dionisio Martínez de Velasco, Managing Director de Dräger Iberia, «cualquier gesto es clave para evitar que crezcan los casos de coronavirus. Por ello, es fundamental utilizar correctamente la mascarilla para evitar el riesgo de transmisión. Desde Dräger queremos estar siempre al lado de la ciudadanía, ofreciendo toda nuestra experiencia y poniendo a disposición toda la información necesaria para superar esta crisis sanitaria que estamos viviendo».