Afundación, como parte de su programa «+60, te acompañamos», el servicio de acompañamiento telefónico que puso en marcha ante la situación provocada por la COVID-19, ha elaborado un estudio sobre las estrategias para abordar esta crisis por parte de las personas mayores, prioritarias para la Obra Social de ABANCA.

La muestra se ha realizado a partir de un análisis cualitativo y cuantitativo de las entrevistas telefónicas que se hicieron a 3.541 personas socias de los Espazos+ 60 de Afundación durante la fase del confinamiento, entre el 23 de marzo y el 30 de abril.

Los resultados de este estudio evidencian la gran diversidad del colectivo, con características y necesidades muy diferentes y distintos modos de gestionar la crisis. Así, mayoritariamente, el 74% de las personas mayores entrevistadas abordan positivamente el confinamiento y de estas, el 49% lo viven con serenidad, se encuentran bien, con sus necesidades materiales y afectivas resueltas, arropados por sus familias, por sus vecinos y manteniendo su independencia. Además, un 5% lo encaran con optimismo, con la convicción de que la crisis se resolverá positivamente, en el corto plazo y con ánimo positivo.

El estudio del programa «+60, te acompañamos» revela asimismo que un 12% de las personas participantes en el programa ha desarrollado una estrategia de diversificación de sus fuentes de entretenimiento que les permite sobrellevar muy bien la situación, con una actitud muy vital y positiva: cocinan, hacen ejercicio, se entretienen con juegos de mesa, leen, escuchan música, ven cine o estudian, siguiendo también cursos online.

Un 4% combate el aislamiento usando medios digitales –Whatsapp, RRSS, videollamadas, chats…– para estar en contacto frecuente con sus amistades y familias. También se vuelcan en acciones solidarias, confeccionando mascarillas en casa, colaborando en iniciativas de ONGs o ayudando a otras personas.

Finalmente, entre los entrevistados quienes mejor gestionan el confinamiento son aquellos que se han volcado en actividades creativas, que representan un 4% del muestreo. Escribir poesía, relatos, crónicas de la crisis, pintar, dibujar, tocar un instrumento, trabajos de artesanía, videos, blogs…, o el cuidado del jardín y el cultivo de la tierra en los casos en los que les ha resultado posible les han proporcionado una fuente de satisfacción y una válvula de escape a la grave crisis que estamos viviendo.

Sin embargo, aunque con carácter minoritario, las entrevistas revelan que un 26% de las personas mayores han abordado el confinamiento con dificultad. De estas, un 11% con una dificultad moderada, caracterizada de forma predominante por una preocupación por las personas de su entorno, también con desánimo y tristeza así como pesimismo acerca del futuro y la situación general.

Asimismo, un 11% de las personas viven la situación con dificultad severa, sintiéndose solas y aburridas, sin prácticamente nadie con quién hablar y experimentan ansiedad, nerviosismo y miedo. Finalmente, en la escala de mayor dificultad, se ha identificado a un 4% de personas que o son cuidadoras de un familiar dependiente o con problemas de salud, o están ellas mismas recibiendo cuidados.

Entre los entrevistados quienes mejor gestionan el confinamiento son aquellos que se han volcado enactividades creativas, que representan un 4% del muestreo

El estudio se estructuró en dos fases, una primera en la que se realizó un análisis cualitativo, basado en preguntas abiertas sobre cómo se estaba viviendo el confinamiento y en la que se identificaron 23 estrategias y situaciones diferenciadas de gestión; y una segunda fase en la que se procedió a un tratamiento estadístico.

La categorización de las respuestas se realizó tomando como indicador el mensaje principal que trasladaron las personas, los temas en los que pusieron el foco. A continuación, se agruparon las 23 estrategias y situaciones en 10 categorías que se ordenaron en una escala de 1 a 10, de mayor a menor dificultad en la gestión. El resultado fueron 5 categorías de carácter positivo: serenidad, optimismo, crecimiento, socialidad y creatividad, y 5 categorías de dificultad: preocupación, desánimo, soledad, angustia y cuidados.

Desde que, ante la situación provocada por la COVID-19, se cerraron los 11 Espazos +60 de Afundación, en los que participan actualmente más de 14.500 personas mayores, el equipo ha contactado telefónicamente con más de 6.000 socias y socios, para ofrecerles acompañamiento, conversación, información y un canal de expresión de sus preocupaciones, minimizando así su aislamiento social. Asimismo, con la finalidad de extender este servicio a cualquier persona que pueda necesitarlo y lo desee, Afundación habilitó la línea gratuita 900 815 020.

En cuanto a la composición de los hogares de las personas contactadas, un 27% viven en hogares unipersonales, un 3% con un cuidador, un 56% en hogares de dos o más personas mayores y un 16% conviven con diferentes generaciones.

Las llamadas también revelan que la mayoría de las personas, un 81%, tienen la percepción de contar con una red de apoyo social y familiar fuerte o muy fuerte, con sus necesidades básicas y afectivas cubiertas, mientras que un 13% percibe que su red de apoyo social y familiar es débil o muy débil. Además, entre quienes aprecian que su red de apoyo es débil o muy débil, 6 de cada 10 viven en hogares unipersonales y los otros 4 en hogares de dos personas mayores, lo que proporciona un retrato del perfil de los hogares con mayor vulnerabilidad.

El voluntariado de acompañamiento identifica situaciones de vulnerabilidad

A través de este programa de acompañamiento, Afundación ha identificado situaciones de vulnerabilidad que, en unos casos, se han derivado a otras entidades especializadas y en otros están siendo atendidos por una red de voluntarios que acompañan telefónicamente de forma regular e individualizada a personas mayores que manifiestan situaciones de desánimo, soledad y angustia.

Por otra parte, Afundación ha establecido acuerdos de colaboración con varios centros gerontoasistenciales para que sus residentes compartan con las personas voluntarias sus vivencias. Ambas iniciativas de voluntariado tienen vocación de continuidad más allá de la situación crisis actual y se irán adaptando a las necesidades y deseos de las personas a las que acompañan.